Las 12 + 1 playas de Menorca que no te puedes perder
¡Hola, viajer@s!
Hoy vengo a hablaros de un sitio muy especial para mí, pues es el lugar en el que nací y en el que viví toda mi infancia y adolescencia: se trata de la isla de Menorca.
Coincidiréis conmigo en que Menorca está de moda. En los últimos años, cada vez más gente decide pasar sus vacaciones veraniegas en esta isla, cosa que no me extraña en absoluto. Pero Menorca no es un destino turístico cualquiera. La UNESCO declaró Menorca Reserva de la Biosfera el 8 de octubre de 1993, atendiendo al alto grado de compatibilidad conseguido entre el desarrollo de las actividades económicas, el consumo de recursos y la conservación de un patrimonio y de un paisaje que ha mantenido, y sigue manteniendo hoy, una calidad excepcional. Menorca es un territorio con un paisaje rural tradicional muy rico. Aloja una notable diversidad de hábitats mediterráneos, en los que viven especies de animales y plantas exclusivos en la isla, algunas de ellas en peligro de extinción.
Aquí os dejo un bonito vídeo que destaca los atractivos de la isla y los motivos por los que Menorca es Reserva de la Biosfera.
Como podéis ver, Menorca no es simplemente un destino playero cualquiera; la isla ofrece mucho, pero mucho más.
Para mí, es a la vez muy fácil y muy difícil hablar de Menorca: por un lado es muy fácil porque nací allí, me encanta mi tierra y me parece súper bonita la idea de darla a conocer al resto del mundo para que los visitantes lleven a cabo un turismo responsable en la isla; pero, por otra parte, también me resulta difícil hablar de ella porque hace ni más ni menos que 17 años que ya no vivo allí y, sinceramente, ya no tengo la información muy fresca en mi cabeza (ni tampoco fotos decentes que enseñar), así que últimamente la estoy redescubriendo año tras año a través de los días que conseguimos escaparnos en verano Félix y yo para visitar a la familia y poder disfrutar de la isla.
Playas de Menorca
Hay muchísimo que contar sobre Menorca y tengo pensado escribir diferentes posts sobre ella: recorridos por diferentes pueblos, la Menorca Talayótica, la gastronomía local, cosas que hacer sin pisar la playa, experiencias exclusivas en la isla… Sin embargo, el primer post sobre Menorca no podía ser otro que el referente a sus playas.
Como os podéis imaginar, las playas de Menorca son muchísimas y os puedo asegurar que hay para todos los gustos. En este post voy a nombrar las que más me gustan a mí (y de las cuales tengo fotos recientes y decentes para enseñar, lo cual va un poco de la mano), por lo tanto es importante destacar que se trata de una lista de playas totalmente subjetiva; es, simplemente, mi lista.
Veréis que en esta lista no hay ninguna de las playas «principales», de esas que están superurbanizadas, con hoteles a primera línea de playa. Ojo, no estoy diciendo que estas no sean bonitas, por ejemplo Cala Galdana y Cala en Porter me parecen playas preciosas, pero yo prefiero otro tipo de playas: las playas vírgenes, sin urbanizar, sin hoteles, ni apartamentos, ni chiringuitos; las playas a las que no llega ninguna carretera y las que, para llegar a ellas, hay que caminar por la costa o el bosque desde la playa de al lado, porque no hay ninguna otra manera de alcanzarlas, aparte de por mar; las que la propia playa se convierte en una recompensa tras la caminata. Esas son las playas que a mí me gustan. O, en su defecto, las que están poco urbanizadas o urbanizadas de manera respetuosa con el entorno, con gusto o con gracia.
He de decir que para recorrer Menorca y sus playas y calas, considero indispensable contar con coche o moto. Juraría que para muchas de las playas que voy a mencionar no hay servicio de autobús; además, el vehículo propio os dará mayor libertad para ir haciendo las paradas en el camino que os apetezcan para hacer fotos y disfrutar del paisaje cuando lo deseéis. La moto es la opción que os dará más flexibilidad, pero el aire acondicionado del coche y la capacidad de llevar más trastos detrás, como una bolsa nevera para llevar bebidas fresquitas y comida para todo el día, también es un gran plus. Nosotros siempre vamos en coche, ya que mi hermana Elena, que es la mejor, nos deja el suyo para que recorramos la isla, y nos va genial ir en coche, así que esa sería la opción que recomendamos.
Os tengo que advertir de que, si queréis visitar muchas de las playas que menciono, sobre todo las «de caminar», es decir, las que aparcas en la playa de al lado y tienes que caminar por el monte de la costa hasta llegar a la playa deseada, vais a tener que madrugar. Os explico: el Consell Insular ha organizado una serie de parkings gratuitos donde poder dejar el coche para visitar las playas más vírgenes. Sin embargo, los parkings tienen una capacidad bastante limitada y, en cuanto se llenan, el encargado del parking te prohíbe la entrada. Diría que, en verano, la mayoría de este tipo de parkings están llenos a partir de las 10 de la mañana, por decir una hora aproximada. Nosotros intentamos llegar al parking en cuestión sobre las 9 y siempre hay sitio de sobra. Sin embargo, siempre alucinamos (y nos dan mucha pena) con la gente que llega cuando nosotros nos vamos, tal vez a la 1 o las 2 del mediodía, cuando el parking está lleno a reventar y no van a encontrar sitio ni de chufla a no ser que se vaya alguien. Creedme, he visto sus caras de agobio y de lastimica y no queréis ser esas personas, así que para ver algunas playas en condiciones, os va a tocar madrugar.
