¡Hola, viajer@s!

Hoy seguimos con la clase de historia, o de prehistoria, mejor dicho, que empezamos hace poco con el post introductorio que publiqué sobre la cultura talayótica de Menorca. En él os explicaba qué es esta cultura talayótica, qué siglos abarca, cuáles son sus elementos más característicos y qué relevancia histórica y arqueológica tienen.

Este post va a tener un enfoque mucho más práctico y en él vamos a hablar de una ruta por la isla para conocer los principales yacimientos arqueológicos de la cultura talayótica.

Ruta por la Menorca talayótica

En esta ruta que he montado obviamente no están todos los monumentos prehistóricos de la isla, pero sí los más importantes. Si os quedáis con ganas de más, siempre podéis recurrir al sitio web oficial de turismo de Menorca, donde podréis encontrar más información sobre este y muchos otros aspectos de la isla. Es una página genial para descubrir todo lo que Menorca tiene que ofrecer.

En esta ruta que os propongo vamos a visitar 8 yacimientos, y vamos a ir explorándolos a lo largo de la isla, desde Mahón hasta Ciudadela, siguiendo la carretera general de Menorca (la Me-1).

Para realizar esta ruta, recomiendo dedicar dos días, uno para la parte de Mahón y otro para la parte de Ciudadela, para ir más desahogados y poder combinar las visitas con chapuzón en alguna de las playas cercanas o con alguna otra actividad, aunque si os empeñáis y queréis hacerlo todo en un día en plan maratón talayótica, estoy segura de que también se podría.

Para que este post tenga algo de sentido es importante tener claro cuáles son los elementos principales de la cultura talayótica; para ello os recomiendo que le echéis un vistazo al post a la Parte I sobre la cultura talayótica para descubrir estos elementos con todo detalle; sin embargo, como soy buena gente, también os dejo aquí un mini resumen para facilitaros un poco la vida 😜:

• Talayot: torre de forma cónica construida a base de piedras de diferentes tamaños montadas en seco
• Taula: monumento megalítico constituido por dos grandes piedras que forman una enorme T
• Naveta: tumba monumental de carácter colectivo en forma de casco de barco invertido

Aquí además os dejo un mapa con el recorrido de estos dos días, en el que aparecen los 8 yacimientos que propongo visitar:

Ahora sí que sí: ¡zambullámonos directamente en la prehistoria de nuevo y vamos allá con esta ruta cultural y arqueológica por la isla!

Día 1 – Ruta talayótica por la zona de Mahón (mitad oriental de la isla)

Poblado talayótico de Trepucó

El poblado talayótico de Trepucó se encuentra justo a las afueras de Mahón, junto al cementerio. Para llegar es muy fácil y está bien señalizado: hay que tomar la ronda que bordea Mahón en dirección al cementerio y, en la rotonda correspondiente, está señalizado el desvío que hay que tomar (que es el del cementerio).

Se trata de uno de los poblados talayóticos más grandes de la isla, aunque es cierto que no es ni el más espectacular ni el que mejor conservado está.

En este poblado talayótico se conservan los siguientes elementos: dos talayots (que son los elementos más antiguos del conjunto y datan de los años 1000 – 700 aC), el recinto de taula, algunos tramos de muralla, dos torres cuadradas y algunos restos de viviendas.

La taula que se encuentra dentro del recinto de taula es la más grande de la isla, aunque su presencia no es tan impactante como debiera, ya que en los años 70 se llevó a cabo una restauración bastante agresiva que hoy en día se considera desafortunada.

La entrada a este yacimiento es gratuita, y a lo largo del poblado encontramos algunos paneles con información que resultan muy útiles para la interpretación de los monumentos.

Si estáis en Mahón alojados o de visita, vale la pena acercarse, ya que son solo 5 minutos en coche desde el centro de Mahón, la visita es rapidita y además es gratis. Aunque, como ya os he comentado, personalmente opino que no es de los conjuntos más bonitos ni mejor conservados, vale la pena la visita sobre todo para ver la taula y el talayot.

