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Asia,  Singapur

Qué ver en Singapur (el gran olvidado del sudeste asiático)

¡Hola, viajer@s!

Hoy vengo a hablaros de un viaje muy especial que hicimos el año pasado: salimos de nuestra zona de confort, que había sido hasta entonces Europa (y además evitando las estaciones y los climas cálidos, porque no nos van demasiado), y decidimos hacer una pequeña ruta por el sudeste asiático. El motivo es que teníamos una pareja de buenos amigos viviendo en Singapur, Fred y Caroline, una pareja de franceses que fueron nuestros compañeros de piso durante dos años mientras vivíamos en Dublín. Nos apetecía mucho volver a verlos y que además nos enseñasen todo aquello, ya que siempre mola ir a los sitios con alguien que los conozca y te pueda hacer un poco de guía, así que organizamos una ruta de 3 semanas en las que visitaríamos Singapur (país al que he bautizado «el gran olvidado del sudeste asiático», ya que es mucho menos conocido y visitado que sus ultraturísticos vecinos), que nos serviría como puerta al sudeste asiático y desde donde viajaríamos también a Malasia y Tailandia. Voy a hacer tres posts diferentes para los tres países, ya que si no esto sería kilométrico (y aun así, me temo que lo va a ser), y empiezo por Singapur porque, como he comentado, considero que es el país menos conocido de los tres, y además visitar a nuestros amigos en este país fue la excusa del viaje, así que allá vamos con el tema que nos ocupa: qué ver en Singapur.

Un poco de historia y otros datos

Singapur es una ciudad-estado ubicada en el extremo meridional de Malasia. Fue una colonia británica hasta no hace tanto: consiguió su independencia del Reino Unido en 1963 como parte de Malasia y dos años más tarde se independizó también de este país, por lo que se trata de un país muy joven. Sin embargo, desde entonces, se ha desarrollado de una manera impresionante y se ha convertido en uno de los centros neurálgicos del comercio mundial, ya que cuenta con el tercer mayor centro financiero y el segundo puerto que más mercancías mueve del mundo. En Singapur hay dinero y se nota. Aun así, sigue apreciándose muchísimo la influencia británica en el país: el idioma oficial es el inglés, junto con otros idiomas cooficiales pertenecientes a las principales etnias de la población: el chino, el malayo y el tamil; hay también una preciosa y evocadora zona colonial que recuerda a la época en la que Singapur perteneció al imperio británico; y dentro del «mezcladillo» cultural que es en sí Singapur, podemos decir que es un país bastante occidentalizado.

Un aspecto importante que hay que tener en cuenta es el clima. Se trata de un clima ecuatorial en el que no hay demasiadas diferencias entre las estaciones. En general, la temperatura va a rondar los 30 grados durante todo el año, y la humedad es altísima, lo que se traduce en un calor sofocante. Las lluvias en plan torrencial aparecen de repente, pero no suelen durar demasiado, y en seguida vuelve a salir el sol.

Con respecto a la cultura y la sociedad, hay que decir que es un país súperdesarrollado tecnológicamente, donde todo funciona a la perfección y con puntualidad; el transporte público (MRT) es excelente; la gente es tremendamente educada y apenas hay delincuencia en el país, ya que está muy duramente penada; tiene fama de país «frío» o «sin alma» donde solo importa el dinero, que es la impresión que te puedes llevar si te limitas a los distritos financieros de la ciudad, pero con adentrarte un poco por los barrios más tradicionales y auténticos, esa concepción te cambia totalmente. Singapur es una ciudad de contrastes.