Entonces, en Menorca, tenéis 2 opciones (bueno, tres): 1) salir por la noche y dormir hasta tarde, 2) no salir y poder disfrutar del día siguiente en la playa, o 3) intentar hacer ambas cosas y morir en el intento 😇 Yo recomiendo alternar entre las dos primeras opciones: salir mola, por supuesto, pero las playas vírgenes también, así que intentad planificar la estancia para que os dé tiempo a todo. Además, he de decir también que madrugar tiene otra ventaja: pronto por la mañana no hace tanto calor, y si el plan es caminar de una playa a otra durante, digamos, 1 hora, vais a agradecer que no os azote el sol del mediodía al menos en el trayecto de ida.
Otra cosa que debéis saber es que no tienen nada que ver las playas del norte de Menorca con las del sur: debido a la geomorfología de la isla, las playas de la costa norte y las de la costa sur de Menorca son muy diferentes entre sí. El modelo de playa menorquina que tenéis en mente corresponde a las playas de la costa sur, las que parecen salidas del Caribe: agua azul turquesa, suave arena blanca, vegetación enmarcando la arena… el típico remanso de paz, vamos. Sin embargo, las playas de la costa norte tienen un perfil totalmente diferente: la arena es mucho más rojiza y gruesa y, como la costa norte es mucho más árida, apenas hay vegetación; se trata de playas mucho más salvajes, más ariscas, menos estándar, con un carácter especial. Ambos tipos de playa tienen su gracia y su encanto, por supuesto, así que os recomiendo que visitéis playas de ambas costas de la isla.
¿Cuándo ir al norte y cuándo ir al sur? ¡Ajá! La pregunta del millón. Pues yo recomiendo que tengas un plan A (norte) y un plan B (sur, o viceversa, vamos) cada día en mente y, según de dónde sople el viento, ir a una costa o la otra. «¿Por qué?», os preguntaréis. Pues porque si no usáis este truquito, os podéis encontrar con una sorpresa muy desagradable: medusas 😱😱😱
Para evitar el chasco de llegar a una playa y no poderos bañar porque hay medusas, haced lo siguiente: si el viento sopla del norte, id al sur; si el viento sopla del sur, id al norte. Obviamente, esto no es matemático, hay vientos que soplan de otras direcciones y también hay playas y calas con orientaciones diferentes, pero esta norma general puede ayudar a que los planes salgan bien 😜
Nota: una picadura de medusa duele y mucho. Si veis que hay en la playa u oís que alguien alrededor lo menciona, os recomiendo que no os bañéis. También puede ser buena idea ser previsor@s y llevar algo para las picaduras en la bolsa de la playa por si, aun así, ocurre lo peor (pedidlo en la farmacia sin más; la verdad es que ahora mismo no caigo en ninguna marca específica).
También os quiero hablar de los caminos rurales por los que tendréis que conducir para llegar a muchas de las playas. En ocasiones os vais a encontrar con auténticos caminachos en los que apenas cabe un coche. Por eso, es un problema cuando te encuentras con otro que viene de cara. En este tipo de caminos, hay que ir muy despacito por este motivo y, si ocurre que os encontráis con otro vehículo de cara en un camino estrecho, uno de los dos tendrá que retroceder marcha atrás hasta algún entrador (hay muchos, no os preocupéis, ya que hay muchas casas de campo con caminos privados que tienen entradores) o hasta alguna zona donde la carretera se ensanche para que el otro vehículo pueda pasar. En estos casos, mucho relax, mucha tranquilidad, entrad en modo zen y poned una sonrisa bien grande en la cara, que todo ayuda: puede parecer un poco caótico, pero no es el fin del mundo. Una vez dicho esto, he de reconocer que de pequeñita me aterrorizaban bastante estos caminos, pero también es verdad que nunca, nunca, nunca, ni de pequeñita ni de mayor cuando he vuelto a recorrer la isla estando de vacaciones, hemos tenido ningún problema, así que don’t worry! Otra cosa de la que os tengo que avisar es que en muchos de estos caminos encontraréis unas vallas o puertas de madera cerradas. No pasa nada, si están en el camino a las playas que os indico (o en el de otras, vamos) podéis bajar del coche, abrirlas, pasar y, por favor (¡importante!), volverlas a cerrar detrás de vosotros.
Bueno, después de esta introducción general a las playas de Menorca, vamos allá con mi lista personal de las mejores playas y calas de la isla (en ningún orden en particular).
