Qué ver en Toledo
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Qué ver en Toledo en 2 días

¡Hola, viajer@s!

No hace mucho Félix y yo nos embarcamos en un viaje en coche por la península… Os cuento de qué iba el plan: habíamos decidido pasar la Nochevieja con nuestros buenos amigos Vane y Jaime en Zamora, de donde es él, y para ello, habíamos quedado en encontrarnos en Madrid, donde viven, y ya partir los 4 juntos para allá. Sin embargo, para no hacer el viaje del tirón de Castellón a Zamora, que son 7 horas buenas en coche, decidimos pasar las 2 noches previas en Toledo, donde no habíamos estado nunca, ya que queda más o menos a mitad camino y a una hora escasa de Madrid, para poder encontrarnos sin problemas con nuestros amigos el día acordado.

Total, que para allá nos fuimos a finales de diciembre, bien equipados con nuestra ropa de abrigo. Como decía antes, Toledo se encuentra a apenas una hora en coche de Madrid, al sudoeste de la capital, y el casco antiguo de la ciudad está ubicado sobre un montículo que se yergue sobre el río Tajo. Para entender mejor la ciudad de Toledo, hace falta conocer un poco de su historia: tras la decadencia del imperio visigodo, los musulmanes lograron conquistar Toledo en el año 711; bajo su influencia, la ciudad floreció hasta convertirse en la capital de la taifa independiente de Toledo y en el centro intelectual y artístico de la península. Alfonso VI conquistó la ciudad en 1085 y poco después, el Vaticano reconoció a Toledo como la sede oficial de la Iglesia católica española. En un principio, los cristianos, los judíos y los musulmanes convivían relativamente bien. Sin embargo, en 1492, bajo el reinado de los Reyes Católicos y por orden expresa de estos, los musulmanes y los judíos se vieron obligados a huir de la ciudad; era también la época de la Inquisición. En el S. XVI, Carlos I pretendía convertir a Toledo en capital permanente, pero su sucesor, Felipe II, dio al traste con dicho plan al trasladarse definitivamente a Madrid y al convertir a esta ciudad en la capital de España, con lo cual, la prosperidad volvió a abandonar a Toledo. En 1986, la ciudad fue declarada monumento de interés mundial por la Unesco.

Todo este ir y venir de culturas se traduce en la ciudad en una increíble mezcla de arquitecturas y estilos diferentes, que en mi opinión, es lo que convierte a Toledo en una ciudad tan interesante y especial: aquí podremos encontrar en el mismo casco antiguo iglesias, catedrales, sinagogas y mezquitas prácticamente codo con codo… ¡y todo perfectamente conservado! Fijaos si esto resulta atractivo, que Toledo es una de las ciudades más visitadas de España, y no solo por turismo nacional, ni mucho menos, sino por visitantes de todas partes del mundo. Su cercanía a Madrid, desde donde se pueden hacer excursiones de un día, sin duda ayuda a esta impresionante afluencia de turistas.

El casco antiguo de Toledo es increíble: concentra muchísimo que ver y admirar en muy poco espacio. Está formado por un laberinto de callejuelas adoquinadas (ni se os ocurra llevar tacones) en el que se respira historia y en el que es muy difícil orientarse; sin embargo, perderse por él es un auténtico placer. Además, al encontrarse construido sobre un montículo, predominan las pendientes, las cuestas y las calles inclinadas: desde la zona baja de las murallas hasta el Alcázar, que sería la parte más alta, hay una buena caminata en pendiente bordeando toda la montaña. Vamos, que os vais a hartar de subir y de bajar. Sin embargo, ya que esto podía suponer un problema tanto para los habitantes como para los turistas, hace unos años se instaló un «remonte peatonal», es decir, unas escaleras mecánicas de toda la vida, para ayudar a subir gran parte de la caminata sin tanto esfuerzo: va desde la zona baja de la muralla, cerca de la Puerta de Alfonso VI, hasta bastante arriba en la montaña, cerca del Monasterio de Santo Domingo El Antiguo. Mi guía Lonely Planet describe la ciudad como una «pequeña Roma», y no va desencaminada.