También vale la pena repasar los requisitos de entrada al país. Para los ciudadanos españoles no hace falta ningún tipo de visado, pero si son necesarios otros requisitos:

  • pasaporte válido para los siguientes 6 meses
  • dinero suficiente en efectivo para la estancia y/o extracto del banco que acredite fondos suficientes
  • cartilla de vacunas en regla (consultad en la página del Ministerio de Sanidad las vacunas que necesitaréis en función de las países que vayáis a visitar y hacedlo con tiempo, varios meses antes de la fecha del viaje)
  • una curiosidad: está prohibido el chicle (!)
  • en el avión te entregan un formulario que hay que rellenar y entregar junto con el pasaporte en el control de inmigración. El funcionario se queda una parte y tú la otra. Tienes que guardarla bien, ya que te la pedirán a la salida del país. En esa parte que te guardas y que ya has firmado, pone claramente que el tráfico de drogas está castigado con la pena de muerte, así que pocas bromas con estos temas.
  • Las colas en el control de inmigración son bastante largas, así que armaos de paciencia.

Otra cosa que recomiendo para este tipo de viajes es llevar un seguro lo más completo posible. Nosotros contratamos uno que nos cubría todo tipo de gastos médicos y de repatriación en caso de emergencia, etc.

Cenita en sitio barato de dim sum
Cenita en sitio barato de dim sum

Sobre la gastronomía, podréis encontrar básicamente de todo: comida asiática de todo tipo (india, china, japonesa, tailandesa, coreana, etc.), restaurantes italianos, comida tipo tex-mex, cadenas de comida rápida, e incluso algún restaurante español en el que por unas croquetas, unas bravas, una botella de vino y poco más les pegaban unos cañazos increíbles a nuestros amigos franceses y al que nos negamos a ir. Por ejemplo, en un puesto callejero de comida china tipo dim sum de barrio, puedes comer hasta hartarte por, no sé, ¿3 euros? En el otro extremo, hay todo tipo de restaurantes pijos y de lujo, así que hay oferta para todos los bolsillos y presupuestos.

 

 

Vuelos y alojamiento

Con respecto a los vuelos, conviene llevar a cabo un seguimiento de los precios ya que, si bien cualquier vuelo de tan larga distancia siempre va a costar bastante dinero, se pueden encontrar algunas buenas ofertas. Pienso que a nosotros no nos salió mal: Valencia – Ámsterdam / Ámsterdam – Singapur nos salió por 575 euros por persona, ida y vuelta. Además estuvo guay porque de Valencia salimos muy pronto por la mañana y el vuelo de Ámsterdam para Singapur nos salía por la noche, así que pasamos un día entero muy agradable paseando por Ámsterdam, que es una ciudad preciosa. Una vez en el sudeste asiático, los vuelos entre los diferentes países tienen precios de risa. No recuerdo exactamente, pero entre 100 y 150 euros por persona, de los cuales la mayor parte era el precio de la facturación de las dos maletacas que llevábamos. En fin, que una vez allí, no hay problema a la hora de moverse entre países a buen precio. Hay compañías low cost como AirAsia o Tiger Air que tienen muy buenas tarifas.

Sobre el alojamiento, solo os puedo hablar de Malasia y Tailandia, ya que en Singapur nos quedamos en casa de nuestros amigos, pero si os digo la verdad, Singapur tiene fama de caro en este aspecto 🙁 Sin embargo, tanto en Malasia como en Tailandia puedes encontrar señores hoteles por muy, muy buen precio: creo que en Tailandia pagamos unos 300 euros por 5 noches y en Malasia no llegó a 200 euros por 5 noches también. Pero hotelazos, ¿eh? Ya os daré más detalles en los posts correspondientes 😉



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Qué ver en Singapur

Bueno, vayamos a lo interesante: qué hacer y qué ver en Singapur. Vamos a ir por barrios para facilitar el tema, y creo que a vosotr@s también os será más útil así en caso de que estéis intentando organizar vuestro viaje.

Chinatown

Chinatown
Chinatown

Como no podía ser de otra manera, Singapur tiene su propio barrio chino, que es muy parecido a los diferentes Chinatowns que se pueden visitar en tantas otras ciudades: hay decoración típica con guirnaldas y demás, hay muchísimos puestos de souvenirs, hay puestos de comida callejera y aquí en concreto te hacen también trajes a medida. Hay templos, hay ambiente… ¡es genial! A mí, personalmente, los barrios chinos me suelen encantar, son muy coloridos y animados, y siempre se puede comer bueno y barato.