Las mejores playas de Menorca
1. Trebalúger… y más (plan de 5 playas en un día)
Trebalúger es una playa del sur de la isla, a la altura de Ferreries, y probablemente sea mi favorita de toda Menorca, aunque esta es una decisión muy difícil de tomar. Como curiosidad, os diré que en menorquín se pronunciaría «Trabaluja», con la jota pronunciada a la inglesa, es decir, más bien «Trabalusha» 😂
Es una playa totalmente virgen de las que no tiene carretera propia. Para llegar a ella, hay que conducir hasta las playas de al lado y caminar un buen rato por monte boscoso (al menos hay sombra la mayor parte del tiempo) hasta alcanzarla. Hay dos opciones: ir hasta la playa de la izquierda o de la derecha y, de allí caminar hasta Trebalúger. En este post «izquierda» y «derecha» lo vamos a considerar con la tierra a nuestras espaldas y mirando al mar. Entonces, en el caso de Trebalúger, se puede aparcar en la playa de la derecha más cercana con carretera y parking, que sería Cala Mitjana, o en la de la izquierda, que sería Santo Tomás/San Adeodato. El camino es mucho más corto desde Cala Mitjana, y es el único que he probado, así que es el que os puedo recomendar.
Si vais a Trebalúger, os recomiendo que os lo planteéis como excursión de todo el día, porque podéis matar varios pájaros de un tiro: podéis ver hasta 5 playas espectaculares en el mismo día. ¿Quién puede decirle que no a eso?
Veamos cuál sería el plan: habría que madrugar y salir prontito. Si salís de Mahón, hay que coger la carretera general (Me-1), conducir hasta Ferreríes y pasar el pueblo (mis indicaciones siempre son saliendo desde Mahón, que es de donde soy y desde donde estoy acostumbrada a ir a los sitios…). Muy poco después de pasar Ferreríes, tenéis que coger el desvío a Cala Galdana y, justo en el kilómetro 6, a mano izquierda, está la entrada a Cala Mitjana (aproximadamente 1 kilómetro antes de llegar a Cala Galdana). Aparcad en el parking de Cala Mitjana y bajad a la playa: es un paseo de tal vez unos 20 minutos muy agradable por un camino de hormigón a través de un bosque, todo cuesta abajo.
Cala Mitjana es preciosa, os encantará y os querréis tirar al agua inmediatamente, pero si habéis seguido mis indicaciones, habéis madrugado y todavía no hace mucho calor, os recomiendo que aprovechéis la buena temperatura para hacer la parte de la caminata más dura, que es el primer tramo desde Mitjana a Trebalúger. Así que, muy a vuestro pesar, pasad de Mitjana por ahora y, mirando al mar, escalad el acantilado que queda a mano izquierda (hay una especie de escalera tallada en la roca que marca el principio de la caminata) y, una vez arriba, seguid el camino a lo largo de la costa a través del bosque. Las vistas de Mitjana desde el acantilado son espectaculares. Caminando hasta Trebalúger hay tal vez una hora.
Una vez hayáis recorrido el tramo que separa las dos playas, bajad el acantilado de Trebalúger por las escaleras y plataformas de madera que hay, es posible que tengáis que cruzar un pequeño río (por llamarlo de alguna manera) que hay justo a los pies de la escalera y que desemboca al mar y… ¡tachán! Estáis en una de las playas de Menorca más bonitas (al menos para mí).
Es vuestra recompensa después de la caminata que os habéis pegado. Si todavía es prontito, es muy probable que todavía no haya demasiada gente y que tengáis la playa prácticamente para vosotros, lo cual es una gozada. Si llegáis más tarde, es probable que haya mucha gente que ha llegado caminando también como vosotros, o en su propia barca; de hecho, también hay varias empresas que organizan excursiones en barco y hacen paradas en diferentes playas y calas, incluida Trebalúger.
La playa en sí es bastante amplia, con arena blanquísima y muy fina, el color del agua es espectacular, tenéis un bosque a vuestras espaldas y hasta un pequeño río… ¡qué más se puede pedir! Para mí, esta playa es especial 💜
Bien, os lo habéis ganado, así que disfrutad un buen rato de la playa, bañaos, tumbaos al sol, etc. Pero no os pongáis muy cómod@s, porque sí queréis seguir el plan de ver 5 playas preciosas en un día, habrá que ponerse en marcha de nuevo pronto. Cuando estéis list@s para partir otra vez, seguid caminando para seguir recorriendo la costa en la misma dirección, es decir, atravesad toda la playa de Trebalúger y subid por el acantilado opuesto al que habéis llegado, el de la parte izquierda de la playa, mirando al mar (en realidad no recuerdo si el camino empieza en un acantilado o si entras en el bosque por la parte trasera de la playa en dirección a la siguiente cala, pero la cuestión es que hay que seguir recorriendo la costa hacia el este, hay que seguir caminando hacia la izquierda; no hay pérdida, en serio, hay indicaciones o caminos marcados).
