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Asturias en 25 experiencias imprescindibles – Qué hacer en Asturias

¡Hola, viajer@s!

Por fin retomo nuestro viaje a Asturias del pasado mes de febrero y hoy vengo a contaros en este post 25 experiencias imprescindibles que hay que hacer en Asturias, y un puñado de experiencias adicionales al final de las que se nos quedaron fuera por un motivo u otro. Para obtener más información sobre la distribución por días, los mapas de las rutas que realizamos cada día, la época del año en la que fuimos (que os adelanto ya que fue en febrero, en pleno invierno) y si recomiendo ir en esa época o no, las recomendaciones gastronómicas, etc., podéis consultar en plan introducción el Diario de Viaje de Asturias que publiqué hace ya algún tiempo. En este post me voy a centrar única y exclusivamente en las experiencias en sí, que pudimos realizar a lo largo de los 5 días completos dedicados al turismo en Asturias (me refiero 5 días de visitas completos, sin contar los días de conducción de ida y de vuelta). ¡Vamos que nos vamos!

Vistas de Oviedo desde el Monte Naranco: pura belleza
Vistas de Oviedo desde el Monte Naranco: pura belleza

 

Qué hacer en Asturias – 25 experiencias imprescindibles

1. Descubrir su preciosa capital: Oviedo

Oviedo es la capital del Principado de Asturias y​ su origen se remonta a la Alta Edad Media (siglo VIII). Se trata del centro comercial, universitario, religioso y administrativo del Principado y, dato curioso: está reconocida como una de las ciudades con mayor calidad de vida de Europa según la Comisión Europea.

A simple vista, nada más llegar y pasear un poquito por sus calles, no es difícil darse cuenta de una cosa: Oviedo mola. Es una ciudad acogedora, con un casco antiguo realmente precioso y de tamaño compacto, ideal para recorrerlo a pie enterito una y otra vez, y con mil y ún locales, garitos, restaurantes, sidrerías y demás lugares que te incitan a entrar y a disfrutar de las cosas buenas de la vida en su interior.

La bonita catedral de Oviedo
La bonita catedral de Oviedo

Recomiendo que paseéis por la zona de la Plaza de El Fontán, incluido su mercado, que nos encantó y donde compramos productos típicos buenísimos. Esta zona está llena de callecitas encantadoras con casas de aspecto tradicional y plazoletas escondidas. El Fontán es a día de hoy uno de los lugares más animados y frecuentados de la ciudad, sobre todo en las horas del mercado. Por si fuera poco, muy cerca está la plaza de abastos y también la plaza del Ayuntamiento, y la iglesia de San Isidoro.

No podéis perderos la , donde se encuentra la Catedral de Oviedo, hermosa e imponente, así como la famosa estatua de La Regenta, que es un homenaje al personaje y a la obra en general del gran literato Leopoldo Alas «Clarín»; también hay multitud de edificios atractivos bordeando los cuatro costados de la amplia plaza.

Tenéis que daros un paseo también por el Campo de San Francisco, un precioso parque lleno de verdes árboles y, curiosamente, de estatuas. El que hoy es uno de los principales parques de Oviedo fue, en su origen, un monasterio franciscano, y este campo era ni más ni menos que el huerto de dicho monasterio. El Campo es un lugar precioso por el que pasear y donde uno puede escapar del bullicio de la ciudad y relajarse entre árboles centenarios, estanques, avenidas bordeadas de verde y los diversos animalitos que habitan en el parque: ardillas, cisnes e incluso pavos reales. Está además salpicado de estatuas (como el resto de la ciudad, en realidad), entre las que sin duda destaca la simpática Mafalda de Quino, sentadita en un banco.

Con mi colega Mafalda en el Campo de San Francisco
Con mi colega Mafalda en el Campo de San Francisco

Alrededor de este parque podremos descubrir también la cara más señorial de Oviedo, con diversos edificios oficiales de lo más elegantes.

Una de las calles que bordea el Campo de San Francisco es la Calle Uría, que es la calle de compras por excelencia de la ciudad. Para un buen atracón de tiendas, dirigíos a la Calle Uría y la Calle Pelayo: si sois de shopping, aquí tendréis subidón garantizado.

Otra de las calles súper famosas y archiconocidas de la ciudad es la Calle Gascona, de la que os hablaré en el siguiente punto, porque se merece un apartado propio.



 

2. Escanciar unas sidras en una sidrería típica

Las cosas que, por lo general, se nos vienen a la mente al hablar de Asturias son una gastronomía espectacular y la sidra. Pues para experimentar ambas cosas a la vez, no hay mejor opción que ir a una de las sidrerías tradicionales asturianas. Podéis encontrar varias de ellas, todas juntitas, en la céntrica Calle Gascona que os comentaba en el punto anterior. Nosotros, siguiendo la recomendación general, optamos por la sidrería Tierra Astur (¡Ojo! Hay dos en la misma calle: yo os hablo de la de abajo del todo, la de las botellas verdes de sidra colgando del techo).