Templo de Sri Mariamman

Curiosamente, justo al lado de la calle principal de Chinatown, Pagoda Street, hay un templo hindú impresionante. Se llama Templo de Sri Mariamman, y es el templo hindú más antiguo de Singapur. Llama mucho la atención la increíble decoración que cubre todo el templo, pero especialmente la torre de entrada. Se pueden ver muchas figuras de vacas sagradas, y también imágenes de los dioses hindúes, como Brahma, Visnú y Siva. Es una decoración muy colorida y llamativa, la verdad es que es imposible que te deje indiferente.

Un dato curioso sobre los templos de estos países: para nosotros un templo (una iglesia, una catedral, etc.) es un edificio cerrado, con sus cuatro paredes y su techo. Sin embargo, estos templos son espacios muy abiertos, son básicamente patios porticados con columnas, y sí que tienen alguna zona interior, pero desde luego la diferencia estructural a mí me llamó muchísimo la atención, y esto se debe obviamente a la diferencia de clima.

Otro tema que hay que tener en cuenta en los templos de estos países son las restricciones en la indumentaria, especialmente para las mujeres. Si no queréis tener que preocuparos de nada, procurad no llevar las rodillas y los hombros descubiertos, ya que si no os los tendréis que tapar. Tampoco es ningún problema, porque a la entrada de cada templo hay disponibles pareos o sarongs para taparte, que después devuelves al salir, así que si no os apetece taparos mucho por el calorazo, que es lo más normal, no os preocupéis demasiado. Otra opción es lo que hacía yo al final: llevaba una chaquetita muy fina, caladita y de manga 3/4, es decir, muy fresquita, que me ponía encima de los tirantes al entrar a un templo, así ya solo me tenía que preocupar de las rodillas si es que llevaba algún vestido o una falda más cortos: pues un sarong de esos comunitarios y listo, pero al menos ya no tienes que envolverte entera en esas prendas porque, no sé vosotras, pero yo soy un poco tiquismiquis con estas cosas, y no me hacía demasiada gracia…

Otro aspecto que llama la atención de los templos en Singapur es que es fácil que estén rodeados de superrascacielos de oficinas, lo cual crea un contraste bastante curioso.

 

Templo de Wak Hai Cheng Bio
Templo de Wak Hai Cheng Bio

Templo de Wak Hai Cheng Bio

Este sí que es un templo taoísta, y también tiene un gran espacio abierto, tipo patio, donde se queman infinidad de varitas y espirales de incienso, por lo que la atmósfera es bastante interesante. También destaca su decoración, que también es muy colorida, aunque con distintos motivos, claro. Aquí, por ejemplo, en lugar de vacas sagradas, encontramos dragones.

Foodcourt Maxwell Road Food Center

Una de las experiencias típicas singapurenses que no hay que perderse es comer en un foodcourt. ¿Que qué es un foodcourt? Pues en este caso estamos hablando otra vez de espacios semi-abiertos/semi-cerrados donde hay un montón de puestecitos de comida tradicional y mesas y sillas comunes para comer lo que vayas comprando en los diferentes puestos. La experiencia que tuvimos en el Maxwell Road Food Center fue muy

Maxwell Road Food Center
Maxwell Road Food Center

auténtica, tal vez incluso demasiado para lo que me apetecía en ese momento, no sé si me explico… Recuerdo que había muchísima gente local y no muchos turistas, y que las diferentes opciones gastronómicas que había allí eran tan auténticas y exóticas que no sabías muy bien por dónde tirar. Compartimos mesa con un señor chino y comimos bastante bien y muy barato, pero tened en cuenta que vendría a ser comida callejera, así que no esperéis grandes lujos ni las condiciones higiénicas de un restaurante bien. ¡Pero todo esto forma parte del encanto que tiene el sudeste asiático!