Talayot de Torelló

El talayot de Torelló está también muy cerca de Mahón. Para llegar, habrá que tomar la carretera de Mahón a Sant Climent (Me-12) y, aproximadamente en el kilómetro 3,5 desde Mahón, a la derecha, habrá que tomar el camino rural de Torelló Vell.

En realidad se trata de un poblado talayótico, pero el elemento que más destaca es sin duda su gran talayot, llamado talayot de Torellonet Vell. Este talayot, además de sus grandes dimensiones y de estar muy bien conservado, es peculiar porque conserva en la parte superior un portal con dintel. Al igual que los talayots de Trepucó que acabamos de comentar, este talayot también data del periodo talayótico (1000 – 700 aC).

El Talayot de Torelló se encuentra dentro de una tanca, es decir, dentro de una parcela de tierra delimitada por «paret seca». Se trata de una propiedad privada, y dentro de las diferentes tancas puede haber ganado, así que hay que tener cuidado con las barreras que hay para entrar: hay que abrirlas, pasar, y volverlas a cerrar siempre (esto es aplicable a toda la isla, tanto si vamos andando como en coche; si vais en coche y os encontráis con barreras en los caminos rurales: bajad, abrid la barrera, pasad con el coche, bajad de nuevo, volved a cerrar la barrera y seguid vuestro camino en coche 😉 ). Para vuestra información, y como dato curioso sobre el menorquín, os cuento que las barreras típicas de madera que os encontraréis se llaman «barreres d’ullastre»; esto último se pronuncia en realidad «uastra» y hace referencia al nombre del árbol del que se saca la madera para hacerlas, que en castellano se llama acebuche, y es una especie de olivo borde.

Como decía, este talayot en concreto impacta por su buen estado de conservación, por su gran altura y por el elemento distintivo del portal que tiene en la parte superior. Está todo rodeado de la típica «paret seca» menorquina, de la que ya hablé también en el primer post sobre la Menorca talayótica, y está situado en una pequeña parcela con una alfombra verde de césped. Sorprende lo bien integrado que está en la naturaleza, parece un elemento natural más junto a las típicas «parets seques», las «barreres d’ullastre», el terreno verde y las vacas pastando junto a él. Es una imagen preciosa.

Se puede aprovechar la visita para acercaros también a la basílica paleocristiana de Fornàs de Torelló, que se encuentra a un minuto de este talayot. Si así lo hacemos, abandonaremos la época talayótica y avanzaremos varios siglos de golpe en cuestión de 60 segundos, ya que este yacimiento data del S. VI dC. Lo más destacable de este lugar es el gran mosaico que cubre el pavimento de la nave central, que incluye diseños geométricos, así como de vegetación y animales, como leones y pavos reales.

El mosaico no está completo, y cuando lo visitamos nosotros la última vez estaba bastante cubierto de polvo (es lo que tienen los fuertes vientos de la isla: la tramontana), pero vale la pena asomarse y admirar este bello y antiguo mosaico. Ambas visitas, tanto la del talayot como la del mosaico, son gratuitas.

Poblado talayótico de Talatí de Dalt

Desde Torelló debemos salir a la carretera general (Me-1) y salir en dirección a Ciudadela; a apenas 1,5 km encontraremos la indicación para tomar el desvío a Talatí de Dalt a la izquierda, aproximadamente a la altura de la marca del km 4 de la carretera general.

El conjunto prehistórico de Talatí de Dalt es muy interesante porque encontramos muchos elementos diferentes juntos, es un auténtico poblado talayótico en toda regla. Allí podremos ver tres talayots, el recinto de taula, diferentes restos de casas y salas hipóstilas y una serie de cuevas.