Allí podréis pediros unos chorizos criollos buenísimos y unas patatas o unas setas al cabrales espectaculares simplemente para picar tomando unas sidras, o ya liaros la manta a la cabeza y comer como Dios manda ahí. Nosotros fuimos dos veces: un día antes de comer y un día antes de cenar. Pues bien, el día de antes de cenar estaba eso al reventón y no nos pudimos ni sentar, porque las mesas estaban reservadas para quienes iban a cenar de verdad, y nosotros solo íbamos a picar. Y el día que fuimos antes de comer había sitio de sobra y, aunque también íbamos solo a picar, decidimos sentarnos y punto en las mesas libres y encima nos dieron una mini-ración de fabada de bienvenida a cada uno. Súuuuper rico.

Tapita rica de fabada en el Tierra Astur
Tapita rica de fabada en el Tierra Astur

Total, que para acompañar toda esa comida tan alucinante, lo suyo es pedirse unas sidras, claro (para leer mi perorata sobre la sidra y sus normas en Asturias, podéis ver el Diario de Viaje, ¡seguro que os echáis unas risas imaginándoos la situación!). Normalmente os la escanciarán los camareros y vosotr@s solo os tenéis que preocupar de disfrutar de ella.

La decoración del local Tierra Astur Parrilla, que es «el bueno» que os decía antes, también se merece unas líneas. El local es enorme y tiene dos pisos. El suelo, las vigas del techo, la barra, las sillas, las mesas… todo, absolutamente todo está hecho de madera maciza, lo cual da un aire cálido y tradicional al local, pero sin duda lo que más destaca de la decoración son los cientos (e igual me quedo corta) de botellas verdes de sidra recicladas colgadas del techo que forman composiciones decorativas. Simplemente chulísimo, ¡no os lo perdáis!

El interior del Tierra Astur es para flipar
El interior del Tierra Astur es para flipar

 

3. Visitar Cabo de Peñas

Se trata del punto más septentrional del Principado de Asturias. Entramos a la exposición del Centro de Visitantes del Medio Marino de Peñas, alojado en la planta baja del faro del Cabo de Peñas, y que es un museo entretenido y rapidito de ver (precio de la entrada, 1 euro, si no recuerdo mal), y después pudimos admirar la belleza salvaje y agreste de toda esta zona de costa desde diferentes miradores, a pesar de que hacía un viento horrible y encima creo que fue el momento que más nos diluvió de toda la semana. Aun así, ese fue nuestro primer contacto con la costa asturiana y ya en ese momento no se nos escapó que es sencillamente espectacular.

Los acantilados del Cabo de Peñas son chulísimos
Los acantilados del Cabo de Peñas son chulísimos

 

4. Recorrer la bonita ciudad de Gijón

Gijón nos tendrá que perdonar, pues para lo bonita que es y todo lo que ofrece, le dedicamos muy poquito tiempo. Se me queda un poco la espinita clavada por no haberla podido explorar mejor, porque es una ciudad que promete muchísimo.

Para empezar, el casco histórico de la ciudad, el barrio de Cimadevilla, se encuentra ubicado en una península que se adentra hacia la Bahía de Vizcaya y que, antiguamente, con la subida de las mareas, se convertía en una isla, al más puro estilo Mont Saint-Michel de Francia. El Cerro de Santa Catalina ocupa esta península, lo que lo convierte en una especie de fortaleza natural. Al oeste del cerro queda el puerto deportivo y la Playa de Poniente, mientras que al este se extiende la interminable Playa de San Lorenzo, todo ello integrado en la propia ciudad.

Las "Letronas" de Gijón molan mucho
Las «Letronas» de Gijón molan mucho

Pasear por el bonito puerto y admirar las casitas «del otro lado» dentro de la gran U que forma el puerto es una maravilla, hacerse una foto de postureo con las Letronas de Gijón es obligatorio y perderse por la callejuelas y cuestecitas de Cimadevilla es una auténtica gozada. Y a eso básicamente nos dedicamos.

También tomamos unas sidrinas y un picoteo en una sidrería súper auténtica llamada El Lavaderu (Plaza Periodista Arturo Arias, 1), que nos encantó y donde estuvimos súper a gusto, y comimos en un sitio un poco más chic llamado El Americano (Calle Begoña, 12), donde tuvimos nuestro primer (y glorioso) contacto con el cachopo. Postres espectaculares aquí también.

¡Gijón, volveremos, lo prometemos! ¡Te mereces mucho más!