Volveréis a atravesar un bosque y a caminar por los acantilados a lo largo de la costa hasta llegar a la siguiente playa: Cala Fustam. Tardaréis aproximadamente otra horita, y esta cala es muy pequeñita, pero es preciosa. Es muy recogidita y, cuando fuimos nosotros, apenas seríamos 15 personas: espectacular.
Disfrutad otra vez de vuestro premio: meteos en el agua cristalina, refrescaos, que lo necesitaréis, sentaos un ratito a descansar y, cuando estéis list@s de nuevo, seguid recorriendo la costa en el mismo sentido que antes, hacia el este.
La siguiente playa, Cala Escorxada, está muy cerca, no recuerdo exactamente a cuánto, pero tal vez alrededor de 15 minutos: nada comparado con las dos caminatas de una hora cada una que ya llevamos hechas hoy. La playa es más grande que Cala Fustam, pero más pequeña que Trebalúger, y también es preciosa.
Cerca del acantilado del lado opuesto por el que llegaréis hay toda una serie de rocas que sobresalen de la orilla del mar que le dan un toque diferente. Descansad un poco, bañaos, por supuesto, y… ¡ya llevamos 3 de 5 en las que nos hemos bañado!
Coged fuerzas porque ahora… ¡hay que volver por donde hemos venido! 😱 Sí, querid@s viajer@s, hay que volver a hacer todas esas caminatas en el sentido contrario, hacia el oeste, para volver a Cala Mitjana.
Esta vez, cuando lleguéis a Cala Mitjana, sí que os voy a dejar bañaros, va, que os lo habéis ganado 😜 . Llevamos 4 de 5 playas. ¿Y la última? La última se llama Mitjaneta (no tengo fotos, sorry!), y es la hermana pequeña de Mitjana. Se encuentra hacia el oeste de Mitjana, es decir, al lado contrario del acantilado que hemos cogido a primera hora de la mañana para iniciar el camino hacia Trebalúger y, para llegar a ella, tenéis dos opciones: podéis ir nadando desde Mitjana, que es mi opción favorita, y para lo que tardaréis tal vez 15 minutitos nadando, o podéis ir por el acantilado y el bosque caminando. ¡Misión cumplida: 5 de 5!
Como veis, es mejor plantear esta excursión como salida de un día entero, para la cual hay que llevarse mucha agua y bebidas en general, y también comida para todo el día. Pienso que este es uno de los mejores planes que se pueden hacer para pasar un día en Menorca, gracias al cual disfrutaréis de 5 de las playas y calas más bonitas de la isla.
2. Binibeca
Binibeca o Binibèquer se encuentra al sur de la isla, pero a la altura de Mahón. Para llegar a ella desde Mahón, hay que coger la carretera a Sant Lluís (Me-8), llegar al pueblo de Sant Lluís, atravesarlo y, en la rotonda que encontraréis justo al salir del pueblo, la que tiene una paloma de la paz blanca en el centro, debéis tomar la salida hacia la carretera Me-10, que indica que lleva a Binisafúller y Binibéquer. Seguid por la carretera Me-10 hasta que haya una bifurcación y tengáis que elegir entre Binisafúller y Binibéquer: tomad el camino a Binibéquer y seguid las indicaciones hasta la playa.
Binibeca es una de las pocas playas urbanizadas que encontraréis en mi lista pero, aparte de que la playa en sí es una monada, si la urbanización (bueno, no toda, pero parte sí) es tan bonita y respetuosa con el entorno y con la estética tradicional de la isla como esta, se merece entrar en este top 12 + 1.
Binibeca queda muy cerquita de Mahón, a solo 13 kilómetros de la capital de la isla y, como buena playa del sur, es de las de arena blanca y fina y de agua cristalina. Como está urbanizada, siempre hay muchísima gente, así que recomiendo no ir muy tarde o no podréis ni extender la toalla en el suelo.
¿La parte «positiva» de las playas urbanizadas? Pues que tienen chiringuitos. Y el de Binibeca es especialmente chulo: ocupa una especie de plataforma creada sobre el propio acantilado de la playa, pero a la altura del mar, y está bastante bien integrado con la naturaleza, ya que los bancos y las mesas son de madera maciza y las sombrillas son de paja: nada de sillas y mesas de plástico con el logo de Coca-Cola. Se llama Los Bucaneros, y es de los pocos chiringuitos que conozco que no afean demasiado la playa, así que uno se puede tomar una cervecita a la sombra sin ningún tipo de remordimiento de conciencia por fomentar que se urbanicen los entornos naturales y se estropee el paisaje.
Con respecto a la urbanización respetuosa con el entorno y la estética, me refería al pueblo de pescadores de Binibèquer Vell. Si visitáis Menorca, este es un lugar que no os podéis perder. Se trata de una pequeña urbanización increíblemente pintoresca y bohemia, ya que está formada toda por pequeñas casitas de pescadores encaladas de blanco construidas a lo largo de callejuelitas adoquinadas estrechas y serpenteantes, entre las que se encuentran pequeños patios interiores secretos, repletos de restaurantes con terrazas donde poder comer y cenar en un entorno realmente privilegiado.