 

 

Distrito colonial

En esta zona es donde se aprecia la herencia británica de Singapur: hay callejuelas llenas de casitas coloniales unifamiliares alineadas, perfectamente cuidadas y pintadas cada una de un color, realmente precioso.

Museo de Civilizaciones Asiáticas

El Museo de Civilizaciones Asiáticas  (entrada: unos 5 euros) es un interesante museo donde se hace un recorrido por las diferentes culturas y civilizaciones de Asia, con especial hincapié en las culturas más relacionadas con la historia de Singapur. El bonito edificio del museo se encuentra en la orilla norte del río Singapur, frente a la zona financiera y sus rascacielos, ubicados en la orilla sur. Es un museo entretenido y diferente a los que podemos encontrar en Europa, aunque claro, vas un poco perdido, a no ser que seas un experto en arte asiático.

Esplanade – Theatres on the Bay

Obra arquitectónica ultramoderna de formas curvas donde se llevan a cabo las grandes representaciones en Singapur. Los arquitectos querían desafiar el conservadurismo tan arraigado en el país, y lo consiguieron. En la explanada que rodea al teatro se pueden disfrutar con frecuencia de actuaciones al aire libre. Como curiosidad, se comenta que el edificio tiene forma de durian. Y, ¿qué es un durian?, os preguntaréis. ¡Ahá! Pues para descubrirlo, tendréis que seguir leyendo 😉

Esplanade-Theatres on the Bay, en forma de durian ;)
Esplanade-Theatres on the Bay, en forma de durian 😉

En la parte de abajo de esta obra arquitectónica hay un centro comercial enorme donde comimos una barbacoa coreana. Estaba muy buena, pero nunca antes la habíamos pedido, ni probado ni, sinceramente, sabíamos de su existencia, así que fuimos un poco a ciegas y no teníamos ni idea de qué hacer, cómo combinar o cómo comer los cerca de 30 miniplatitos que nos sacaron con todo tipo de cositas y verduritas y una especie de conservas también, todo curiosísimo, aparte de la carne a tiras que te traen cruda y te cocinas tú mismo en una especie de plancha que te traen. La verdad es que fue un momento divertidísimo: cuando vas tan perdido, hay que tomárselo con humor. Para que os hagáis una idea, no sabíamos si el brebaje que nos trajeron era para beber o para limpiarnos las manos o algo así. Lo preguntamos y nos confirmaron que era té, para beber. Ese era el nivel.

Barbacoa coreana... ¿cómo nos íbamos a aclarar?
Barbacoa coreana… ¿cómo nos íbamos a aclarar?

Raffles Hotel

Sir Stamford Raffles fue el fundador de Singapur y, en la ciudad, todo lo importante lleva el nombre de Raffles. El Raffles Hotel es un hotel colonial magnífico, puro lujo asiático. La zona del vestíbulo y los bares y salas de té están abiertos a los visitantes que no se hospedan en el hotel, pero ojo, hay dresscode: toca ponerse elegante (nada de pantalones cortos o sandalias para hombres, y yo fui con un vestidito y unas sandalias planas sin problemas). Aparte de lo bonito que es el edificio, ¿cuál es el principal atractivo del Raffles Hotel? Pues que es EL sitio para tomar la bebida más famosa del país, el Singapore Sling. Este es uno de esos caprichos de los viajes que sabes que vas a pagar a precio de oro, pero aun así lo haces y, ya que estás, lo disfrutas al máximo, ¿sabéis? Lo digo porque el precio del cocktail, al menos en este hotel, es bastante escandaloso: unos 22 euros al cambio. Aprovecho para decir que las bebidas alcohólicas en general son muy caras en todo el país, en plan 6 euros por cerveza, pero es que este cocktail se llevó la palma. Eso sí, estaba buenísimo, ¿eh? Como no, es a base de ginebra (influencia británica a tope) y tiene un toque cítrico buenísimo. El Singapore Sling se toma en el Long Bar del hotel, que es una maravilla de sitio: todo en madera antigua y mobiliario de mimbre muy colonial y, para mí, lo más curioso y lo que le da el toque maestro a su ambiente tan especial, son los ventiladores de paipay del techo, ¡súper auténtico! Además, otro punto muy curioso: ¡barra libre de cacahuetes! Jajajaja. Oye, es un detalle, ¿no?