Gijón visto desde el puerto
Gijón visto desde el puerto

 

5. Admirar el Elogio del Horizonte

Si hay algo especialmente destacable y memorable en una visita tan breve y fugaz a Gijón como la nuestra, es el enorme monumento Elogio del Horizonte, en la parte más alta de Cerro de Santa Catalina. Data de 1990 y se trata de una escultura de hormigón gigante, obra del famoso escultor vasco Eduardo Chillida, autor también de la escultura El Peine del Viento, en San Sebastián, entre otras.

Tiene 10 metros de altura y un peso de 500 toneladas, está situado prácticamente al borde del acantilado del Cerro de Santa Catalina y tiene una forma peculiar: dos enormes pilares actúan como soportes de una elipse abierta, y da la impresión de que el enorme monumento está dando un abrazo al inmenso cielo. Las vistas desde este punto son espectaculares y la verdad es que las formas limpias y minimalistas de El Elogio del Horizonte no hacen más que sumar a esta belleza, ya que el gris del hormigón destaca frente al azul del cielo y del mar y sobre el verde del manto de hierba que recubre el Cerro.

Nos gustó muchísimo tanto el paseo por el Cerro de Santa Catalina como el monumento en sí: vale la pena subir a verlo.

El Elogio del Horizonte, un imperdible de Asturias
El Elogio del Horizonte, un imperdible de Asturias

 

6. Alucinar con Lastres

Lastres, que se encuentra a apenas 60 km de Oviedo, es uno de los pueblos que nos pareció que tenía un encanto más antiguo y tradicional de Asturias. El puñado de casitas que forman este pueblecito se encuentran encaramadas a la ladera de una colina a orillas de una playa y todo ello estaba rodeado, en nuestro caso, ya que era pleno invierno, de montañas nevadas. Un espectáculo. No sé si es que era muy pronto cuando fuimos, pero parecía un pueblecito totalmente aletargado: apenas nos encontramos con nadie por la calle y creo que no llegamos a ver ni un bar, ni un restaurante, ni nada por el estilo.

Os recomiendo que después de visitar el pueblo en sí y perderos por sus callejuelas adormiladas, subáis en coche al Mirador de San Roque, desde donde obtendréis las mejores vistas del pueblo y del precioso paisaje que lo rodea, en nuestro caso, con todas las montañas nevadas al fondo.

Por cierto, por si seguíais la serie, en esta población es donde se rodó Doctor Mateo.

Lastres, encaramado a la ladera de la montaña
Lastres, encaramado a la ladera de la montaña

 

7. Quedarse boquiabierto en el Mirador del Fitu

Mirador ubicado en el interior, en las montañas, desde donde se consiguen unas vistas espectaculares de todas las montañas que lo rodean, muchas de ellas nevadas en febrero, y además, por encima de bosques y montañas, la vista alcanza hasta el mar, hasta la espectacular costa asturiana. Simplemente impresionante. El mirador en sí es una plataforma circular de hormigón suspendida sobre el vacío, y es bastante alucinante ya de por sí. Además la conducción desde la costa, de donde veníamos, más concretamente desde Lastres, hasta el mirador es una preciosidad, todo por carreteras de montaña, atravesando bosques y disfrutando de paisajes espectaculares. No me perdería esta actividad (gratis, por otra parte) por nada del mundo en una visita a Asturias.

El alucinante Mirador del Fitu: ¡no me puede gustar más!
El alucinante Mirador del Fitu: ¡no me puede gustar más!

 

8. Descubrir Ribadesella

Se trata de un pueblecito pesquero que está dividido en dos por el estuario del Sella. Al lado oeste se encuentra la playa de Santa Marina, y al lado este encontraremos el puerto pesquero y el caso antiguo. Ambos lados están unidos por un puente.

La población es famosa por el evento del Descenso del Sella, que se celebra a principios de agosto cada año, y durante el cual se recorre el río Sella en canoa, desde Arriondas hasta la desembocadura del río en la propia población de Ribadesella.

Ribadesella, población famosa por el descenso del Sella
Ribadesella, población famosa por el descenso del Sella

 

9. Disfrutar como niños en los Bufones de Pría

Esta visita nos dejó muy locos. Se trata de una zona de acantilados que están perforados por abajo a causa de la erosión del mar, cosa que hace que las olas, cuando embisten fuerte, aparezcan por los conductos que hay formados en las rocas de los acantilados, emerjan en plan géiser del propio suelo donde estás tú, y te salpiquen con una refrescante ducha salada, todo ello acompañado del estruendo que hace el aire al pasar comprimido y a toda velocidad por estos canales o «bufones». Un sitio curiosísimo y recomendadísimo: tanto los adultos como los niños lo pasamos pipa allí y nos echamos buenas risas.