El encanto mediterráneo que tiene el poblado de pescadores es realmente maravilloso, y este es un lugar al que yo, personalmente, dedicaría un atardecer, una cena y un paseo nocturno por las callejuelas con tomita incluida en alguno de los locales. Es un plan que no puede fallar.
3. Binigaus
Binigaus es otra playa del sur de la isla y, para mí, también es una de las mejores playas de Menorca. Se encuentra a mitad isla, a la altura de Es Migjorn Gran.
Para llegar a ella desde Mahón, hay que conducir por la carretera general (Me-1) hasta el desvío de Es Migjorn Gran que encontraréis varios kilómetros después de haber pasado Alayor, a mano izquierda (carretera Me-16). Seguid conduciendo hasta que paséis el pueblo de Es Migjorn Gran y hasta llegar a la urbanización en la costa (carretera Me-18), allí encontraréis dos parkings bastante grandes, uno a cada lado de la carretera. La playa a la que llegáis es Santo Tomás o San Adeodato (en realidad son dos playas, una a continuación de la otra), que son bonitas, pero no son nuestro objetivo. Para llegar a Binigaus desde aquí, lo tenéis muy fácil. Bajad a la arena a la altura de estos parkings que os decía y mirando al mar, a vuestra derecha, veréis un súper chiringuito-restaurante llamado Es Brucs. Empezad a caminar en esa dirección, hacia la derecha, pasando por delante de Es Brucs y dejándolo atrás. Podéis hacerlo por la misma arena de la playa o por una especie de caminito de tierra que está justo encima de la arena. Seguid caminando unos 10 minutos: si vais por la arena o por la orilla del mar, tendréis que ir sorteando piedras que a veces las propias olas del mar no os dejarán ver bien, pero es un paseo bien chulo hasta llegar a Binigaus. Esta es una playa rara, ya que, sí, tiene una extensión larga de arena, pero la costa es tan irregular y tan caprichosa, con tantos entrantes y salientes, que también vas pasando por infinidad de mini calas formadas por las rocas en las que puedes tumbarte en la arena con el mar a tus pies y sin nadie alrededor que moleste. Id caminando por la costa hasta que encontréis un sitio que os guste: no tiene más misterio. Podéis parar en la extensión grande de arena o buscar una de estas mini calitas «privadas» para vosotros.
A mí, personalmente, me parece que Binigaus tiene muchísimo encanto por todo esto que he contado: me encanta que se pueda llegar a ella caminando por la orilla del mar desde la playa principal en la que dejas el coche, me encanta que ofrezca tanto extensión larga de arena como pequeñas calitas más resguardadas donde hasta podréis encontrar sombra, y me encanta sobre todo su arena blanquísima y su agua totalmente transparente. Es una playa de muy fácil acceso y que estoy segura que os enamorará 😍
4. Cala Rafalet
Cala Rafalet es una calita minúscula que queda en la parte oriental de la isla, en la zona de San Luís.
Para llegar a ella, hay que conducir hasta el pueblo de San Luís o Sant Lluís por la carretera Me-8, atravesarlo, y seguir conduciendo por la carretera Me-8 en dirección a Alcaufar o Alcalfar. Hay que tomar el desvío a la izquierda, dirección a la urbanización de S’Algar y, muy poco antes de llegar a la urbanización, como unos 200 metros antes o así, a mano izquierda de la carretera veréis dos entradores seguidos. Aparcad el coche por allí y coged caminando el segundo entrador, que indica «Camí de cavalls». A partir de ahí, os espera un bonito paseo de unos 20 minutos bajando a la cala a través de un bosque.
Como decía, la cala en sí es muy, muy pequeñita, igual hay solo 3 metros de arena, pero los acantilados que la bordean son bastante prácticos para sentarse y para bajar al agua o tirarse al mar desde algún saliente. Aprovecho para decir que recomiendo encarecidamente que llevéis zapatillas acuáticas para caminar por las rocas cuando vayáis a las calas para no dejaros los pies en el intento. La cala está genial para hacer un pequeño picnic en el bosque, donde hay sitio de sobra para tumbarse a la sombra y pasar allí un rato agradable. La cala tiene una forma muy estrecha y alargada, y el agua suele tener un color azul precioso, aunque es cierto que depende de dónde sople el viento, puede haber algo de suciedad 😞 Cala Rafalet es un lugar encantador si os gustan las calas pequeñitas, y esto, combinado con el bonito paseo por el bosque y la posibilidad de hacer picnic a la sombrita en medio de la naturaleza y a un minuto del mar, lo convierte también en un muy buen plan.
5. Playa de Cavallería
Estrenamos la costa norte con Cavallería, que se encuentra a mitad isla en esta costa septentrional.
