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Islandia en noviembre – Día 12 – Círculo Dorado Parte 1

¡Hola, viajer@s!

Después del parón que expliqué en el post anterior a causa del coronavirus de las narices, recupero el ritmo con un post nuevo sobre nuestro roadtrip de dos semanas en noviembre por Islandia, ya que parece que las restricciones empiezan a levantarse y que, si todo va bien y la cosa no se tuerce mucho, estamos emprendiendo ya el camino hacia esa misteriosa «nueva normalidad» en la que, espero, podamos empezar a viajar de nuevo. Así que, aunque todavía falta mucho para eso y tenemos que seguir siendo muy cuidados@s, para celebrar estas pequeñas victorias y para inspiraros un poco con ideas viajeras, ahí va este nuevo post.

Hoy os hablaré del Día 12 del roadtrip. Tenéis ya un sinfín de posts en el blog sobre este viajazo a Islandia; aquí os dejo un resumen de todo lo publicado por si os habéis perdido alguno: un post introductorio con información útil que debéis saber antes de viajar a Islandia; el post del Día 1 del viaje, en el que os cuento nuestra llegada, nuestra visita a la impresionante Laguna Azul y nuestra primera toma de contacto con Reikiavik; el post del Día 2, que dedicamos íntegramente a la capital; el post del Día 3, en el que exploramos la bonita península de Snaefellsnes; el post del Día 4, en el que desde Snaefellsnes nos dirigimos ya hacia el norte de la isla; el post del Día 5, en el que recorremos la zona norte central y llegamos a la zona de Mývatn; el post del Día 6, en el que empezamos a explorar la zona de Mývatn; el post del Día 7, en el que acabamos de exprimir al máximo esta alucinante área de Mývatn; el post del Día 8, en el que recorremos la zona nordeste de la isla, alucinamos con Seydisfjordur y vemos por fin la ansiada aurora boreal; y el post del Día 9 en el que conducimos en dirección sur por toda la costa este del país, recorriendo sus maravillosos fiordos; el post del Día 10, en el que visitamos algunos de los platos fuertes del viaje como Stokksness, Jókulsárlon o la Playa de los Diamantes; y el post del Día 11, en el que fuimos desde Svartifoss hasta Reynisfjara, aunque el temporal de viento huracanado y lluvia hizo que nuestro gozo acabara en un pozo.

En este Día 12 saldamos una deuda contraída el día anterior, abandonamos un planazo por imposible y seguimos con nuestra ruta, que fue desde la zona de Reynisfjara en la que estábamos hasta el corazón de una de las zonas más famosas de Islandia, llamada el Círculo Dorado, con un montón de paradas interesantes por el camino. Aquí tenéis el mapa del recorrido de este Día 12.

Conducción en Islandia en invierno

Aunque ya nos encontramos en el sur de la isla y en nuestro caso el paisaje dejó de estar nevado, seguimos estando en noviembre en Islandia, y eso sigue significando conducir por carreteras en condiciones difíciles.

Nosotros no habíamos conducido en este tipo de condiciones nunca e íbamos con un poco de miedo, pero hemos de decir que con nuestro Dacia Duster 4 X 4 de Lotus Car Rentals con neumáticos de invierno, todos tachonados con clavos, no tuvimos absolutamente ningún problema.

De hecho, Félix, que es el conductor, considera que fue una experiencia muy interesante, didáctica e incluso divertida conducir por estas carreteras con este tipo de condiciones difíciles. Félix os va a preparar un post sobre cómo conducir en Islandia en invierno, con un montón de información práctica que estoy segura de que os resultará muy útil.

Reynisfjara es inmensa, preciosa, dramática y única
Reynisfjara es inmensa, preciosa, dramática y única

El Círculo Dorado

El Círculo Dorado es una de las zonas más famosas y turísticas del país por dos motivos: por una parte, aglomera varios de los atractivos turísticos más llamativos y curiosos de Islandia y, por otra, como nos hemos ido acercando cada vez más a la capital al final de este viaje circular bordeando el país en el sentido de las agujas del reloj, nos encontramos ya muy cerquita de Reikiavik, que fue nuestro punto de partida, así que esta zona es perfectamente visitable desde la capital en el típico tour de un día.