Merlion

El Merlion (léase «merlaion») es una gran escultura-fuente blanca, mitad león, mitad pez, que se considera el símbolo de la ciudad de Singapur. Está ubicado en una amplia explanada a orillas de la bahía y, desde allí, se tienen unas vistas espectaculares de la zona de Marina South, donde predomina el impresionante hotel Marina Bay Sands. Fotos chulas garantizadas.

Merlion frente al centro financiero
Merlion frente al centro financiero

 

Zona de Marina South

Es la zona más moderna y, para mí, la más espectacular de la ciudad. Tiene todo tipo de construcciones increíbles y cada cual te va dejando la boca más abierta. Yo no he estado en Japón, pero así es como me lo imagino: impresionante, grandioso, ingenioso… Pues esta zona de Singapur es todo esto y mucho más. Si tenéis poco tiempo para visitar Singapur, bajo ningún concepto os perdáis esta zona, porque es realmente impresionante. Aquí es realmente donde se nota la cantidad de dinero que se maneja en la ciudad y las megainversiones que están haciendo para mantenerse a la vanguardia.

Marina Bay Sands

Sinceramente, pienso que el Marina Bay Sands tiene que ser uno de los hoteles más espectaculares del mundo. Lo forman tres torres enormes unidas en la parte superior por (para entendernos) una especie de tabla de surf gigante. Además de su estructura y su arquitectura, que obviamente destacan, otro aspecto que llama muchísimo la atención es su tamaño: no os podéis imaginar el pedazo de monstruo que es, en las fotos no se llega a apreciar. A ver, yo lo he llamado «hotel», pero en realidad es un complejo que incluye el hotel en sí, un centro de convenciones, un centro comercial, un museo, dos teatros, restaurantes, pabellones flotantes y un megacasino.

Marina Bay Sands y ArtScience Museum
Marina Bay Sands y ArtScience Museum

Pero creo que lo más chulo de todo el complejo es la parte de la «tabla de surf», es decir, la terraza superior, llamada SkyPark. Está lleno de zonas de copas y tiene una piscina infinita espectacular, de esas que parece que te vas para abajo si te arrimas al borde. La piscina es para uso de los huéspedes únicamente, y reconozco que nos planteamos pillar una habitación para una noche solo para poder bañarnos ahí, pero os podéis imaginar los precios, así que lo descartamos. Sin embargo, sí que subimos al SkyPark (creo recordar que costaba unos 18-20 euros subir) y las vistas son realmente impresionantes. Subimos al atardecer y vimos todos los cambios de luz sobre la bahía hasta que se encendieron todas las luces de los rascacielos y del resto de atracciones de la zona, ¡menuda pasada! Podéis ver un vídeo de las vistas aquí:

 

Para que veáis que no os engaño con lo alucinante, lo grande y lo complejo que es, que sepáis que tiene un capítulo de la serie Superestructuras donde se explica todo el proceso de construcción con todas las dificultades que se encontraron, etc. Es muy interesante, y lo podéis ver aquí 🙂

Gardens by the Bay

Detrás del Marina Bay Sands, hacia el sur, está la zona de Gardens by the Bay, una zona verde innovadora que se construyó con el objetivo de transformar a Singapur en una ciudad-jardín. Es una zona amplia, despejada, limpia, verde… preciosa, vamos. Pero destacan sobre todo dos construcciones: los dos invernaderos por una parte y el Supertree Grove por otra. veamos de qué van.