Para llegar a esta preciosa playa desde Mahón, hay que coger desde el puerto de Mahón la carretera que va a Fornells (Me-7) y seguir por ella hasta que hayáis pasado el cruce con la carretera que baja a Mercadal (no cojáis este cruce, tenéis que pasarlo). Poco después de este cruce, empieza a haber desvíos a mano derecha para ir saliendo a la costa a las diferente playas que hay: el primero que veréis será el de Cala Tirant (no lo cojáis), seguid por la carretera hasta que veáis el desvío a la Playa de Cavallería y al faro que lleva el mismo nombre. Tomad este desvío y, tras conducir un rato más, veréis las indicaciones del parking para la playa a mano izquierda. Aparcad aquí para bajar a la playa, pero para completar el plan, antes o después del chapuzón, en lugar de aparcar en este parking podéis seguir recto por la carretera y acercaros al Cabo de Cavallería y al Faro de Cavallería. Es un paisaje muy árido, rocoso y salvaje, mola mucho. Además, los faros tienen un no sé qué que siempre apetece fotografiar, ¿verdad?
Una vez hayáis aparcado en el parking de la playa, veréis que hay dos playas, una a la izquierda y otra a la derecha. Yo diría que las dos se llaman Cavallería, pero la de la derecha es toda de piedras (o «macs», en menorquín) y la de la izquierda es la buena. Veréis que hay unas estructuras de madera con pasarelas y escaleras para bajar a la arena: nada más pisarla, veréis que es diferente a la de las playas del sur. Es más oscura, tirando a un tono rojizo, y mucho más gruesa, como decía al principio del post. También comentaba que en las playas del norte no suele haber bosque cuando termina la arena, y Cavallería no es una excepción, ya que al fondo de la playa encontramos simplemente rocas o acantilados y matorrales bajos. Es otro rollo completamente, pero a mí me encanta el aspecto salvaje que presentan las playas del norte.
6. Cala en Brut
Cala en Brut se encuentra en el extremo oeste de la isla, en la zona de Ciudadela.
Esta cala es un poco diferente al resto porque digamos que es algo «artificial»: consta de diferentes plataformas de cemento donde se puede extender la toalla y desde la cuales encontraréis escaleras tipo piscina para bajar al mar. Vendría a ser lo más parecido a una piscina natural, tanto por estas facilidades que os comento, como por el increíble color azul que tienen siempre sus aguas. Si no os gusta demasiado la arena y tampoco sois mucho de trepar por las rocas, esta es vuestra cala.
Esta playa sí que está urbanizada, pero al menos, desde la cala solo se ven chalets y no bloques enormes de hoteles. Además, al ser ya de por sí una construcción «artificial», el tema de estar urbanizada o no importa un poco menos…
Para llegar a esta cala tan práctica desde Mahón, hay que conducir por la carretera general Me-1 hasta casi llegar a Ciudadela. Llegaréis a una rotonda bastante grande con varias salidas, en la que habrá que tomar la primera de todas: la salida que indica «Ronda», «Cala en Blanes» y «Cala Morell». A partir de ahí, seguid las indicaciones hasta Cala en Brut.
7. Cala Fustam
Cala Fustam es una de las playas que he mencionado en el súper plan de un día entero que he explicado al principio del post, así que para obtener la información referente a esta cala, volved al apartado 1. Trebalúger.
8. Cala Mitjana /Cala Mitjaneta
Exactamente lo mismo: tenéis toda la información en el apartado 1. Trebalúger.
9. Cala Pilar
Con Cala Pilar volvemos al norte de la isla.
Para llegar a Cala Pilar desde Mahón, de nuevo habrá que tomar la carretera general Me-1 y conducir hasta pasado Ferreríes. Varios kilómetros después de haber pasado este pueblo, veréis un desvío a mano derecha que indica Cala Pilar; dicho camino se llama Camí de Tramuntana. Seguid las indicaciones hasta llegar al parking de la playa, que es de los que se llenan rápido, aviso. A partir de aquí, tendremos una caminata de unos 45 minutos hasta llegar a la playa: al principio hay algo de sombra ya que hay partes con bosque, pero tirando al final la caminata es bajo el sol, ya que pasamos a caminar por zona rocosa y de matorral. Esta ruta tiene bastantes subidas y bajadas, tenedlo en cuenta. A ver, no estoy diciendo que sea difícil ni mucho menos, pero tampoco es que sea un paseo facilón…
Esta cala es uno de los ejemplos más perfectos de cómo es la costa norte menorquina: la tierra que bordea la playa es arcilla de un color rojo intenso, la cual contrasta con el amarillo tostado de la arena y el tono azul más oscuro del mar en esta parte de la isla.
Es una playa muy salvaje, con peñones angulosos y áridos bordeándola y de colores muy intensos. Mirad si es salvaje que cuando estuvimos nosotros esta última vez, había cabras pastando en los matorrales de la montaña que está en la parte de atrás de la playa, y llegaron casi hasta la arena; como en la arena no había nada que pastar, no llegaron a bajar, pero hubo un momento en el que pensábamos que nos tocaría salir corriendo, jajaja.
10. Cala Presili
Seguimos en la costa norte con Cala Presili.