Este poblado destaca porque allí encontramos diferentes recintos cubiertos, que serían las casas y que datan del S. II aC, pero es especialmente relevante el recinto de taula, ya que podemos observar que la taula recibe el apoyo de una pilastra adicional. Se piensa que esto puede deberse a que uno de los menhires que habitualmente conforman el perímetro del recinto de taula pudo caer de forma accidental y quedar apoyado en la taula. Este es uno de los motivos por los que este recinto de taula es de los más monumentales de la isla.

La construcción más antigua que encontramos en este conjunto, como suele ser habitual, es el talayot, que data de alrededor del año 850 aC.

Además, también encontramos una cueva natural de dimensiones considerables que se utilizaba con fines funerarios.

En el recinto de taula, que posiblemente se construyó entre los S. VI – IV aC, se han llevado a cabo excavaciones gracias a las cuales se han encontrado restos de hogueras, huesos de cabrito y fragmentos de ánforas de vino, lo cual nos indica, como ya explicaba en la primera parte del post sobre la cultura talayótica de Menorca, cómo podían ser los rituales que se llevaban a cabo dentro de los recintos de taula, probablemente con el objetivo de propiciar la fertilidad de la tierra y del ganado.

Los expertos opinan que en el poblado pudieron llegar a vivir aproximadamente 100 personas en el momento álgido del asentamiento, alrededor del S. III aC, y hay pruebas de que este poblado siguió habitado durante los siglos siguientes por diferentes comunidades, al menos hasta el S. XIII dC, cuando estaba habitado por pobladores musulmanes.

El precio de la entrada al poblado de Talatí de Dalt es de 4 euros. Considero que vale la pena pagar este precio más o menos simbólico para ver uno de los conjuntos talayóticos más monumentales de la isla y también porque es uno de los que se encuentran mejor documentados. Al entrar te dan un folleto informativo muy útil que te permite ir haciéndote una idea más clara de qué es exactamente todo lo que ves y comprender mejor cada uno de los monumentos. La verdad es que es práctico porque te ayuda mucho a visualizar cómo podía ser la vida en esas épocas. También encontramos paneles explicativos por todo el poblado.

Poblado talayótico de Torralba d’en Salort

Desde Talatí de Dalt salimos de nuevo a la carretera general (Me-1) y seguimos en dirección a Ciudadela hasta prácticamente llegar al municipio de Alaior. Antes de entrar en el casco urbano habrá que tomar el desvío hacia Cala en Porter, que está muy bien indicado. A los 3 km más o menos después de haber cogido esta carretera de Cala en Porter, encontramos la indicación de Torralba d’en Salort.

El origen de este poblado talayótico se remonta a los años 1700 – 1400 aC. El recinto de taula, que data de los S. IV – III aC, es también uno de los más monumentales de la isla. La elaboración de las dos placas de piedra que forman la T de la taula es magnífica y el monumento alcanza casi los 4 metros de altura. Al igual que en el caso de Talatí de Dalt, en el recinto se han encontrado restos de hogueras, huesos de cabritos y fragmentos de ánforas de vino, además de un altar, una representación de terracota de la divinidad púnica Tanit y algunas figuras de bronce de animales. Todo ello son pruebas de que la taula tenía función de culto. Por cierto, prácticamente todos estos hallazgos arqueológicos que se han ido encontrando en los diferentes yacimientos de la isla se encuentran expuestos en el Museo de Menorca, que está en la población de Mahón. Yo no he podido visitarlo todavía, ya que en mi última estancia en la isla, cuando quise ir a visitarlo, estaba cerrado por reformas, pero a la próxima no me lo pierdo, porque tiene pinta de ser muy interesante.

Bien, volvamos a Torralba: además de este bonito recinto de taula, en el poblado talayótico de Torralba d’en Salort podemos encontrar dos talayots, una casa talayótica, varios silos, una casa del S. XVII dC, una cantera de marés (que es la piedra utilizada tradicionalmente para las construcciones en la isla), varias cuevas funerarias, una era, un tramo de la muralla ciclópea que bordeaba todo el asentamiento y una sala hipóstila.