Los invernaderos: Flower Dome y Cloud Forest

Se trata de dos invernaderos ultramodernos acristalados que albergan flora de dos ambientes y climas diferentes: uno húmedo y uno seco (entrada conjunta: unos 13 euros).

Flower Dome

Es el invernadero de clima seco, y os puedo asegurar que después de estar sufriendo la humedad extrema todo el día, el cuerpo agradece un montón el aire fresco y seco que hay ahí dentro. Me encantó el ambiente limpio que se respiraba en esta estructura y la luz natural brillante que entraba por las paredes de cristal. La flora que se encuentra aquí puede resultarnos menos exótica tal vez porque encontramos especies mediterráneas, aunque también de zonas semiáridas de Australia, Sudáfrica y América del Sur. Lo que más me gustó de este invernadero, además de lo fresquito que se estaba, fue la zona de los baobabs: increíbles.

 

Cloud Forest

Este es el invernadero de clima húmedo y fresco, donde por todos lados hay pequeños aspersores que van vaporizando agua y se forma como una neblina de agua en el ambiente, de ahí el nombre de la estructura. Imita las condiciones climáticas de las zonas montañosas tropicales de entre 1000 y 3000 metros del sudeste asiático y de América Central y del Sur. Encontramos todo tipo de plantas y flores tropicales, pero lo más chulo es la «Cloud Mountain» que está en el centro: es una estructura en forma de montaña de 42 metros de altura toda compuesta de flores tropicales a la que subes en ascensor y vas bajando a pie por un camino en espiral que va rodeando toda la «montaña», a través de la neblina de agua. Bastante mágico, la verdad.

 

Supertree Grove

Bueno, si me tuviese que quedar con algo de Singapur, me quedaría con el Supertree Grove, no os digo más. El nombre, literalmente, significa «bosquecillo de súper árboles», y es tal cual eso: un conjunto de estructuras en forma de árbol que son jardines verticales de entre 25 y 50 metros, y que forman un pequeño bosque entre ellas. Los árboles se iluminan por la noche y hacen todo tipo de juegos de luces y, lo mejor: hay una pasarela que une las copas de varios de ellos por la que puedes pasear, y las vistas son increíbles (ticket para subir: unos 5 euros).

Esta zona recomiendo visitarla tanto de día como de noche, ya que se aprecia de manera totalmente diferente en los dos momentos. En las fotos no se aprecia todo lo chulo que es, así que os pongo un par de vídeos para que lo veáis en todo su esplendor y para que apreciéis lo diferente que es de día y de noche:

 

Otros elementos interesantes de la zona

Cerca de todas estas superestructuras que os he explicado, también está además el ArtScience Museum, otro edificio espectacular que, en teoría, tiene forma de flor de loto, pero sinceramente en lo primero que piensas al verlo es en una mano.

Justo al lado están las gradas para ver las carreras de Fórmula 1, ya que Singapur es un circuito nocturno de este deporte.

Por supuesto, al igual que por todo el resto de la ciudad, también hay varios centros comerciales y tiendas de lujo, entre las que destaca una tienda enorme de Louis Vuitton que es flotante y tiene forma como de barco.

Little India

Little India es el barrio de la comunidad hindú de Singapur. Hay muchos comercios tradicionales y también recuerdo muchas tiendas de tipo «compro oro». Por supuesto también hay muchos templos, entre los que destacaría el templo de Sri Veeramakaliamman, dedicado a Kali, con una decoración muy colorida y donde vimos a los fieles llevar a cabo toda una serie de ritos totalmente desconocidos para nosotros y que nos resultaron bastante curiosos.

Sin embargo, lo que más destacaría de este barrio es el mercado Tekka Center. Es un lugar muy colorido y animado, y aquí se puede encontrar todo tipo de productos frescos para cocinar: carne, pescado, frutas, verduras, especias… Las condiciones higiénicas son las habituales de este tipo de sitios, que vienen a ser regulares-tirando a malas para el estándar europeo, sobre todo en las zonas de carne y pescado.