Esta zona está alejada de la costa, en el interior, pero es un desvío de la Ring Road que vale la pena hacer.

Nosotros, como queríamos explorar bien esta región que tanto tiene que ofrecer, decidimos pasar dos noches en el mismo alojamiento, la Guesthouse Flúdir, de la que os hablaré al final del post, en pleno Círculo Dorado, para poder disfrutar bien de todas las atracciones sin tener que ir corriendo de un lado para otro y sin necesidad de sacrificar nada.

Hay tres atracciones principales que se suelen visitar en el Círculo Dorado: el Parque Nacional de Thingvellir, la cascada Gullfoss y Geysir, todas ellas bastante cercanas entre sí. Pues curiosamente, lo que la gente hace en un día, ya que se pueden visitar todas juntas sin problema, nosotros, por exigencias de nuestro planning, lo dividimos en tres días diferentes. Es decir, en este Día 12 solo visitamos una de estas tres atracciones, al día siguiente otra, y al otro, cuando ya abandonábamos la zona de Círculo Dorado en dirección a la península de Reykjanes, la última de ellas. La verdad es que me supuso un poco de cortocircuito cerebral tener que dividir así estas visitas que normalmente van juntas, pero en realidad, ¿qué más da? Así nos cuadraba muchísimo mejor con nuestros planes y actividades para todos esos días, así que si hay que dividir, se divide.

Félix rodeado de vapores en la zona de Geysir
Félix rodeado de vapores en la zona de Geysir

Una deuda saldada (aunque solo sea a medias) – Reynisfjara

Esta mañana tuvimos un gran dilema.

Amanecimos en nuestro apartamentito de Hvammból Guesthouse y el tiempo había mejorado, aunque seguía siendo bastante desastroso: lluvia, vendaval y frío, aunque nada que ver con la locura del día anterior.

El planning original para este día incluía algo que nos apetecía muchísimo, que era visitar el avión estrellado en la playa de Sólheimasandur. Os cuento, citando la información que ofrece mi Lonely Planet: «El 21 de noviembre de 1973, un avión de la Marina de EE. UU. tuvo que aterrizar de emergencia en Sólheimasandur. La tripulación sobrevivió, pero los restos del Douglas DC-3 militarizado siguen en la playa de arena negra como un gran caparazón. Cuando se escribió esta guía la carretera estaba cerrada debido al mal uso por los visitantes, así que hay que andar desde un aparcamiento».

Por lo que habíamos estado leyendo, esta caminata es de unos 45-60 minutos por trayecto a lo largo de un sandur, es decir una planicie aburridísima y sin ningún tipo de accidente geográfico que te pueda resguardar del viento. Viendo cómo había amanecido el día, no nos parecía una buena idea ni un plan seguro caminar tanto tiempo por una planicie con lluvia y viento, ya que si la cosa se ponía fea y el tiempo empeoraba y se empezaba a asemejar más a lo del día anterior, lo último que queríamos era encontrarnos en medio de la nada y a una hora de caminata del coche. Así que optamos por la opción responsable y decidimos sacrificar este planazo con todo el dolor de nuestro corazón 😭. ¡A la próxima vez que volvamos a Islandia será prioridad absoluta!

Vistas desde Dyrhólaey a la enorme playa de arena negra
Vistas desde Dyrhólaey a la enorme playa de arena negra

A cambio, decidimos quitarnos la espinita del día anterior con Reynisfjara, así que para allá que nos fuimos en un segundo intento de visitar la playa más famosa (y peligrosa) del país.

La primera parada fue en los acantilados del extremo oeste de la extensísima playa de Reynisfjara, desde los cuales se puede ver el arco de piedra llamado Dyrhólaey, que perfora una especia de lengua de tierra que se adentra en el mar. Desde la parte de arriba de los acantilados, desde la zona del faro, las vistas son espectaculares, ya que ves por un lado el arco de piedra de Dyrhólaey y por otro, la lengua de arena negra larga, larguísima, que es Reynisfjara.

Sin embargo, como seguía haciendo bastante viento, tuvimos que ir con muchísima cautela y hacer que nuestra visita fuese muy breve, ya que no eran las condiciones ideales para estar en un acantilado, la verdad.