La entrada a esta visita también son 4 euros. Aquí también nos proporcionan un folleto, pero es mucho menos informativo que el de Talatí, aunque también encontraremos paneles informativos a lo largo de la visita. También hay servicios en el punto de información. Vale totalmente la pena visitar este bonito conjunto arqueológico y sentir su magia.

Llegados a este punto, una opción es seguir recorriendo la carretera de Cala en Porter hacia el sur hasta llegar a la famosa urbanización de Cala en Porter, con su correspondiente playa. Se trata de una playa muy explotada turísticamente, pero aun así, de las urbanizadas, pienso personalmente que es de las más bonitas de la isla. Si habéis salido pronto de Mahón y habéis hecho todas las visitas hasta este punto del post, podéis aprovechar para pegaros un buen chapuzón en esta playa y para comer en alguno de los muchos bares y restaurantes que hay en la urbanización.

Poblado talayótico de Torre d’en Gaumés

Si venís tanto de Torralba como de Cala en Porter, habrá que hacer lo mismo: conducir por la carretera de Cala en Porter en dirección norte para reincorporarnos a la carretera general (Me-1) y seguir conduciendo en dirección a Ciudadela. Muy poco después de habernos incorporado a esta carretera, y también antes de llegar a la población de Alayor, volveremos a encontrar un sistema de rotondas y desvíos, donde deberemos coger la carretera que nos lleva a la playa de Son Bou (también está muy bien indicado). A los 2 km más o menos desde que hayamos cogido el desvío hacia Son Bou y circulemos por esta carretera, encontraremos el desvío para ir a la Torre d’en Gaumés.

Primero encontramos el Centro de Interpretación, donde se ofrece información básica para poder interpretar los monumentos que encontraremos después en el poblado: hay material audiovisual, reproducciones de diversos objetos encontrados en el poblado y una serie de paneles explicativos. Nosotros no lo sabíamos y no lo visitamos, lo que es una lástima. Si volvemos, desde luego que lo haremos.

A continuación, llegamos al poblado en sí. Se trata del yacimiento más extenso de toda Menorca y en el que más evidente se hace que allí vivía una comunidad de personas, que aquello era un auténtico asentamiento o poblado, una civilización. Sus orígenes son del periodo naviforme, es decir, de los años 1700 – 1400 aC.

Al ser un yacimiento tan amplio, podemos encontrar diferentes zonas en distintos estados de conservación: la primera zona que encontramos, la zona norte, está bastante bien conservada, la zona central es un auténtico caos de piedras al que es difícil encontrarle algún sentido, y la última zona, la zona sur, vuelve a estar bastante bien conservada. Uno de los carteles informativos que encontramos advierte de que las excavaciones arqueológicas realizadas en Torre d’en Gaumés se han centrado en los extremos norte y sur del poblado, y que toda la parte central permanece sin estudiar, lo cual explica ese aspecto caótico que presenta.

En la primera zona encontramos tres talayots que datan de los años 1000 – 700 aC, situados en la cima de la colina sobre la que se asienta el yacimiento, desde donde se podía dominar todo el territorio.

El recinto de taula es algo posterior, del periodo post-talayótico (650 – 123 aC). En el caso de la taula de Torre d’en Gaumés, la losa horizontal que formaría la parte superior de la T se encuentra caída entre la puerta de entrada al recinto y el pilar que la sustentaba. Esto no es realmente evidente a menos que te lo digan, o al menos nosotros no caímos en su momento (yo lo sé porque lo acabo de leer ahora en el folleto 😂), pero durante nuestra visita Félix y yo nos preguntamos qué sería aquella gran piedra situada dentro del recinto de taula con un hueco central. Pensamos que podía ser algún tipo de abrevadero, o altar o lugar de sacrificios, pero resulta que es la parte superior de la taula, y el hueco central está excavado para encajar con la losa vertical que actúa como pilar. Lo podéis ver en la siguiente foto:

En la zona sur de la colina encontramos las casas talayóticas, de forma circular, y en cuyos laterales encontramos adosadas las salas hipóstilas, que se tratan de edificios que conservan la cubierta de losas de piedra sostenidas por columnas, cuya función era probablemente la de almacén o despensa. Destaca la llamada Casa Cartailhac, en honor al arqueólogo francés Emile de Cartailhac, que la dio a conocer en un tratado publicado a finales del S. XIX. En este recinto podemos observar la entrada a la casa, la estructura básica de esta gracias a los restos de los muros, así como algunos pilares que soportaban el techo. Algunos de estos pilares tienen losas colocadas en la parte superior y, por tanto, tienen aspecto de pequeñas taulas; sin embargo, no lo son, ya que según he leído en la documentación, se trata simplemente de restos de esta casa Cartailhac. Además, hay varias de estas estructuras, de estas «falsas taulas» dentro del recinto, cosa que no sucede en los recintos de taula verdaderos: en estos solo encontramos una gran taula en el centro, y no varias pequeñas en los laterales, como en este caso.

Se calcula que en su máximo esplendor pudieron vivir en el poblado de Torre d’en Gaumés unas 900 personas, y hay pruebas de que, una vez finalizada la época talayótica, fue ocupado parcialmente más o menos de manera continua hasta la conquista cristiana medieval de 1287.

Por su gran extensión y amplitud (unas 6 hectáreas), por su relativo buen estado de conservación y por estar tan bien documentado, el poblado talayótico de Torre d’en Gaumés es sin duda una de las visitas imprescindibles en cualquier ruta talayótica por Menorca. La entrada cuesta 3 euros y es de todas las visitas que hemos comentado, a la que más tiempo hay que dedicarle.

Una vez hayáis terminado esta visita y si seguimos el hipotético plan de dos días que estoy trazando para vosotr@s, que combina una ruta talayótica con la visita a alguna que otra playa para pegaros un chapuzón y dejar de ver piedras un rato 😂, ahora sería un buen momento para seguir conduciendo en dirección sur por la carretera de Son Bou hasta llegar a esta famosa y urbanizada playa de la costa sur de Menorca. Aquí podéis remojaros un rato y tomar algo o cenar en la multitud de establecimientos que ofrece esta urbanización. Con esto podríamos dar por finalizado el primer día de la ruta talayótica, el de las visitas de la «zona de Mahón», por decirlo de alguna manera.

Día 2 – Ruta talayótica por la zona de Ciudadela (mitad occidental de la isla)

Poblado talayótico de Torrellafuda

Empezamos este segundo día de recorrido, que es mucho más corto que el anterior y, si estáis basados en Mahón (o en cualquier otro pueblo que no sea Ciudadela, en realidad), para llegar a nuestra primera parada de hoy, que es el poblado talayótico de Torrellafuda, habrá que coger de nuevo la carretera general (Me-1) en dirección a Ciudadela hasta prácticamente llegar a esta población. Unos cuantos kilómetros antes de llegar a ella, concretamente en el km 37 de la carretera general, veréis el desvío a mano izquierda para visitar este yacimiento.

Personalmente pienso que es uno de los poblados talayóticos más bellos y evocadores de la isla, ya que está rodeado de prados verdes y los restos se encuentran bajo un pequeño encinar. Tiene un aspecto totalmente místico, como si en cualquier momento fuesen a aparecer un grupo de druidas y hechiceras y se fuesen a poner a danzar lanzando conjuros alrededor del círculo de piedras que forma el recinto de taula. Es un lugar simplemente mágico, a mí me enamoró 😍.

Allí podemos encontrar un talayot totalmente colonizado por los árboles, lo que le da un aspecto decadente y ruinoso absolutamente encantador, pero sin duda la parte que tiene una atmósfera más especial es el recinto de taula.