Nosotros nos alojamos fuera del casco antiguo, pero a solo unos pocos minutos andando de las murallas de entrada al mismo, más concretamente muy cerca de la Puerta Nueva de Bisagra, en el Hotel María Cristina, que es totalmente encantador, ya que tiene un estilo señorial muy acorde a la belleza antigua de Toledo. Recomiendo totalmente este hotel, que parece un auténtico castillito, como base para explorar la ciudad; otro punto positivo es su excelente restaurante del que hablaré más adelante. Como siempre os digo, recomiendo que antes de hacer una reserva directamente en el enlace del hotel, comprobéis si hay precios más bajos en los típicos buscadores de hoteles o en la página Hoteles.com, que es la que suelo utilizar yo, ya que con cada 10 noches que reserves a través de la página, tienes una noche gratis. Tengo pensado hacer un tutorial explicando con detalle cómo funciona Hoteles.com para que veáis lo práctico que es: ¡nosotros ya llevamos gastadas bastantes noches gratis a lo largo de todos estos años que llevamos travelling la vida loca! ;P



Empecemos entonces con el recorrido de 2 días por la ciudad y descubramos qué hacer y qué ver en Toledo.

 

Qué ver en Toledo en 2 días

Catedral de Toledo

La catedral de Toledo (Calle Cardenal Cisneros, 1) data del S. XIII, y es principalmente gótica, aunque también contiene elementos mudéjares. Cuenta con una decoración fantástica que vale la pena pararse a admirar, y se encuentra bastante encajonada en una plaza de no muy gran tamaño y de forma irregular donde también se encuentran el Ayuntamiento de Toledo y el Palacio Arzobispal. Además, al ser diciembre, tuvimos la suerte de que hubiese montado un mercadillo navideño en la plaza, a los pies de la catedral, así que había un ambiente muy chulo.

La entrada a la catedral cuesta unos 7 euros, aunque nosotros optamos por no entrar y observarla simplemente desde afuera.

 

Sinagoga del Tránsito

Como sabéis, una sinagoga es un edificio dedicado al culto de la religión judía. La sinagoga que nos ocupa en este caso, la Sinagoga del Tránsito (Calle Samuel Levi, s/n), data del S. XIV y es de estilo mudéjar. Actualmente, alberga el Museo Sefardí y la entrada para visitar tanto la sinagoga como el museo es de 3 euros.

La Sinagoga del Tránsito se encuentra en plena judería, es decir, en el barrio judío de Toledo, en el que, en su momento, llegaron a existir 11 sinagogas. En mi opinión, lo más destacable de esta sinagoga es la gran sala de oración, que es sencillamente impresionante. Se trata de una sala rectangular con un techo muy alto, y una galería en el primer piso, cuya exquisita decoración mudéjar de las paredes y del techo es imposible que deje indiferente a nadie.

En las salas adyacentes se exponen los diferentes elementos que conforman el Museo Sefardí: encontramos explicaciones sobre la historia de los judíos en la península y podremos admirar diferentes elementos ceremoniales, hallazgos arqueológicos y vestimentas tradicionales; todo ello resulta bastante interesante. En la galería del primer piso encontramos la Galería de las Mujeres, un espacio dedicado a explicar la vida de las mujeres judías.

Por último, en la zona exterior, encontramos el Jardín de la Memoria, que es un tranquilo patio que contiene diversas lápidas sepulcrales de personajes judíos procedentes de diferentes lugares de España.

En general, resulta una visita interesante que no lleva demasiado tiempo de hacer. Para mí, la entrada queda amortizada simplemente al poder admirar la magnífica gran sala de oración.

 

Monasterio de San Juan de los Reyes

El Monasterio de San Juan de los Reyes (Calle de los Reyes Católicos, 17) es un monasterio franciscano del S. XVII construido en estilo gótico isabelino. La entrada vale 2,5 euros y, como en el caso anterior de la Sinagoga del Tránsito, se amortiza solo con poder disfrutar de su principal atractivo (en mi opinión), que es su maravilloso claustro, con galería en el primer piso, que encierra un precioso jardín con fuente repleto de naranjos y rosales. Los preciosos arcos, divinamente decorados, enmarcando este bonito jardín es una imagen que no tiene precio. No solo eso: vale la pena también admirar el artesonado de madera mudéjar del techo del claustro. Yo no sé qué tendrán los claustros, pero son sitios que me encantan… Son tan místicos y evocadores… Si os pasa como a mí, otro claustro en el que vale la pena perderse un buen rato es el de la Seu Vella de Lleida: simplemente impresionante.