El fantástico arco de Dyrhólaey
El fantástico arco de Dyrhólaey

A continuación, nos dirigimos, ahora sí, a Reynisfjara, más concretamente al extremo opuesto de la playa, a la parte este, que es la que intentamos visitar el día anterior y la más famosa por los acantilados con columnas basálticas y los farallones Reynisdrangur que asoman desde el interior del mar.

Como os comentaba, el tiempo no es que fuese estupendo en absoluto, pero al menos ahora no era un suicidio pisar la arena negra de Reynisfjara; y aunque caía buen chaparrón y hacía mucho viento (la cámara del móvil se apagaba del impacto de las rachas de viento, que actuaban como si fuesen dedos en la pantalla, ¡alucinante!), sí que pudimos disfrutar esta vez medianamente de Reynisfjara, y aunque no fue la visita ideal, ni mucho menos, la playa nos enamoró.

En esta ocasión pudimos caminar hacia la zona de las columnas basálticas, que forman una especie de cuevecita poco profunda, y una zona muy, pero que muy fotogénica en el extremo de las columnas, donde se acercan a la orilla, ya que te puedes hasta sentar en ellas, a modo de trono de piedra. ¡Espectacular!

Félix frente a las columnas basálticas de los acantilados de Reynisfjara
Félix frente a las columnas basálticas de los acantilados de Reynisfjara

También pudimos caminar por la arena alejándonos de las columnas basálticas para poder visualizar bien los farallones Reynisdrangur ya que, de lo contrario, las propias columnas basálticas te impiden verlos. Así es Islandia: una cosa alucinante te tapa la visión de otra cosa aún más alucinante. Por cierto, según el folklore islandés, los farallones de Reynisdrangur son los mástiles de un barco que estaban robando los troles cuando fueron sorprendidos por la luz del sol. ¿Cómo no te va a enamorar un país así?

Esta tuvo que ser también una visita breve, ya que llovía a base de bien y acabamos empapadísimos de arriba abajo, pero sí que nos sirvió para quitarnos la espinita y al menos poder decir que habíamos visitado Reynisfjara y tener cuatro fotos de la playa más famosa del país… Aun así, se merece mucho más y la añado a la lista de sitios que quiero repetir en condiciones la próxima vez que viaje a Islandia. Por lo tanto, considero que esta deuda está saldada solo a medias.

¿Quién no quiere hacerse una foto en un lugar así?
¿Quién no quiere hacerse una foto en un lugar así?

Con respecto al tiempo recomendado para dedicarle a esta visita, pues bueno, nosotros la tuvimos que hacer en poco tiempo, tal vez unos 15-20 minutos, pero si las condiciones son buenas, yo le dedicaría mucho tiempo más, una hora mínimo. Eso sí, esperad gente a cascoporro. Ese día, e incluso el día anterior, con el tiempo de locos que hacía, estaba eso llenísimo de gente, y nosotros alucinamos bastante, la verdad. En un día de sol o en verano, tiene que ser una auténtica locura.

Siguiendo con el tema del tiempo recomendado para visitar la región, hay paseos alucinantes que se pueden hacer también por la zona, y que nosotros no pudimos ni intentar. Por ejemplo, se puede ir caminando desde el extremo oeste de la cercana población de Vík hasta lo más alto de la cresta Reynisfjall (340 m de altura) para tener unas vistas alucinantes de los farallones Reynisdrangur. Seguro que es un hike que vale muchísimo la pena hacer.

Los farallones de Reynisfjara entre las olas
Los farallones de Reynisfjara entre las olas

Skógafoss

Desde la zona de Reynisfjara hasta nuestra siguiente parada, la bonita cascada de Skógafoss, hay solo una media horita en coche, conduciendo hacia el oeste.

Skógafoss nos pareció la cascada perfecta. De manual. De postal. 💙

Es súper alta, ya que tiene 62 metros de caída, es bastante ancha, muy potente y cae recta del acantilado al lecho del río, como una auténtica cortina de agua.

Además, mirad si es potente que levanta tanto vapor de agua o microgotitas al caer que, si hay sol, siempre hay al menos un arcoíris presente. Nosotros vimos dos distintos y jugamos bastante con ellos 🌈

Aquí, en Skógafoss, practicando un poco mi magia
Aquí, en Skógafoss, practicando un poco mi magia

Por si fuera poco, tiene muy fácil acceso, porque se ve la cascada directamente desde la Ring Road, hay un entrador con un caminito hasta el parking, y después desde el parking hasta la mismísima cascada hay solo como 2 minutos andando.