Este, como decía antes, está bajo un pequeño bosquecito de encinas, en un pequeño claro y, a pesar de no estar en un estado de conservación muy bueno, casi os diría que esto le suma a su encanto. La columna y el capitel que formarían la taula están caídos y fragmentados en el suelo, pero sí que se conserva una monumental pilastra con su capitel en su posición original, adosada al muro que bordea el recinto de taula, que es un sustituto muy digno de la taula original en sí. Además, también hay en el antiguo recinto de taula una estructura que a mí personalmente me parece que tiene aspecto de dolmen, aunque no he leído ninguna referencia a que haya un dolmen en este yacimiento. En fin, cosas mías…

Como ya os he contado, los recintos de taula estaban destinados al culto y posiblemente estaban vinculados a celebraciones relacionadas con el calendario agrícola y ganadero, y allí se sacrificaban ovejas y cabras jóvenes y se ofrecían libaciones de vino.

En resumen, recomiendo la visita a Torrellafuda por su aspecto mágico, antiguo, pagano y absolutamente encantador. Parece un decorado de una película de druidas, un lugar donde da la impresión de que la magia ancestral y oscura de Menorca sigue todavía viva. Y, por cierto, la entrada es gratuita.

Poblado talayótico de Torretrencada

Para ir desde Torrellafuda a Torretrencada habrá que volver a salir a la carretera general (Me-1) y seguir en dirección Ciudadela; muy poco después encontraremos el desvío, de nuevo a mano izquierda, exactamente en el km 39 de la general.

Torretrencada es un poblado talayótico del que poco queda hoy en día. Del recinto de taula solo queda la taula en sí; del muro que la rodeaba solo se conserva un tramo que se encuentra bajo la paret seca actual, por lo que la taula se ve aislada dentro de una simple parcela de campo verde. Sin embargo, la taula en sí es de gran belleza, ya que cuenta con una columna de refuerzo en la parte posterior y, no sé si será por este motivo, pero, como su nombre indica («Torretrencada» significa «torre rota» en menorquín), la pilastra que soporta el capitel, es decir la piedra vertical de la T, está totalmente agrietada en sentido horizontal, literalmente partida por la mitad, lo que le da un aspecto aún más antiguo e interesante.

Aparte de esta bonita taula, en Torretrencada también podemos encontrar los restos de un talayot, algunas cuevas artificiales excavadas en el subsuelo rocoso y unas sepulturas excavadas en la roca, aunque el origen de estas probablemente sea medieval.

En realidad, como os decía, en Torretrencada hoy en día hay ya poco que ver, pero vale la pena la parada entre las otras dos visitas del día para admirar la bonita taula, solitaria en medio de la naturaleza. Además, en este caso, la entrada es también gratuita.

Naveta des Tudons

Para llegar a la Naveta des Tudons habrá que repetir la operación anterior: salir a la general, continuar en dirección Ciudadela y, de nuevo, a mano izquierda, en el km 40, es decir, realmente cerca de Torretrencada, encontramos el desvío a la naveta.

Terminamos esta ruta talayótica con el que algunos consideran que es el plato fuerte de todos los yacimientos prehistóricos de la isla. Lo que es innegable es que es uno de los monumentos más relevante de la prehistoria europea e, indudablemente, el más conocido de las Islas Baleares: la Naveta des Tudons.

Se trata de un tipo de tumba colectiva que solo se encuentra en Menorca y que data de los años 1400-1000 aC. Está construida con técnica ciclópea, es decir, con piedras trabajadas de tamaño mediano encajadas en seco, sin mortero. Para que os hagáis una idea, tiene la forma del casco de un barco o una nave vuelto del revés; de ahí su nombre: naveta.

En la década de los 60 del siglo pasado se llevaron a cabo una serie de excavaciones arqueológicas gracias a las cuales se hallaron los restos de 100 individuos de ambos sexos y de todas las edades, acompañados de sus respectivos ajuares, gran parte de los cuales datan del S. IX aC.