Las olas y los Bufones haciendo de las suyas
Las olas y los Bufones haciendo de las suyas

 

10. Enamorarse de la bonita población de Llanes

Llanes nos encantó, nos pareció un pueblo bonito de verdad. El casco antiguo de origen medieval es espectacular, con edificios preciosos y elegantes, y el puerto es una zona muy animada. Además tiene un gran plus para los amantes de la fotografía: la obra llamada Los cubos de la memoria, que se trata de un rompeolas formado por cubos de hormigón cada uno pintado y decorado de manera diferente, lo que da un aspecto súper colorido y divertido a la zona. En Llanes aprovechamos para comer; todos teníamos claro que queríamos fabada de primero y «algo» al Cabrales de segundo, y justo eso es lo que ofrecía el menú del día del Bar Uría (Calle El Muelle, 1), así que no nos lo pensamos y quedamos súper satisfechos. Excelente relación calidad (¡y cantidad!) – precio. Llanes es una visita que no debería faltar en vuestro planning de actividades por Asturias: vale la pena, de verdad.

El bonito puerto de Llanes
El bonito puerto de Llanes

 

11. Posturear en Los Cubos de la Memoria

Como ya he dicho, la obra Los Cubos de la Memoria, del escultor y pintor español Agustín Ibarrola, consta de aproximadamente 300 enormes cubos de hormigón pintados de vivos colores en la escollera del dique del puerto de Llanes. Os aseguro que es una obra que no deja indiferente a nadie por su colorido y originalidad, así como por su emplazamiento, ya que los vivos colores y estampados de los cubos contrastan con el azul del mar y sirven de marco para el coqueto puerto y casco antiguo de Llanes.

Los Cubos de la Memoria no dejan indiferente a nadie
Los Cubos de la Memoria no dejan indiferente a nadie

En cuanto al significado de la obra, el autor explica que quiso plasmar la «memoria» en tres dimensiones diferentes: la memoria del arte, simbolizada por los motivos prehistóricos que encontramos en los cubos; la memoria del artista, que destila esta obra a modo de síntesis de su dilatada carrera artística; y la memoria del territorio, que encontramos a través de los temas figurativos relacionado con la historia marinera, rural y urbana de Llanes.

Esta actuación artística en la escollera del puerto de Llanes pide a gritos un poco de postureo y, creedme, las cámaras de fotos echan humo allí.

Llanes visto desde los Cubos de la Memoria
Llanes visto desde los Cubos de la Memoria

 

12. Visitar la playa «secreta» de Gulpiyuri

Esta es una pasada de playita. La llamo «secreta» porque a simple vista parece que no tenga acceso al mar, está como escondida entre los acantilados, totalmente recogida y oculta, y eso la convierte en un lugar súper especial. Parece el fondeadero secreto de una película de piratas, al menos en invierno cuando fuimos nosotros, cuando había en la arena literalmente dos personas con su perro y nadie más. Me imagino que en verano no tendrá nada de «secreta» , así que si vais en esa época del año, probablemente sea buena idea madrugar e ir prontito antes de que llegue todo el mogollón, porque vale la pena verla vacía: una auténtica joyita toda para ti.

La Playa de Gulpiyuri, una auténtica joya
La Playa de Gulpiyuri, una auténtica joya

 

13. Visitar la Cueva del Queso de Cabrales

La cueva-exposición del Queso de Cabrales se encuentra en la localidad de Arenas de Cabrales, en un paraje natural precioso y con un ambiente muy auténtico.

Si os gusta el queso Cabrales, os recomiendo esta visita; si no es así o si os molesta el olor, ni os acerquéis. Se trata de una visita sencilla donde se explica la elaboración de este queso tan especial. La visita es literalmente por dentro de una cueva, donde se guardaban los quesos antiguamente (hoy en día solo hay unos pocos allí presentes) y se dejaban madurar, y las explicaciones de la guía son interesantes y precisas. Al final de la visita hay una pequeña degustación de queso de Cabrales acompañado de un vasito de sidra. El precio de la visita es de 4,5 euros. No es nada espectacular, pero sí resulta interesante y auténtico y, como decía, toda la zona es también preciosa.

Cabrales, Cabrales, y más Cabrales
Cabrales, Cabrales, y más Cabrales



 

14. Descubrir Luarca

Luarca también nos pareció un pueblo con mucho encanto: edificios bonitos, a orillas del mar, con un río que lo atraviesa… y el plato fuerte: tiene uno de los cementerios con mejores vistas del mundo. Me pareció que esta población tiene una mezcla muy interesante de casitas humildes en los barrios de pescadores y de edificios elegantes, modernistas y casas de indianos espectaculares. La zona baja del pueblo, por donde discurre el Río Negro, es una maravilla para dar un bonito paseo y, si alzas la vista, verás cascadas de casitas amontonadas por los acantilados que bordean el casco antiguo y el puerto. Una auténtica monada.