Es una visita muy, muy top, aunque claro, también había bastante gente. Nosotros notamos bastante la diferencia entre la cantidad de turistas entre el sur y el resto de zonas de la isla, y eso que fuimos en temporada baja. Así que en esta zona, os recomiendo que os arméis de paciencia con este tema.

A esta visita se le puede dedicar perfectamente entre media hora y una hora, dependiendo del tiempo que le queráis dedicar a hacer fotos como loc@s a los arcoíris 🙂

Enamorada de Skógafoss, de mis favoritas del país
Enamorada de Skógafoss, de mis favoritas del país

Seljalandsfoss

En 25 minutos más de conducción por la Ring Road hacia el oeste nos plantamos en otra cascada, Seljalandsfoss, muy diferente a Skógafoss pero igual de alucinante.

Se trata de una cascada bastante potente que cae a una especie de mini laguito y que tiene la peculiaridad de que puedes pasar por detrás del agua.

Estar detrás de la cascada es una imagen alucinante, pero eso sí, ¡preparos para mojaros! Por la parte de atrás tal cual no hay demasiado problema, pero en los laterales por donde hay que pasar para subir y llegar a la parte de atrás de la cascada por un lado, y después para bajar por el otro, ahí sí que te caen todo el rato millones de minigotitas encima y acabas empapad@.

Entre el chaparrón de por la mañana en Reynisfjara y ahora esta segunda «ducha», este fue el día oficial de mojarnos todo el rato. Por cosas como esta es importante ir bien equipad@s con ropa técnica en Islandia: debe ser impermeable o de secado rápido. Olvidaos de los vaqueros, en serio: no los vais a necesitar.

Tocaba empaparse otra vez de arriba abajo en Seljalandsfoss
Tocaba empaparse otra vez de arriba abajo en Seljalandsfoss

En noviembre no tuvimos problemas de acceso, pero he leído que cuando el invierno está más avanzado y toda la humedad que cae de la cascada se congela en el suelo y forma placas de hielo, es imposible acceder a la parte trasera del salto de agua si no llevas crampones.

Estar en la parte de atrás de una cascada es algo muy mágico y también algo que no habíamos hecho nunca, así que esta fue una preciosa experiencia nueva más que nos llevamos de Islandia.

El tiempo para esta visita es bastante breve, tal vez media horita en total.

Muy cerca de Seljalandsfoss, a tan solo 500 metros, hay otra cascada llamada Gljúfrafoss o Gljúfrabúi a la que se accede a través de una senda que las une por los pies de los acantilados. Nosotros no llegamos a ir porque no vimos el camino señalizado y ya empezaban a entrarnos las prisas de tener que avanzar para poder cumplir con el planning exigente que teníamos para ese día, así que lo dejamos estar, pero la verdad es que las fotos que estoy viendo en Google son espectaculares, así que si vais con tiempo, no os lo penséis y echadle un vistazo.

Fotón mágico desde detrás de la cascada
Fotón mágico desde detrás de la cascada

LAVA Centre

Tras otros 20 minutitos escasos de conducción llegamos a nuestra siguiente parada, una parada muy interesante, por cierto. Se trata del LAVA Centre, una exposición bastante didáctica con muchos elementos multimedia que trata sobre la vida volcánica y sísmica de Islandia. En esta exposición descubriremos el origen volcánico del país, los diferentes tipos de volcanes que existen, las causas de las erupciones, así como los volcanes más famosos y activos de Islandia, con datos sobre sus «hazañas».

Os acordáis de aquel volcán de nombre impronunciable (Eyjafjallajökull) que interrumpió todo el tráfico aéreo europeo en 2010, ¿verdad? Pues aquí podréis obtener un montón de información sobre él, e incluso podréis verlo, tal cual, como luego explicaré.

La entrada barata no es, desde luego, ya que son unos 25-26 EUR por persona al cambio, pero teniendo en cuenta el tipo de experiencia que es y lo fundamental que me parece toda la información que ofrece para comprender la esencia de Islandia, me parece un dinero bien pagado.