La Naveta des Tudons tiene en la parte frontal una pequeña entrada que está cerrada al público por motivos de conservación del monumento. Sin embargo, sí que os podéis asomar a la reja y ver el interior de la naveta, que consta de dos niveles. Esta entrada está orientada hacia el oeste, hacia la puesta de sol.

Sorprende el increíble estado de conservación, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un monumento que tiene más de 3000 años de antigüedad.

Sin embargo, por desgracia ahora tengo que contar algo que me entristece mucho, y es que este monumento de valor incalculable fue vandalizado hace unas pocas semanas 😭. Ahora está cubierto de pintadas y garabatos por todos lados, y no sé qué habrá decidido hacer el Consell Insular al respecto… Me da mucha pena que no se cuide y, sobre todo, que no se respete el patrimonio cultural, arqueológico e histórico tan increíble que tenemos en la isla, y que a alguien se le pase por la cabeza pintarrajear un monumento histórico de tal relevancia y de más de 3000 años de antigüedad, simplemente me resulta incomprensible. Me da la impresión de que esto solo puede haber sido obra de cuatro críos de botellón sin dos dedos de frente que no son ni conscientes de la gravedad del acto vandálico que han cometido.

En fin, espero que se puedan limpiar bien estas pintadas sin dañar el monumento y, bueno… para acabar de hablar de la naveta en un tono algo diferente al que le corresponde a este acto tan indignante, voy a copiaros aquí una historia de amor muy bonita y bastante dramática, como suele ser habitual en este tipo de historias, en la que la Naveta des Tudons en una de las protagonistas:

La naveta des Tudons y El pozo de S’Amador

Pretendían una joven dos enamorados caballerosos, tan caballerosos que ella no sabía a quién debía elegir y con su indecisión no hacía más que complicar las cosas. Y ellos, para ayudarla a decidirse, convinieron en realizar una empresa digna de tan fervientes admiradores y de una joven tan galante: uno de ellos haría una naveta de piedra, de piezas talladas y escuadradas, en la llanura des Tudons; el otro, muy cerca, haría con una barrena un pozo hasta encontrar agua; el que primero acabara su obra, se casaría con la joven.

Hacer una naveta de piedra, como la des Tudons, es verdaderamente obra de gigantes; y hacer un pozo con una barrena y hacerlo por aquellos parajes del término de Ciutadella, donde la roca es tan firme y el agua está tan profunda, tiene valor y coraje.

Los dos pretendientes, como buenos amigos, a pesar de estar obsesionados por su tarea, cada noche pasaban la velada al lado de la joven.

Cada día trabajaban en sus obras: uno agarrado a su barrena y él otro arrancando y trajinando piedras que, después de bien trabajadas, las colocaba e iba construyendo su nave.

Cada viaje que hacía el de la naveta, cuando pasaba cerca, preguntaba a su rival como iba la obra. Cuando traía la última piedra no vio a su rival. Se asomó a la boca del pozo, e hizo la acostumbrada pregunta; el del pozo, desde abajo, le respondió que acababa de encontrar agua. Una llamarada de salvajes celos cegó al de la naveta, y, furioso, lanzó al pozo la piedra que cargaba.

Aquella velada, en casa de la joven, sólo compareció un pretendiente, el de la naveta.

El enamorado que faltó en la casa de la joven fue encontrado, al día siguiente, muerto dentro del pozo, chafado por una piedra escuadrada. Al joven de la naveta no lo vieron nunca más. La naveta permaneció sin acabar: le falta una piedra.

El pozo aún es conocido por el Pozo de La Barrena o de Los Enamorados, y muestra dentro del amplio cañón muescas en espiral, comidas a la roca, como si hubieran sido vaciadas por una gubia o por una barrena de gigantes. Está en la medianera de Ses Arenes, Son Quart i Ses Angoixes.