Un punto clave e icónico de Luarca es el Puente del Beso, que, con ese nombre, como no podía ser de otra manera, viene con leyenda incluida:

«Cuenta la leyenda que en la Edad Media nuestros mares cantábricos estaban poblados de una serie de flotas de piratas, las cuales tenían atemorizados a todos los pueblos costeros. El principal pirata “Cambaral”, era conocido por su crueldad extrema, tomaba las naves, robaba las pertenencias, torturaba, mataba y raptaba a bellas doncellas.

El señor de la fortaleza de Luarca, decidió hacerle una emboscada haciéndose pasar por pescadores. Los piratas, no conociendo la trama, picaron el anzuelo.

De esta acción, Cambaral fue hecho prisionero y conducido a la fortaleza de la Atalaya, y encerrado en las mazmorras. La bella hija del señor pidió permiso para poder entrar a curarle las heridas, y una vez dentro, sintieron el poderoso influjo del amor, que día tras día iba creciendo.

Decidieron fugarse, se reunieron y fueron hacia el puerto, pero en el último momento, el señor de la fortaleza, los sorprendió. Ellos viendo imposible su posibilidad de escapar, se abrazaron y se besaron como si fuera su último beso.

El señor de la fortaleza, incapaz de soportar esa traición, sacó una espada y les cortó de un solo tajo ambas cabezas, mientras sus cuerpos se quedaron fuertemente abrazados. Tiempo después en ese mismo lugar se levantó el Puente del Beso.» (Fuente de la leyenda: EnjoyAsturias).

Hasta el grupo de metal asturiano Avalanch tiene una canción (¡un temazo!) sobre esta leyenda.

El encantador casco antiguo de Luarca, con el río atravesándolo
El encantador casco antiguo de Luarca, con el río atravesándolo

 

15. ¿El cementerio con las mejores vistas del mundo?

Esto es lo que se suele decir del cementerio de Luarca. Desde luego, se trata de un lugar muy evocador y como muy romántico, ¿cuántas veces habéis visto un cementerio encaramado a un precipicio con vistas al mar? El cementerio en sí es blanquísimo y pulcrísimo, y destacan sobre todo los panteones modernistas de las familias más adineradas. ¿Sabíais además que aquí se encuentra la tumba de Severo Ochoa, ganador del Premio Nobel, y oriundo de Luarca?

Si visitáis Luarca, ni se os ocurra dejar de visitar este cementerio tan especial: el cementerio con las mejores vistas del mundo.

El famoso (por algo será) cementerio de Luarca
El famoso (por algo será) cementerio de Luarca

 

16. Quedarse prendado de la Playa del Silencio

Es imposible ver la Playa del Silencio, aunque sea desde lejos, desde las alturas de los acantilados que la bordean, y no caer totalmente enamorado de ella.

Esta zona nos alucinó… ¡qué paisajes! No llegamos a bajar a la playa en sí, pero es que esta parte de la costa asturiana es tan agreste y salvaje que nos dejó sin palabras. Acantilados esculpidos por el viento y el mar, peñascos que sobresalen traicioneramente, una neblina misteriosa que emerge del mar, lo recubre todo y le da un halo tan etéreo a toda la costa… Simplemente increíble, alucinante y preciosa.

La Playa del Silencio, poco más que añadir
La Playa del Silencio, poco más que añadir

 

17. Seguir flipando con el Cabo Vidio

Otro imprescindible, en el mismo tramo de costa que la Playa del Silencio. Merece la pena ir a visitar este enclave único con sus grandes acantilados y todas las vistas que se pueden contemplar a ambos lados del faro. Un lugar que resume a la perfección la costa asturiana. Las vistas desde los acantilados de la costa extremadamente escarpada son impresionantes y en los días sin bruma dicen que se llega a ver a lo lejos el Cabo de Peñas, del que ya he hablado antes. Puedes ir hasta el faro en coche o dejarlo 1 km antes e ir andando por el camino que bordea el acantilado con varios miradores.

Los paisajes desde el Cabo Vidio nos dejaron sin palabras
Los paisajes desde el Cabo Vidio nos dejaron sin palabras

 

18. Descubrir Cudillero

Cudillero es uno de los pueblos más famosos y célebres de Asturias, y con razón. Todo el pueblo está en pendiente, bajando al mar, así que preparad esas piernas. Además, todo en general tiene un aspecto decadente bastante curioso.

Sin duda el lugar más destacado de Cudillero es la Plaza de la Marina, que se encuentra a pie de puerto. Esta plaza es conocida como «el anfiteatro», ya que parece que todas las casitas del pueblo nacen desde aquí y van creciendo hacia arriba alrededor de la placita. Si te plantas en medio de la plaza, de espaldas al mar, y miras hacia arriba, este apodo cobrará todo el sentido del mundo. Además, las casitas son de aspecto tradicional y cada una está pintada de un color. De hecho, tanto por este detalle como por su ubicación haciendo equilibrios sobre los acantilados, hay quien dice que tienen un aire a los famosos pueblos de Cinque Terre de Italia, y creo que no es una apreciación descabellada.