Aparte, en la parte exterior, hay una zona toda de puestos de comida preparada, tipo comida callejera, muy auténtica. Comimos pollo biryani servido en hojas de plátano por dos duros y estaba buenísimo.

 

Orchard Road

Si bien, como ya he comentado, la ciudad está llena de centros comerciales, la zona de Orchard Road es la zona de compras por excelencia. Si tenéis pasta para quemar, pasaos por aquí. Yo, como no la tengo, es una zona que no exploré demasiado, simplemente dimos un pequeño paseo para ver de qué iba y cuál era el ambiente, y bueno, es lo que me esperaba: centros comerciales a cascoporro y todo tipo de tiendas de lujo.

Jardines botánicos

Sin embargo, lo que sí recomendaría de esta zona, para cambiar un poco de aires y dejar de ver rascacielos por doquier, es una visita a los jardines botánicos de Singapur. Aquí tendréis la oportunidad de dar un bonito y agradable paseo por esta enorme zona verde, así como de observar muchísimas plantas tropicales y exóticas.

Hay diferentes zonas y jardines, todos muy agradables, pero si hay que destacar algo dentro del jardín botánico, sería el Jardín Nacional de Orquídeas. La orquídea es la flor nacional de Singapur, y en este jardín podréis ver cientos o tal vez miles de variedades: recomendable 100 %. Además, es gratis (bueno, para el jardín de orquídeas hay que pagar como un euro o algo así).

 

Sentosa

Sentosa es una isla situada al sur de Singapur que está dedicada completamente al ocio: viene a ser un parque de atracciones gigante. Está guay porque se puede ir caminando desde, digamos, «tierra firme», desde el centro de Singapur, por una pasarela (que además tiene cintas transportadoras) y en un momento has llegado a la isla.

Sentosa
Sentosa

Hay un montón de opciones de ticket diferentes en función de lo que quieras hacer, del tiempo que tengas y de lo que te quieras gastar. Nosotros cogimos un tiquet combinado de 3 actividades que, si no recuerdo mal, nos costó unos 20 – 25 euros, y pasamos el día entero por allí. Las actividades que hicimos fueron las siguientes:

  • luge and skyride: por lo que he visto, «luge» en castellano se dice «luge» tal cual, pero como supongo que os quedáis igual con esa palabra, la foto os lo aclarará: es una especie de kart o algo así, y bajas con el invento este por un circuito con curvas y pendiente. ¡Es muy divertido! Y cada vez que veo la foto que me hizo Félix en plena carrera se me escapa una carcajada, lo pasamos genial 🙂 Después, el skyride, pues es un teleférico que te vuelve a subir todo lo que has bajado con el luge y tiene vistas de toda la isla y de todo el puerto de Singapur que, aprovecho para comentaros que es de los puertos más importantes y con más tráfico de todo el mundo.
Bajando con el luge: ¡wiiiiiiii!
Bajando con el luge: ¡wiiiiiiii!
  • cine 4D: vimos una peli en 4D metidos como en unos vagones que se iban moviendo y sacudiendo en función de los movimientos de la película. Lo típico en cine 4D, vamos.
  • S.E.A. Aquarium: es uno de los platos fuertes de Sentosa. Se trata de un acuario gigante y muy moderno con todo tipo de especies marinas. Es especialmente espectacular la zona llamada Open Ocean, que es una de las paredes marinas más grandes del mundo. Allí tienes en vista panorámica mantarrayas, tiburones y todo tipo de pececillos. También hay un par de túneles de los que vas caminando y te pasan los peces por encima nadando. Está muy bien y es interesante.

Aquí va un pequeño vídeo de la pared marina:

 

Aparte de estas actividades, hay muchísimas más cosas que hacer en Sentosa: hay todo tipo de atracciones, playas, museos, restaurantes, hoteles, spas, tiendas… ¡y hasta un campo de golf!