El modernísimo LAVA Centre
El modernísimo LAVA Centre

La visita consta en primer lugar de una película que se emite en una especie de cine con sillas y también con unos puffs enormes en los que te puedes tumbar frente a la pantalla. La peli muestra imágenes impresionantes de diferentes erupciones volcánicas de Islandia y ofrece datos sobre algunos de los volcanes más activos. Tiene una duración de unos 10 minutos.

A continuación está la exposición en sí, que es bastante interactiva y profundiza en los temas tratados por el vídeo. La visita es a tu aire, sin guía ni nada, tirando mucho de recursos multimedia con los que puedes interactuar, con elementos muy modernos y material muy didáctico. Por ejemplo, hay una maqueta de 12 metros de altura del corazón volcánico del país.

Desde luego pasas un buen rato aprendiendo sobre volcanes y sales de allí entendiendo muchas cosas sobre Islandia que antes te resultaban auténticos misterios.

La maqueta del corazón volcánico de Islandia, que te hace entender tantas cosas
La maqueta del corazón volcánico de Islandia, que te hace entender tantas cosas

¡Ah! ¡Y hay un simulador de terremotos bastante chulo! 😃

La última parte de la visita es en la azotea del edificio. Allí en los muros de la azotea tienes indicados cuáles son los volcanes sobre los que acabas de aprender que puedes ver con tus propios ojos en el horizonte en el paisaje que te rodea (como, por ejemplo, el Eyjafjallajökull o el Hekla, el más activo del país), y os aseguro que después de todo lo aprendido en la exposición los miras con otros ojos y con mucha más desconfianza.

Como decía al principio, es dinero y entiendo que a alguien le pueda echar atrás el precio de la entrada, pero es interesante, divertido y además educativo, así que sí que recomendaríamos esta visita sin lugar a dudas.

Las vistas del volcán Eyjafjallajökull al fondo desde la azotea del LAVA Centre
Las vistas del volcán Eyjafjallajökull al fondo desde la azotea del LAVA Centre

Kerid

Para la siguiente parada hay que conducir unos 50 minutos más y, al final del trayecto, nos despedimos de la Ring Road que sigue bordeando la isla siguiendo la costa, y tiramos para el interior, conduciendo por la carretera 35 en dirección norte para adentrarnos en el Círculo Dorado.

Kerid es alucinante: se trata de un cráter de tierra roja que contiene un lago de un azul intenso en su interior ❤️ 💙

Algunos datos: el cráter se formó hace unos 6500 años, tiene forma ovalada, mide 270 m de largo, 170 m de ancho y tiene 55 m de profundidad; la profundidad del agua, por su parte, varía entre 7 y 14 m en función del nivel freático, es decir, de la cantidad de agua que contenga el acuífero.

Después del fiasco del cráter de Viti, en la zona de Mývatn, que podéis ver en el post del Día 7, teníamos la oportunidad de quitarnos la espinita viendo algo parecido. ¡Y vaya si nos la quitamos! ¡Menuda chulada! 😍😍😍

Me encanta cómo se aprecia aquí la forma cónica del cráter Kerid
Me encanta cómo se aprecia aquí la forma cónica del cráter Kerid

El contraste de colores es brutal y las vistas de todo alrededor son increíbles.

La subida es muy sencilla para llegar a la parte superior del cráter, al borde, digamos. Una vez arriba, puedes recorrer a pie toda la circunferencia y ver el lago interior desde todas las perspectivas posibles.

También hay unas escaleras para bajar por el interior del cráter hasta el mismo lago, ¡brutal! Y como curiosidad, para finalizar, os cuento que Björk, la artista islandesa más famosa, dio un concierto desde una balsa en mitad del lago, debido a la buena acústica que ofrece la forma cónica del cráter. Tuvo que ser alucinante, aunque por desgracia, no he encontrado ni vídeos ni imágenes del evento.

¡Por fin pudimos ver un lago dentro de un cráter en Kerid!
¡Por fin pudimos ver un lago dentro de un cráter en Kerid!

Por último, he de decir que Kerid es de las pocas visitas naturales de Islandia que es de pago, aunque el precio es bastante simbólico, ya que son 400 ISK (menos de 3 euros). El parking está ya prácticamente al nivel de la cresta del volcán, así que, como decía, la subida hasta la cima es facilísima y requiere 0 esfuerzo.