Nosotros aprovechamos para comer aquí, de hecho, en una callecita de atrás de la propia Plaza de la Marina, en un restaurante llamado El remo (9 Calle Fuente de Abajo), y repetimos con los cachopos, que eran tan monstruosamente grandes que nos llevamos las sobras y tuvimos para cenar al día siguiente.

Cudillero es una visita obligada, y la verdad es que de esos sitios inolvidables que te sacan una sonrisa al recordarlos.

Las casitas de Cudillero mirando todas al mar
Las casitas de Cudillero mirando todas al mar

 

19. Santa María del Naranco: imperdible

Santa María del Naranco es un antiguo palacio situado a cuatro kilómetros de Oviedo, sobre la ladera sur del Monte Naranco, justo en las afueras de la ciudad. Originalmente no se proyectó como iglesia, sino que fue el Aula Regia del conjunto palacial que el rey Ramiro I mandó construir en las afueras de la capital del reino de Asturias, y que se terminó en el año 842. Su estilo artístico es el denominado arte asturiano dentro del prerrománico.

Ojo, que estamos hablando del S. IX, ¿eh? Se trata de un edificio muuuy antiguo (cosa que se aprecia a simple vista) y, la verdad, a mí este tipo de construcciones me chiflan. Me alucina que haya perdurado en el tiempo durante tantos siglos y siga así de preciosa: me parece un lugar lleno de magia. El templo fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1985.

Además, el emplazamiento es una pasada, ya que se encuentra en la ladera del Monte Naranco, sobre un precioso manto verde y con vistas alucinantes a toda la ciudad de Oviedo. Una visita que no os podéis perder y que seguro que no os deja indiferentes.

Santa María del Naranco, tan antigua y tan preciosa
Santa María del Naranco, tan antigua y tan preciosa

 

20. San Miguel de Lillo: otra joya del prerrománico

El complejo arquitectónico al que pertenecía Santa María del Naranco también comprendía la cercana iglesia de San Miguel de Lillo, erigida a tan solo cien metros de distancia de la primera, subiendo un poquito más por la ladera del Monte Naranco. San Miguel de Lillo data también aproximadamente del año 842, pero su estado de conservación es bastante más pobre que el de Santa María del Naranco, lo que le da un aspecto aún más antiguo si cabe. La ubicación y el entorno, a pesar de estar a apenas 100 metros de distancia de Santa María del Naranco, es también menos espectacular, así que la palma entre las dos (al menos para mí) se la lleva Santa María del Naranco. Aun así no dudéis en acercaros también a ver San Miguel de Lillo: está muy cerquita y también vale mucho la pena (también fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1985): ese aspecto ruinoso que presenta tiene también su encanto.

La coqueta iglesia de San Miguel de Lillo
La coqueta iglesia de San Miguel de Lillo

 

21. Visitar la Basílica de Santa María la Real de Covadonga

Inauguramos la sección «Covadonga», que consta de varios puntos. El primero sería visitar la Basílica de Santa María la Real de Covandonga, que es bastante chula, sobre todo el exterior. Se trata de un templo que data del S.XIX, tiene un estilo neorrománico y lo más curioso de todo es que está construido íntegramente en piedra caliza rosa, y la verdad es que ese tono rosado que luce es precioso, llama bastante la atención y la convierte en un templo diferente y curioso.

La Basílica, rodeada de la preciosa naturaleza asturiana
La Basílica, rodeada de la preciosa naturaleza asturiana

De nuevo, el emplazamiento, como viene siendo habitual en Asturias, es de lo más espectacular, ya que se encuentra un poco en medio de la nada, entre montañas, en plenos Picos de Europa, eso sí, asentada sobre una amplia terraza. Frente a la basílica, en esta explanada encontramos también la estatua de bronce de don Pelayo, el primer rey asturiano, sobre el cual, de nuevo, el grupo de metal asturiano Avalanch tienen otro temazo.

La imponente Basílica de Covadonga, con su característico tono rosado
La imponente Basílica de Covadonga, con su característico tono rosado

 

22. Adentrarse en la Santa Cueva de Covadonga

La Santa Cueva de Covadonga es un santuario católico ubicado en una gruta en las estribaciones del Monte Auseva, que da nombre a la parroquia de Covadonga. El significado de «Covadonga», procede de «Cova de onnica», que deriva del celta y significa la fuente de la cueva. Y, efectivamente, justo debajo de la cueva que se encuentra en la ladera de la montaña, brota una fuente que cae en una cascadita hasta un pequeño estanque.