 

Norte de la isla

Si te gustan este tipo de atracciones, el zoo de Singapur es bastante bueno. Los animales se ven cuidados, los espacios son amplios y están bien acondicionados y todo se ve limpio y bien organizado. Me llamó especialmente la zona de los murciélagos de la fruta, que están ahí tal cual de merendola en sus árboles llenos de fruta pinchada en palos sin ningún tipo de valla ni de red de separación ni nada, así que los podrías hasta tocar. Son chulísimos, la verdad, y cuando despliegan las alas sorprende los grandes que son.

Además de la visita al zoo normal, también está disponible el safari nocturno: empieza al atardecer y parte del recorrido es en trenecito y parte a pie. Se visitan animales nocturnos para verlos activos una vez ha anochecido. Está muy bien también, es interesante, divertido y diferente por el tema nocturno, pero entre las dos actividades estás toooodo el día fuera de casa sin parar y es bastante agotador (entrada combinada de las dos actividades: unos 38 euros).

 

El durian

Por último, lo prometido es deuda: ¿qué demonios es el durian? Pues es, sencillamente, una fruta. Pero no es cualquier fruta: es una fruta con un olor y un sabor muy peculiar. A ver cómo os lo explico… Si hay un durian a un kilómetro a la redonda, lo vas a oler, fijo. Vale, estoy exagerando, pero realmente tiene un olor muy fuerte, muy penetrante y muy persistente. No es un olor 100 % malo, huele como a fruta muy madura, incluso que empieza a pudrirse un poco, pero es que tiene una «onda expansiva» muy importante. De hecho, en el transporte público y en muchos hoteles está prohibido llevar durians, precisamente por el olor. Hay señales de «prohibidos los durians», os lo juro.

Bien, pues a los locales les encanta, son súper fans y están súper orgullosos de sus durians. Hay puestos en los mercados en los que solo se venden durians, y esto sí que lo hueles a leguas. Además, o es una fruta muy, muy cara, o nos tangaron cuando nuestro amigo compró uno para que la probásemos, porque costó una barbaridad, no recuerdo ahora mismo, igual estoy equivocada, pero me suena que como unos 30 o 40 euros (!!!). A ver, la fruta es tamaño melón, más o menos, que de una pieza comimos las cuatro, pero aun así…

Puesto de durians
Puesto de durians

Llegó el momento de probarlo y… uffff…. ¡Qué chungo! Para empezar, la textura es como… mantequilla… Y si huele tan potente, pues imaginaos cómo sabe: es una auténtica bomba. De nuevo, no lo calificaría como malo, sino más bien intenso, potente, raro y ligeramente desagradable, jajaja. Fijaos en la foto, que una imagen vale más que mil palabras 😉

Probando el durian por primera vez: ¡mi cara lo dice todo!
Probando el durian por primera vez: ¡mi cara lo dice todo!

Ya que hablamos de frutas, vale la pena comentar la variedad de frutas exóticas que hay disponibles: lichis, fruta del dragón, mangos de todo tipo (¡deliciosos!), mangostinos y otra fruta que no me acuerdo como se llamaba pero tenía forma como de pimiento 😀 Era una pasada la cantidad de frutas que comimos que prácticamente no habíamos probado nunca, y se convirtieron en nuestro desayuno cada día.

 

Hasta aquí este post sobre qué ver en Singapur que, como me temía, se ha hecho larguísimo. Espero que lo hayáis disfrutado, que ayude a l@s que estáis planeando un viaje a este minúsculo pero interesantísimo país y que, por qué no, anime a alguien a convertirlo en su próximo destino de vacaciones. Comentadme aquí abajo qué os parece: ¿no os resulta muy interesante y atractivo por la variedad de culturas y la cantidad de actividades diferentes que ofrece? A mí, sinceramente, no me importaría repetir 🙂

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