Sin duda una visita que no os podéis perder y una imagen que se os quedará grabada en vuestra memoria. A Kerid podéis dedicarle fácilmente entre media hora y una hora, dependiendo del tiempo que invirtáis en hacer fotos, ya que como os podéis imaginar, es un lugar que se presta muchísimo a ello.

Admirando la belleza de la naturaleza en Kerid
Admirando la belleza de la naturaleza en Kerid

Geysir

Tras una media horita más de conducción en dirección nordeste por la carretera 35 llegamos a la última visita del día, la que os decía al principio del post que era la única de las tres atracciones típicas del Círculo Dorado que visitábamos este Día 12: Geysir.

El nombre de una de las atracciones más famosas de Islandia significa literalmente «pozo surtidor», y ha dado nombre a todos los restantes géiseres del mundo.

Sin embargo, el géiser llamado Geysir, el original e inigualable, lleva en un periodo de inactividad desde 1916, aunque se cuenta que una vez expulsó agua hasta una altura de 80 metros.

Ahora mismo, su vecino llamado Strokkur, ubicado a pocos metros de distancia, es la nueva estrella del rock: tarda solo entre 5 y 10 minutos en expulsar una nube de agua de entre 15 y 30 metros de altura. ¡Es súper curioso!

Un géiser tiene un aspecto inofensivo normalmente...
Un géiser tiene un aspecto inofensivo normalmente…

La imagen típica aquí es ver a un montonazo de turistas, móvil en mano, haciendo un círculo enorme alrededor de Strokkur y esperando pacientemente a que estalle para grabar la nube de agua a presión volando por los aires, que los espectadores reciben con muchos «¡Ooooohhhs!» y ¡Aaaaahhhs!» a coro. Nosotros no íbamos a ser menos, claro está, así que aquí tenéis el momentazo:

Geysir explotando en el Círculo Dorado, Islandia

En esta zona geotermal, en la que hay diversos géiseres, pozas y piscinas termales a altas temperaturas volvimos a notar ese «aroma» a azufre tan característicos de este tipo de fenómenos, y a vernos rodeados de esos vapores cálidos que salen de las entrañas de la Tierra, como ya nos pasó en Mývatn, en el norte de Islandia.

Algunas de las piscinas son súper apetecibles, parece jacuzzis súper top, pero según los carteles de advertencia que hay por toda la zona, el agua está a entre 80 y 100 grados de temperatura, así que por muy buena pinta que tengan os recomiendo que os lo penséis dos veces antes de meteros 😂.

Después hay también algunos agujeros en el suelo que parecen tal cual calderos con agua hirviendo: ves el agua burbujeando dentro como si solo faltase echarle la pasta para hervirla.

La visita y el parking son gratuitos y en el complejo hay un centro de visitantes con baños.

A esta visita se le puede dedicar entre media hora y una hora, más o menos, según lo que se quiera hacer esperar Strokkur para entrar en acción y las veces que lo queráis ver explotar.

... pero luego explota y es todo un espectáculo de la naturaleza
… pero luego explota y es todo un espectáculo de la naturaleza


El mejor sitio para dormir en el Círculo Dorado – Guesthouse Flúdir

Como he comentado al principio del post, decidimos pasar dos noches en el mismo lugar para poder explorar la zona del Círculo Dorado con más calma y tranquilidad, para poder visitar todas sus atracciones y hacer varias actividades y tours que teníamos en mente. En estos días, como estamos explorando una zona concreta, habrá menos conducción, así que nos pareció buena idea establecer nuestra base en el mismo lugar durante las dos noches e ir moviéndonos desde allí a los diferentes puntos del Círculo Dorado. Y la base de operaciones que elegimos fue la pensión Guesthouse Flúdir.

Se trata de una bonita pensión que ofrece cinco acogedoras habitaciones llenas de antigüedades con baño compartido por un lado, y 11 más en una nueva ala inaugurada en 2016 en un estilo más moderno con baños privados y balcón con vistas a las montañas y al río. Nosotros estuvimos en una de estas últimas, y la verdad es que no podemos estar más encantados.