La Santa Cueva de Covadonga, totalmente integrada en la montaña
La Santa Cueva de Covadonga, totalmente integrada en la montaña

El lugar está cargado de historia, veamos que nos cuenta la Wikipedia sobre este enclave asturiano tan importante:

«El origen de la cueva como lugar de culto es controvertido. La tradición afirma que don Pelayo, persiguiendo a un malhechor que se habría refugiado en esta gruta, se encontró con un ermitaño que daba culto a la Virgen María. El ermitaño rogó a Pelayo que perdonase al malhechor, puesto que se había acogido a la protección de la Virgen, y le dijo que llegaría el día en que él también tendría necesidad de buscar amparo en la Cueva. Algunos historiadores dicen que lo más verosímil es que Pelayo y los cristianos, refugiados en la Cueva de los musulmanes, llevaran consigo alguna imagen de la Virgen y la dejaran allí después de su victoria en la Batalla de Covadonga.

Las crónicas musulmanas sobre la Batalla de Covadonga dicen que en esta Cueva se refugiaron las fuerzas de Pelayo, alimentándose de la miel dejada por las abejas en las hendiduras de la roca. Las crónicas cristianas afirman que la intervención milagrosa de la Virgen María fue decisiva en la victoria, al repeler los ataques contra la Cueva.»

La visita consta de adentrarse por la cueva hasta llegar a la pequeña capilla construida en un pequeño abrigo de la ladera de la montaña, pero prácticamente al aire libre al fin y al cabo, donde encontramos la imagen de la virgen de Covadonga (o «la Santina», como la denominan los lugareños) y la que se supone que es la tumba de don Pelayo. Allí mismo encontramos unas escaleras para bajar de la gruta al exterior y desde donde podremos admirar una imagen singular: la capilla en lo alto, integrada en la propia montaña, en su pequeña gruta, y la cascada que brota justo debajo de esta cayendo hasta el pequeño estanque. Un bonito lugar, sin duda.

La Cueva de Covadonga y su pequeña cascada
La Cueva de Covadonga y su pequeña cascada

 

23. Explorar los lagos de Covadonga

Aquí viene el principal «pero» de nuestro viaje: la carretera que sube del santuario de Covadonga, que os acabo de describir, a los lagos más célebres de Asturias estaba cerrada por nieve después de uno de los temporales que hubo en Asturias este invierno, así que no hubo manera humana posible de visitar los famosos lagos 😭 Epic fail! Nos dio muchísima rabia, e incluso dejamos esta jornada de visita a la zona de Covadonga para el último día de nuestras vacaciones para ver si con un poco de suerte, con el tiempo abrían la carretera, pero no fue así.

En fin, a la próxima vez tendrá que ser, pero si vosotr@s no tenéis la misma mala pata que tuvimos nosotros, no dudéis en visitar estos lagos, ya que no tengo ninguna duda de que tienen que ser simplemente espectaculares.

 

24. Descubrir Cangas de Onís

Bajando de Covadonga en dirección a Oviedo os toparéis con esta famosa población.

El casco antiguo tiene muchísimo encanto, y las calles principales están repletas de casonas y palacetes con un sabor muy auténtico y tradicional. Tiramos otra vez de Wikipedia para comprender su importancia histórica:

«El pueblo de Cangas de Onís fue capital del Reino de Asturias hasta el año 774. En esta población se estableció el rey Don Pelayo, y desde aquí emprendió con sus gentes acciones sobre los territorios del norte de España, como único foco de resistencia al poder musulmán, una vez desaparecido el Reino visigodo. En este término municipal tuvo lugar en el año 722 la Batalla de Covadonga, donde Don Pelayo venció a las fuerzas musulmanas y consolidó un poder y prestigio que le permitió permanecer independiente y fundar el primer reino cristiano posterior a la derrota de los visigodos en la Batalla de Guadalete.»

Es decir, en Cangas de Onís es donde se estableció don Pelayo en 722 tras derrotar a los musulmanes en la Batalla de Covadonga y desde aquí fue desde donde empezó a ampliar territorios y a reconquistar zonas a los musulmanes. Por eso, hay quien considera que Cangas de Onís es, de hecho, el origen o el embrión de la España actual.

La iglesia parroquial, con su curioso aspecto, a pesar de parecer antigua, no lo es, ya que data de 1963, pero no por ello deja de resultar muy atractiva. Frente a la iglesia encontramos otra estatua, esta vez en piedra, de don Pelayo.

Pasear por las calles principales de Cangas de Onís, con sus incontables tiendas de souvenirs y sus ajetreados bares y restaurantes, es una actividad sumamente agradable, y este paseo nos deberá llevar, inexorablemente, al «Puentón».