Para ir a esta cuca calita desde Mahón hay que conducir por la Carretera de Fornells (Me-7), que se coge en el Puerto de Mahón, unos 8 – 9 km hasta que, a mano derecha, veáis una indicación en un desvío que indique Cap de Favàritx/Far de Favàritx. Coged este desvío y, tras unos 6 km, aparcad en alguno de los terraplenes que hay a ambos lados de la carretera. Si seguís por la carretera en coche, llegaréis al Faro de Favàritx, que también es bonito de visitar. Sin embargo, si aparcáis en los terraplenes y queréis llegar a Cala Presili directamente, debéis tomar el camino que parte a mano derecha en la carretera por la que habéis venido, a la altura de estos terraplenes, más o menos. Es un camino a través de rocas, en plan un poco desértico, pero no os preocupéis, os conduce directamente a la playa tras una breve caminata de tal vez 10 minutos.
La cala en sí es bastante pequeñita y, sinceramente, no es de las más espectaculares de la isla, pero a mí me gusta porque es tranquila y porque tiene vistas al Faro de Favàritx, cosa que me parece muy guay. ¡Fotos chulas garantizadas!
11. Es Caló Blanc
Es Caló Blanc es otra mini-calita, del estilo de Cala Rafalet, que se encuentra al sur de la isla, entre los pueblos de Sant Lluís y Sant Climent.
Para llegar a Es Caló Blanc desde Mahón, hay que coger la carretera a Sant Lluís (Me-8), llegar al pueblo de Sant Lluís, atravesarlo y, en la rotonda que encontraréis justo al salir del pueblo, de nuevo la de la paloma de la paz, debéis tomar la salida hacia la carretera Me-10, que indica que lleva a Binisafúller y Binibéquer. Seguid por la carretera Me-10 hasta que haya una bifurcación y tengáis que elegir entre Binisafúller y Binibéquer: tomad el camino a Binisafúller. Aproximadamente 1 km después, cuando ya hayáis pasado toda la urbanización de Binisafúller, a mano izquierda de la carretera veréis un terraplén alargado con coches aparcados: aquí es donde tenéis que aparcar vosotr@s también para bajar a Es Caló Blanc. Buscad el camino de bajada entre los arbolitos que asoman por detrás de la pared de piedras (en menorquín, «paret seca»), tan típica de la isla, y bajad con cuidado hasta la cala.
En esta calita hay muy poquito espacio en la arena (de hecho, es posible que, dependiendo de las condiciones del mar de ese día y de los días anteriores, no haya ni arena), pero hay sitios donde dejar los trastos en las rocas y los acantilados que bordean la cala tanto a un lado como al otro. Esta es otra de las calas que suele tener un tono del agua espectacular, aunque algunas de las fotos que tengo yo no le hagan justicia, ya que el día estaba nublado y feo y no lucen demasiado. Si os alojáis en Mahón o alrededores, esta cala es ideal para un chapuzón rápido por su cercanía a la capital y por su fácil acceso, ya que no se pierde tiempo con caminatas para llegar a la cala ni nada parecido: es aparcar y al minuto estar disfrutando de sus aguas cristalinas, si así lo deseáis.
12. Cala Macarella/Cala Macarelleta
Cala Macarella y su hermana pequeña, Cala Macarelleta son las típicas playas menorquinas de la costa sur: totalmente paradisíacas.
Para llegar a esta pareja perfecta de playitas, hay que conducir de nuevo por la carretera general Me-1 hasta casi llegar a Ciudadela. Llegaréis a una rotonda bastante grande con varias salidas, la misma de la que he hablado cuando he explicado cómo llegar a Cala en Brut. En dicha rotonda, la primera salida indica «Ronda», «Cala en Blanes» y «Cala Morell», la que va recto nos llevaría a Ciudadela, y la tercera, la que indica «Ronda» y «Cap d’Artrutx», es la que deberemos tomar para ir a las playas del sur de la zona de Ciudadela, como las que nos ocupan. Tomad, entonces, esta tercera salida para la ronda sur de Ciudadela y seguid conduciendo por este camino hasta que os encontréis con una bifurcación donde tendréis que elegir entre Cala Macarella/Macarelleta y Cala en Turqueta. Tomad el camino hacia Macarella/Macarelleta, que es el de la izquierda, y seguid conduciendo siguiendo las indicaciones hasta el parking, que también es de los que se llena.
A partir de aquí, os espera otra caminata de unos 45 minutos a través del bosque hasta la playa. Sorprendentemente, al llegar a la playa, veréis un chiringuito/restaurante enorme, pero es lo único que hay urbanizado en toda la playa: ni un hotel, ni un apartamento, ni una tienda de souvenirs… nada. De hecho, ese chiringuito llama la atención porque, al no haber ni carretera para llegar a la playa, resulta curioso que allí haya un negocio, pero sí, sí, allí está…
Nada más poner el pie en la arena, veréis a qué me refería cuando hablaba de lo perfectas que son estas playas. Llegáis a la playa «grande», Macarella, y veis que la arena es blanca y fina, y que el bosque por el que habéis llegado caminando enmarca tooooda la playa: tanto los laterales, donde todos los acantilados se cubren de verde, como la parte trasera, donde encontraréis zonas de sombra bajo los pinos en la propia arena… Y después está el mar, que tiene ese color tan precioso, ese azul tan profundo y limpio que nada tiene que envidiar a las playas del Caribe.