El Monasterio de San Juan de los Reyes también se encuentra en plena judería, y fue expresamente construido por los Reyes Católicos en este lugar para demostrar la supremacía de la fe cristiana frente a otras religiones. De hecho, el plan de Isabel y Fernando era ser enterrados en este lugar, es decir, en principio iba a ser el mausoleo real; sin embargo, al conseguir arrebatar Granada de las manos de los musulmanes, consideraron que esta ciudad era mucho más apropiada simbólicamente, por lo que ordenaron construir la Capilla Real en la ciudad andaluza para este fin.

El monasterio está catalogado como Monumento histórico-artístico de interés nacional.

 

Alcázar de Toledo

Como comentaba antes, el Alcázar (Calle de la Unión, s/n) se encuentra en el punto más alto de Toledo y, desde luego, presenta un aspecto imponente, lo mires desde el punto de la ciudad que lo mires. El término «alcázar» deriva de la palabra árabe «Al Qasar», que significa «fortaleza».

Los orígenes de esta construcción son del S. X, sin embargo, el Alcázar fue destruido durante la Guerra Civil, cuando las tropas nacionales se vieron asediadas en el Alcázar por el bando republicano. Por lo tanto, el edificio que vemos ahora es la reconstrucción que ordenó realizar Franco tras su victoria, quien lo convirtió en un museo militar. Aún hoy vemos reminiscencias de esta batalla de la Guerra Civil en el patio del propio Alcázar, con el enorme Monumento al Asedio.

Al Alcázar de Toledo con la escultura homenaje al asedio
Al Alcázar de Toledo con la escultura homenaje al asedio

Hoy en día, el Alcázar alberga, entre otras cosas, el Museo del Ejército y la Biblioteca de Castilla la Mancha.



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Plaza Zocodover

Se trata de la plaza principal de Toledo, y se encuentra casi en el punto más alto de la ciudad, solo por debajo del Alcázar. Está completamente bordeada de comercios, cafeterías y restaurantes, McDonald’s incluido, y en el lado oriental de la plaza se encuentra el Arco de la Sangre, bajo el cual encontraremos la estatua de Cervantes.

En esta plaza encontraréis también una oficina de información turística.

 

Iglesia de Santo Tomé y el Entierro del Conde de Orgaz

La Iglesia de Santo Tomé (Plaza del Conde, 0) contiene la obra maestra del Greco quien, por si no lo sabéis, creó gran parte de su obra mientras vivía en Toledo. Esta obra maestra no es otra que El entierro del Conde de Orgaz, que data de 1587. Se trata de una obra de grandes dimensiones (4,8 x 3,6 metros) que ocupa toda una pared de la iglesia. La entrada vale 2,5 euros.

El Entierro del Conde de Orgaz
El Entierro del Conde de Orgaz

Según Wikipedia: «El cuadro representa el milagro en el que, según la tradición, san Esteban y san Agustín bajaron del Cielo para personalmente enterrar a Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de la villa de Orgaz, en la iglesia de Santo Tomé, como premio por una vida ejemplar de devoción a los santos, su humildad y las obras de caridad llevadas a cabo. El Greco aceptó el encargo de realizar la obra en 1586, algo más de dos siglos y medio después de los hechos que en ella representó. Recibió detalladas directrices sobre cómo debía aparecer el milagro de la zona inferior del lienzo, pero una vaga descripción de la zona de la Gloria. El pintor cretense incorporaría a la zona superior la representación del Juicio y la aceptación en el Cielo del alma del señor de Orgaz. También cargaría a la escena del entierro de un aire de actualidad, retratando a varones de su tiempo con ropajes del siglo XVI y situando los hechos en un oficio de difuntos con las características de la época». El Greco introdujo también en el cuadro a algunos invitados especiales como, por ejemplo, a sí mismo, a su hijo y a Cervantes.

Si sois muy fans del Greco o estáis muy puestos en arte, también tenéis la opción de visitar el Museo del Greco en Toledo; nosotros optamos por no hacerlo.