Arcoíris sobre las habitaciones de Guesthouse Flúdir
Arcoíris sobre las habitaciones de Guesthouse Flúdir

La habitación era amplia, con espacio de sobra para todos nuestros maletones, con espacio para colgar abrigos, chaquetas, bufandas, etc. junto a la puerta, así como para dejar las botas de montaña llenas de barro junto a la puerta sin tener que llenar toda la habitación de tierra.

El aspecto de nuestra habitación era pulcro, luminosos y acogedor, con un rollo muy nórdico. Aparte de la cómoda cama doble y las dos mesitas de noche, había una mesa con una silla, un práctico sofá y un balcón con una mesa y dos sillas más con vistas maravillosas, además de un espacioso e impoluto cuarto de baño.

Además de las habitaciones que, como os comento, están genial, esta pensión cuenta con un restaurante con un menú variado y asequible. Nosotros cenamos en el restaurante una súper hamburguesa esta primera noche y la verdad es que estuvo genial: servicio rápido y atento y comida rica, rica.

La acogedora habitación de Guesthouse Flúdir
La acogedora habitación de Guesthouse Flúdir

En este mismo local del restaurante es donde se sirve el desayuno, incluido en el precio de la habitación. Se trata de un buffet libre muy completo y bastante variado, perfecto para coger fuerzas para realizar todas las actividades que ofrece el Círculo Dorado.

Es un lugar ideal para ver auroras boreales gracias a la escasa contaminación lumínica que hay. Se pueden ver desde el propio balcón de la habitación, como de hecho pasó 💚💚💚 ¡Nuestra tercera aurora, yujuuuu! Esta no fue demasiado intensa, pero bueno, tampoco nos vamos a quejar. Además, la comodidad de verla desde el balcón y poder entrar un momento a la habitación calentita para entrar en calor, y después seguir viéndola desde fuera, no tiene precio.

Otra ventaja que ofrece Guesthouse Flúdir es un 20 % de descuento muy jugoso en la entrada de la Secret Lagoon, de la que os hablaré en el siguiente post. Se trata de unos baños termales ubicados a tan solo 2 minutos en coche y a apenas un cuarto de hora caminando desde la Guesthouse Flúdir, ¡una auténtica maravilla!

Desayuno variado y completo en Guesthouse Flúdir
Desayuno variado y completo en Guesthouse Flúdir

Otro plus muy curioso que tiene esta pensión es que en el mismísimo parking de Guesthouse Flúdir hay una mini-gasolinera, aunque llamarlo así es un poco ambicioso: se trata simplemente de un surtidor que es obviamente autoservicio en el que pagas con tarjeta de crédito y listo. ¡En el mismo parking! Nos pareció súper guay y súper práctico.

Por último quiero mencionar a Helga, la dueña, que nos pareció una mujer muy agradable y que maneja su negocio con gran eficiencia, haciendo gala de la experiencia de toda una vida dedicada a su negocio.

Durante todo nuestro viaje por Islandia tuvimos una suerte increíble con los alojamientos, porque la verdad es que estuvimos súper a gusto en todos y los recomendaríamos al 100 %, y la pensión Guesthouse Flúdir no es ninguna excepción: volveríamos a alojarnos aquí sin dudarlo.

Aurora boreal desde tu balcón, ¿qué más se puede pedir?
Aurora boreal desde tu balcón, ¿qué más se puede pedir?

Como siempre, más abajo os dejo una pequeña galería de fotos adicionales, y creo que este va a ser el enfoque de todos los posts de este viaje, ya que van a ser posts más cortos de lo habitual, puesto que solo cubren un día de viaje, pero al mismo tiempo, hay muchas cosas que os quiero enseñar, ya que todo en este país es tan sumamente fotografiable que es una pena dejar fotos fuera por falta de espacio en el post (podéis hacer clic en las imágenes para verlas en grande).

Y hasta aquí este post del Día 12 de nuestro roadtrip por Islandia de dos semanas en noviembre, un día que empezó algo torcido, ya que tuvimos que abandonar un planazo, pero en el que al menos pudimos quitarnos la espinita de ver Reynisfjara más o menos en condiciones, y vimos otras muchas cosas maravillosas en nuestro camino hasta el Círculo Dorado. En el Día 13 hacemos una actividad muy loca, con accidente incluido, y visitamos 2 sitios muy, muy top de los que estoy deseando hablaros. ¡No os lo perdáis que os lo cuento muy pronto!

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