Cuando hayáis descansado y hayáis disfrutado de Cala Macarella, tocará hacer una visita a la playa pequeñita, ¿no? Pues bien, de nuevo tenéis dos opciones: ir caminando, trepando para ello por el acantilado del lado opuesto de la playa al que habéis llegado y paseando por el bosque hasta alcanzar Cala Macarelleta (no sabría decir el tiempo, pongamos tal vez 20 minutos), o ir nadando a Cala Macarelleta desde Macarella, que es lo que suelo hacer yo. Es una pena que el día fuese también un poco nublado porque no se aprecian bien los bonitos colores del mar en algunas de las fotos que tengo…
13. S’Alairó/Cala Pregonda
Terminamos el recorrido por la isla en la costa norte de nuevo, en dos de mis playas favoritas (creo que esto le he dicho ya demasiadas veces, pero, ¡ay!, es que es tan difícil elegir…).
Para llegar a Cala Pregonda y S’Alairó hay que seguir exactamente el mismo camino que he indicado para Cavallería, solo que no hay que tomar el desvío a Cavallería, sino que hay que continuar por la misma carretera por la que veníamos conduciendo hasta encontrar también a mano derecha el desvío pertinente. Veámoslo de nuevo: para llegar a Cala Pregonda y a S’Alairó desde Mahón, hay que coger en el Puerto de Mahón la carretera que va a Fornells (Me-7) y seguir por ella hasta que hayáis pasado el cruce con la carretera que baja a Mercadal (no cojáis este cruce, tenéis que pasarlo). Poco después de este cruce, empieza a haber desvíos a mano derecha para ir saliendo a la costa a las diferente playas que hay: el primero que veréis será el de Cala Tirant (no lo cojáis), seguid por la carretera hasta que veáis el desvío a la Playa de Cavallería y al faro que lleva el mismo nombre, pero tampoco lo cojáis sino que tenéis que seguir conduciendo por esta carretera un poco más. Llegaréis a otro desvío a mano derecha, que indicará Cala Pregonda y Playa de Binimel-la, ¡y este sí, este es el que hay que coger! Seguid conduciendo hasta que lleguéis al parking de Binimel-la y aparcad allí.
Una vez allí, deberéis caminar unos 45 minutos hasta S’Alairó y después otros 10 o 15 hasta Cala Pregonda. Son una pareja de playas espectaculares, de nuevo, de colores muy intensos: los tonos rojizos de las rocas junto con el mar de ese azul tan intenso las convierten en unas playas de postal. Además, la costa es bastante caprichosa en esta zona, y hay hasta pequeños islotes y roquitas frente a las playas y a los lados de las mismas. Nosotros esta vez nos enamoramos tanto de S’Alairó que nos quedamos en esta playa y no llegamos a Cala Pregonda; sin embargo, la veíamos perfectamente desde donde estábamos, ya que están muy cerca la una de la otra y, al estar colocadas en ángulo, se tienen de vista la una a la otra.
Además, en Cala Pregonda hay un par de casitas privadas construidas y en S’Alairó no hay nada de nada, así que nos pareció bien quedarnos en esta primera a disfrutar del estupendo día de playa.
Bueno, pues hasta aquí la lista de mis playas favoritas de Menorca, que estoy segura de que os ha puesto los dientes muy largos. Os animo a visitar mi islita, y estoy 100% segura de que no os va a decepcionar. Eso sí, también os pido que me la cuidéis y que hagáis un turismo responsable. Recordad, Menorca es reserva de la Biosfera y lo es por un motivo: por su diversidad ambiental y por sus valores naturales. Si la visitáis, ayudadnos a mantenerla bonita y virgen cuidándola y respetándola como se merece 😊 Por cierto, ¿qué opinan mis amig@s menorquin@s de esta lista? ¿Coincidís más o menos conmigo o tenéis preferencias muy diferentes? Se me han quedado algunas fuera, como Cala en Turqueta o Es Talaier, por falta de espacio o por no tener fotos bonitas de ellas, pero ¿quién dice que este es el último post sobre las playas de Menorca? 😜 ¡Os espero a tod@s (menorquin@s y visitantes) en los comentarios!
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7 Comments
Rocío
Te puedes creer que teniéndolo tan cerca solo he ido una vez a Mallorca?? Apenas conozco nuestras islas!! Un desastre vamos…. Gracias por el post. Muy interesante!!
Débora
¡Hola, Rocío! Pues eso habrá que solucionarlo, ¿no? 😜 La verdad es que Menorca es una verdadera joya, y no solo por sus playas… Si te animas a visitarla seguro que vuelves enamorada 💜
David
Vaya currada!!! Tomo buena nota porque está guía es genial! Enhorabuena!
Débora
¡Vaya, muchas gracias, David! Me alegro de que pienses que te va a resultar útil 🙂 Si al final vas a la isla, ya me contarás qué te parece 😎
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