El bonito casco histórico de Cangas de Onís
El bonito casco histórico de Cangas de Onís

 

25. Admirar el Puente Romano de Cangas de Onís

Sin duda, la principal atracción de Cangas de Onís es el llamado Puente Romano o el Puentón, como lo denominan los asturianos, con la Cruz de la Victoria (bueno, una réplica de la misma) colgando en el centro. Según cuenta la leyenda, la Cruz de la Victoria fue la que el rey don Pelayo enarboló en la batalla de Covadonga en la que las tropas asturianas derrotaron a las musulmanas. El Puente Romano actual, a pesar de su nombre, data en realidad de la Edad Media.

El río Sella es el que pasa por debajo del Puentón, y tanto este como la Cruz de la Victoria se consideran símbolos de Asturias, por lo que estamos hablando de un lugar con gran relevancia histórica y simbólica para el Principado.

El puente en sí es de piedra, y tiene un aspecto encantadoramente antiguo. Además, el puente, en su origen, era parte de la calzada romana existente y, me imagino que haciendo honor a su origen, la propia calzada del puente tiene aspecto de eso, de calzada romana, toda adoquinada.

El icónico Puente Romano de Cangas de Onís
El icónico Puente Romano de Cangas de Onís

 

Las 5 experiencias que se nos quedaron pendientes

Además de las 25 experiencias que hicimos nosotros y que os recomendamos, también os dejo aquí para completar el post una pequeña lista de 5 experiencias que, por unos motivos u otros, se nos quedaron fuera, pero que consideramos que son también muy recomendables:

  • Visitar los lagos de Covadonga: de esto ya hemos hablado, no pudimos llegar a los lagos por estar la carretera cerrada por nieve, pero sabemos que visitar los lagos Enol y Ercina es una de las experiencias más top de Asturias, así que ¡apuntadlo a vuestra lista!
  • Conocer el Museo de la Sidra de Nava: una de las desventajas de viajar en temporada baja es que algunas de las atracciones turísticas pueden estar cerradas. Justo esto es lo que nos pasó con el Museo de la Sidra, ubicado en la población de Nava, a poco más de 30 km de Oviedo. Nos parecía una visita interesante, pero cerraban parte de enero y febrero, creo recordar, así a la próxima tendrá que ser también.
  • Pasear por Avilés: su casco histórico fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1955, así que seguro que es bastante chulo, y me llama la atención sobre todo el Centro Niemeyer, un edificio súper moderno que contrasta con el casco antiguo de la villa y la tradicional imagen industrial de la zona gracias a sus líneas y color blanco. He leído que la gente lo compara con una especie de platillo volante, ¡seguro que es curioso!
  • Realizar la Ruta del Cares: es una de las sendas más conocidas de los Picos de Europa, situada entre la provincia de León y el Principado de Asturias. Discurre por la garganta del río Cares y dicen que es simplemente espectacular. La tuvimos que descartar por falta de tiempo y porque en invierno a veces no es accesible.
  • Recorrer la Senda del Oso: es una senda peatonal destinada al cicloculturismo así como a usuarios particulares que discurre por los concejos de Proaza, Teverga, Quirós y Santo Adriano. La senda discurre por el camino donde antaño estaba situado el tren minero que recorría el valle del río Trubia, que se ha habilitado a día de hoy para el turismo rural. También hay un recinto donde viven unos osos «en similibertad», de ahí el nombre del recorrido. Antes de ir, tendría que estudiar bien qué es eso de osos en semilibertad para ver si me parece bien a nivel moral (por ahora no lo he hecho, así que no puedo opinar, simplemente informo de su existencia).

 

Hipnotizados con las vistas desde los Bufones de Pría
Hipnotizados con las vistas desde los Bufones de Pría

 

Y hasta aquí este post de hoy sobre Asturias en forma de 25 experiencias imprescindibles (y unas pocas más de propina). No he profundizado demasiado en cada uno de los puntos, pero espero que este formato de post os ayude al menos a organizaros y hacer una lista de todo lo que interesa ver, en función de vuestro tiempo y de vuestros gustos y prioridades. Si necesitáis más información, sobre todo a la hora de distribuir las actividades por días, podéis consultar el Diario de Viaje que os comentaba al principio del post: ahí tenéis información adicional, la distribución por días y también los mapas de las rutas que hicimos nosotros en coche cada día.

Asturias es diferente, Asturias es especial, y no hace falta hacer un esfuerzo demasiado grande para darse cuenta de eso. El eslogan de «Asturias, paraíso natural» desde luego le viene como anillo al dedo, porque la naturaleza de Asturias está cargada de belleza, pero es que además esta zona cuenta con una arquitectura única, una gastronomía de lo más top que tenemos en la península y una gente encantadora. ¿Qué más se puede pedir? Yo lo tengo claro: simplemente, poder volver algún día.

 

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