 

Paseo por la zona exterior de la muralla

Bordear la muralla por todo el Paseo Recaredo puede resultar un paseo agradable; no es nada espectacular, pero se trata de una avenida amplia y verde que da la oportunidad de admirar las murallas y de tener vistas de la ciudad desde abajo. Además, desde este paseo a las faldas de la montaña y a la base de las murallas es desde donde se puede tomar el remonte peatonal para subir a la zona alta. Otra opción, si se prefiere subir andando desde las murallas, es entrar por la Puerta Nueva de Bisagra y subir bordeando la montaña hasta la Plaza de Zocodover.

Murallas de la ciudad y entrada al casco antiguo por la Puerta Nueva de Bisagra
Murallas de la ciudad y entrada al casco antiguo por la Puerta Nueva de Bisagra

Zocotren

Con todas las actividades y visitas que he descrito hasta ahora habremos visto Toledo desde dentro, pero si queremos tener buenas vistas de Toledo en su conjunto, es decir, verla desde fuera, como si fuese una postal, el trenecito turístico o Zocotren puede ser una buena opción. El precio del billete es de 5,5 euros, y se puede comprar en una caseta en forma de trenecito rojo que se encuentra en medio de la Plaza Zocodover; el recorrido dura 50 – 60 minutos.

Como ventajas del trenecito:

  • podemos decir que Toledo cansa: tanto subir y bajar callejuelas empinadas puede desgastar a más de uno, por lo que el Zocotren puede ser una opción cómoda para visitar la ciudad si no os veis con muchas fuerzas;
  • puede ser una buena opción también si vais con poco tiempo, si estáis solo unas horas en la ciudad, por ejemplo, en un viaje de un día desde Madrid;
  • muchas veces, si no contratas visitas guiadas o si no te informas muy bien antes de partir, la visita a la ciudad la haces un poco a ciegas o sobre la marcha, con lo cual puedes perderte detalles. Con el trenecito turístico, que incluye narración de la visita a través de auriculares en diferentes idiomas, te aseguras de tener un mínimo de información histórica, cultural y turística de la ciudad.
  • recorre el centro de la ciudad y, a continuación, la bordea, cruza el río Tajo y para en el otro lado 5 o 10 minutos para que bajes y puedas sacar unas fotos. De esto modo, tendrás tu postal perfecta de Toledo capturada por ti, ya que te ofrece la mejor panorámica de la ciudad.

Como inconveniente… pues es un trenecito turístico de manual. Es rojo y está lleno de turistas, incluidos niños, por supuesto. Si sois de los que huye de este tipo de actividades tan sumamente turísticas, tenedlo en cuenta. Nosotros no somos especialmente fans, pero el precio nos pareció bastante razonable y consideramos que las ventajas superaban a la desventaja, así que no nos lo pensamos.

 

Dónde comer

Restaurante El Ábside (Hotel María Cristina)

El Restaurante El Ábside (Hotel María Cristina, Marqués de Mendigorría 1) es el restaurante del Hotel María Cristina, donde nos alojábamos. El entorno es realmente agradable, ya que aparte de que las paredes son todas de piedra, lo cual siempre da un toque chulo, el restaurante se encuentra bajo lo que serían los pórticos del edificio del hotel, que es una especie de casa señorial, protegido por las cristaleras de entrada al propio hotel.

Sopa castellana: contundente y deliciosa
Sopa castellana: contundente y deliciosa

El precio del menú es de 17 euros, y la comida estaba muy buena, con platos tradicionales de la cocina castellana, como la sopa castellana o el venado.

 

Restaurante Palacios

El Restaurante Palacios (Calle Alfonso X el Sabio, 3) se encuentra en pleno centro de Toledo y se trata de un lugar grande, sin pretensiones y de batalla. Siempre está hasta los topes, y es posible que os toque esperar 5 o 10 minutos. Ofrecen varios menús a diferentes precios, que incluyen platos típicos de la zona, como la sopa castellana, las carcamusas o las judías con perdiz. La cocina es casera, incluso los postres, y la relación calidad-precio es realmente buena. Nosotros comimos los dos la mar de bien por 20 y pocos euros.