Esta historia la he sacado de la página oficial de turismo de Menorca, donde ya os he comentado que podéis encontrar muchísima información, tanto sobre monumentos talayóticos, como sobre playas, pueblos, eventos, etc. Los créditos de esta historia se atribuyen a Francesc Camps i Mercadal, un folklorista menorquín.

Si no recuerdo mal, el precio de entrada para la visita a la Naveta des Tudons es de 2 euros.

Ya os he contado las tres visitas que había para este segundo día de ruta talayótica por Menorca, pero si queréis combinar esta ruta con chapuzón en alguna playa, las opciones en este caso no son tan obvias como las del día anterior.

Tal vez os propondría lo siguiente: como las tres visitas de las que os he hablado son bastante rápidas, si quisieseis bañaros en una de las playas más bonitas de la isla (en mi opinión), como Cala en Turqueta, os diría que fueseis directamente a esta playa a primera hora de la mañana, ya que en temporada alta el parking de la playa se llena a las 9-10 de la mañana y si vais más tarde lo más probable es que ya no podáis aparcar. Entonces, después de haberos bañado y de disfrutar de la playa, ya podéis hacer las tres visitas a lo largo de la mañana.

Para ir a Cala en Turqueta hay que conducir de nuevo por la carretera general Me-1 hasta casi llegar a Ciudadela. Llegaréis a una rotonda bastante grande con varias salidas. En dicha rotonda, la primera salida indica “Ronda”, “Cala en Blanes” y “Cala Morell”, la que va recto nos llevaría a Ciudadela, y la tercera, la que indica “Ronda” y “Cap d’Artrutx”, es la que deberemos tomar para ir a las playas del sur de la zona de Ciudadela, como Cala en Turqueta. Tomad, entonces, esta tercera salida para la ronda sur de Ciudadela y seguid conduciendo por este camino hasta que os encontréis con una bifurcación donde tendréis que elegir entre Cala Macarella/Macarelleta y Cala en Turqueta. Tomad el camino hacia Cala en Turqueta y llegaréis al parking. Las otras dos playas que he mencionado, Cala Macarella y Cala Macarelleta también son preciosas, así que esta podría ser otra opción. Podéis leer más sobre mis playas favoritas de Menorca en este otro post 😜.

Después de la playa y las visitas a los tres monumentos que os he recomendado, podéis ir a comer a Ciudadela, que queda ya muy cerca, a pocos minutos en coche, y pasar la tarde visitando este pueblo, cuyo casco antiguo y puerto son realmente preciosos. Si lo hacéis en este orden es un poco ir y venir en el coche, y avanzar para después retroceder, pero como las distancias entre los monumentos de los que os he hablado para este día, Cala en Turqueta y Ciudadela son bastante ridículas, tampoco importa demasiado, y la verdad es que creo que sería el orden más lógico si hay que incluir la visita a alguna playa, sobre todo si es alguna súper demandada como Cala en Turqueta o Macarella, donde ya os he comentado que puede haber problemas para aparcar (en temporada alta) a no ser que se vaya a primera hora de la mañana.

Hasta aquí ha llegado esta ruta por 8 de los monumentos talayóticos más importantes de Menorca, espero que os haya gustado. Además, la he intentado combinar con alguna playita también, cosa que creo que agradeceréis 😜 Yo os animo a que descubráis esta faceta tan fascinante de la isla, que vayáis más allá de las preciosas playas y calas y que rasquéis un poco más la superficie para encontrar estos tesoros que esconde Menorca, estos yacimientos que hacen volar la imaginación, esos monumentos que transmiten tanta paz y que nos maravillan a partes iguales, porque estas piedras ancestrales, querid@s viajer@s, forman parte del ADN de Menorca, de la riqueza de esta pequeña isla del mediterráneo, y vale la pena alejarse de la tentadora costa para intentar desvelar sus secretos. Estoy segura de que, si lo hacéis, no os arrepentiréis.