Alfileritos 24

El restaurante Alfileritos 24 (Calle Alfileritos, 24), con su curioso nombre, que no es otro que la dirección del local, ocupa un edificio del S. XIV de 4 plantas, bóvedas, vigas y columnas incluidas: realmente precioso el sitio. También se encuentra en pleno centro, cerca de la Plaza Zocodover, y ofrece dos opciones a la hora de comer: la taberna o el restaurante. Llegados a este punto, tengo que explicar una cosa… ¿Qué pasa en Toledo? Pues eso que a las personas que vivimos en Levante nos choca y nos encanta tanto a la vez: que cada vez que pides una cerveza en cualquier lado, te sacan además un «aperitivo» (según nos decían ellos) gratis. Claro, esto mola mucho, pero si lo juntamos con que ya comes bien a mediodía y que allá a media tarde ya empiezas a parar en algún sitio a tomar una cervecita, el resultado es que llegas a la hora de la cena sin hambre. Entonces, de dos días que quisimos ir allí a cenar al restaurante, ninguno de los dos teníamos hambre suficiente para cenar, cenar, así que nos quedamos en la zona de la taberna, donde se puede simplemente picar un poco. La primera noche pedimos el Pica Pica, que es un combo de diferentes tapas: con eso y un par de copas de vino, arreando. Y el segundo día pedimos las cañas de berenjena con salsa de miel y sésamo y una tapa de queso manchego, con otro par de copas de vino, arreando también. En ambos casos, la cosa rondó los 20 – 25 euros entre los dos.

El Pica Pica de Alfileritos 24
El Pica Pica de Alfileritos 24

La Tabernita

Este sitio nos lo recomendó mi cuñado Jesús, que ya había estado un par de veces, y la verdad es que nos gustó mucho. La Tabernita (Calle de Santa Fe, 10) se encuentra a pocos pasos de la estatua de Cervantes y, por tanto, de la plaza Zocodover. Es un sitio de tapeo, pero tienen tapas un poco diferentes. Supongo que sería por la época del año, pero había muchas tapas a base de setas de diferentes tipos, lo cual nos encantó. Destacaría los champiñones Portobello rellenos con salsa de queso manchego y las patatas revolconas. El chico que nos atendió era majísimo y, como curiosidad, si os sientan en la planta baja, el suelo está cubierto de… ¡arena de playa! 🙂

 

Dónde beber

Lúpulo

Nos encantó la cervecería Lúpulo (C/Aljibillo, 4) a la que llegamos un poco por casualidad. Es una de estas cervecerías modernas que tiene tanto buenas cervezas industriales como buenas cervezas artesanales, con hincapié en estas últimas. Local pequeñito pero molón, buen trato por parte de los camareros, musiquita rock de fondo y excelentes cervezas de barril. De 10, vamos.

Cervecería el Tito Bob

La Cervecería el Tito Bob (C/ Cristo de la Cruz, 29) también la encontramos de casualidad mientras subíamos penosamente la cuesta que va de la Puerta Nueva de Bisagra hasta la Plaza Zocodover. Nos pasamos esa noche a ver qué tal y la verdad es que fue buena experiencia. Es un poco más garito, un poco más «antro» que la anterior, pero mismo principio en cuanto a cervezas: algunas industriales y muchas artesanales de buena calidad. ¡Me encantan estos sitios! El chico también majo, y también buena música de fondo, así que de nuevo, combinación ganadora.

Oki Oki Rock

Por lo visto, el Oki Oki Rock (C/ Alfileritos, 26), que está justo al lado del restaurante Alfileritos 24, solo abre en fin de semana, y como nosotros estuvimos unos maravillosos martes y miércoles en la ciudad, lo pillamos cerrado los dos días. Aun así, lo quería mencionar porque es el garito más famoso y con más nombre «del rollo», aunque parece que se basa mucho en el rock nacional. Si alguien ha ido o va y quiere opinar, lo agradeceremos mucho todos 🙂

 

Hasta aquí el post de hoy, una pequeña guía de la ciudad donde os recomiendo qué ver en Toledo en un par de días. Personalmente, opino que la ciudad es una auténtica joyita que hay que visitar sí o sí, ya que la riqueza arquitectónica, histórica y cultural que ofrece es enorme. Podría ser buena opción para una escapada de fin de semana o para un puente, ¡espero que alguien se anime y, si es así, os espero en los comentarios!

 

 

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