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Dublín,  Europa,  Irlanda

Qué hacer en Dublín en 5 días

¡Hola, viajer@s!

Hoy os vengo a hablar sobre qué hacer en Dublín, que es una ciudad que me encanta y a la que le tengo un cariño especial, ya que fue mi hogar durante los casi 3 años que Félix y yo vivimos en Irlanda. Sin embargo, eso fue hace muchos años, y tocaba visita para recordar viejos tiempos y avivar un poco los recuerdos, que ya empezaban a emborronarse un poco con el paso del tiempo. Así que este mes de noviembre volvimos Félix y yo unos días, junto con otra pareja de amigos, Santi y Laura, que tenían ganas de conocer la ciudad.

Aeropuerto

Para ir y venir desde el aeropuerto hay dos opciones:

  • Bus – Los buses verdes de AirLink cuestan 6 euros por trayecto y no hace falta reserva previa, se pueden comprar los tickets en el momento.
  • Taxi – Del aeropuerto al centro la carrera cuesta unos 30 euros, con recargo de maletas incluido, así que si sois varias personas, como en nuestro caso, que éramos 4, casi que vale la pena la opción del taxi, ya que es mucho más cómodo, práctico y rápido.

Alojamiento

Nosotros optamos por un apartamento de Airbnb, ya que siendo 4 también nos salía más a cuenta, y aunque seáis solo una pareja, simplemente el hecho de contar con cocina para poder ahorrar en desayunos y alguna comida/cena creo que también es una buena idea. El nuestro estaba bastante bien ubicado, en el borde entre Dublín 2 y Dublín 8, justo al lado de uno de los mejores pubs de Dublín, el Brazen Head. Si buscáis un apartamento céntrico, mirad que esté en Dublín 1 o 2 (mejor 2, la zona es más agradable), o si no, como en nuestro caso, en Dublín 8, pero lindando con Dublín 2; ese sería el centro de Dublín y la mejor zona para alojarse. Muchas veces lo veréis indicado también como D1, D2, D8, etc.

Para la última noche, como ya habíamos dejado el apartamento para ir a Irlanda del Norte, pasamos la noche en el Hotel Best Western Plus Academy Plaza (10-14 Findlater Place, off Upper O’Connell St, D1), que está justo al lado de una de las calles principales de Dublín, O’Connell Street. El hotel estaba muy bien, y la noche nos salió por 62 euros por noche, lo cual no está mal para los precios de Dublín, sobre todo teniendo en cuenta la ubicación inmejorable.

Como siempre os digo, recomiendo que antes de hacer una reserva directamente en el enlace del hotel, comprobéis si hay precios más bajos en los típicos buscadores de hoteles o en la página Hoteles.com, que es la que suelo utilizar yo, ya que con cada 10 noches que reserves a través de la página, tienes una noche gratis. Tengo pensado hacer un tutorial explicando con detalle cómo funciona Hoteles.com para que veáis lo práctico que es: ¡nosotros ya llevamos gastadas bastantes noches gratis a lo largo de todos estos años que llevamos travelling la vida loca! ;P



Qué hacer en Dublín

Empecemos entonces el recorrido por la ciudad y hablemos de qué hacer en Dublín. He organizado las actividades en 5 días, agrupándolas por cercanía entre sí, y la mayoría de los días están «poco cargados» porque Dublín es una ciudad que da pie a «liarse» fácilmente: con tanto pub (todos chulísimos), el ambientazo que hay, la música en directo, etc. apetece pararse cada poco a tomar una pinta, que fácilmente se pueden convertir en 2 o 3. Pero es que esto es una parte muy importante de la vida en la ciudad: la gente hace su vida social en los pubs, y eso hay que vivirlo y experimentarlo cuando se visita Dublín, e Irlanda en general. Como los pubs son un aspecto tan importante de la cultura irlandesa, haré un post aparte hablando sobre mis pubs favoritos, así podréis combinar este post sobre qué hacer en Dublín y este otro post que tengo pensado hacer sobre los pubs para tener la experiencia completa.

Día 1

Guinness Storehouse

Pocas cosas hay más irlandesas que una buena pinta de Guinness, y eso que, a mí personalmente, no es una cerveza que me entusiasme demasiado. Sin embargo, la visita a la fábrica de Guinness (St James’s Gate, Dublín 8) es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad, y es una visita que vale la pena.

Conviene reservar la entrada online para evitar colas y ahorrar unos eurillos. Nosotros elegimos la visita de las 10:30 y nos costó 16 euros por persona (los precios online van desde los 14 hasta los 20 euros en función de la hora, y creo que si se compran directamente en la fábrica, valen 20 euros). El edificio es enorme y tiene 7 plantas, por las que se va pasando a lo largo de la visita. La visita es por libre y resulta muy interesante y entretenida: te hablan de los ingredientes de la cerveza, del proceso de fabricación, de la publicidad y el marketing de la Guinness (que es muy famoso y tiene un estilo muy reconocible), del transporte, etc. Incluso hay una parte sobre la fabricación de los barriles de cerveza de madera en los inicios, con un vídeo que resultó ser súper interesante. Hay partes más interactivas, en las que puedes sacarte una foto encajando tu cabeza en uno de los famosos anuncios de Guinness antiguos y publicarla directamente en Facebook, y también hay una parte en la que te invitan a una pequeña cata instructiva de la Guinness, en una mini-mini-mini pinta.

Por último, el colofón de la visita es el Gravity Bar, que está en la última planta. Se trata de un bar redondo y muy luminoso, ya que todas las paredes son cristaleras, desde donde se pueden admirar las vistas de la ciudad mientras te tomas una pinta de la mejor Guinness posible (incluida con el precio de la entrada). La verdad es que es un sitio espectacular donde pasar un buen rato y disfrutar de unas vistas privilegiadas de Dublín, e incluso de las montañas que la rodean.

Entrando a las 10:30, la visita a nuestro ritmo nos llevó el resto de la mañana, ya que de ahí nos fuimos directamente a comer; os lo comento simplemente para que os hagáis una idea del tiempo recomendado que hay que invertir: prácticamente una mañana o una tarde completas.

Destilería Jameson

Otro elemento profundamente irlandés también es el whiskey (ellos dicen que la «e» que le añaden a la palabra whisky es la «e» de «excelencia»), así que esta es la grafía irlandesa de esta bebida. Esta destilería la visité hace años mientras estaba viviendo en Dublín, no en estas vacaciones y, por lo que estoy viendo en la página web, ahora mismo está cerrada por reformas o renovación hasta marzo de 2017. La Old Jameson Distillery (Bow Street | Smithfield Village) se encuentra en la zona de Smithfield, bastante cerca del centro (se puede ir andando, unos 20-30 minutos) y es también una visita interesante y entretenida, aunque bastante más corta que la de la fábrica de Guinness (entrada 16 euros, visita en inglés). En este caso te explican también los ingredientes y el proceso de fabricación del whiskey, te comentan los tipos de whiskey que fabrican, y las diferencias del whiskey irlandés en comparación con el whisky fabricado en Escocia o en Estados Unidos. El tour incluye una cata de los tres tipos de whisky y un combinado de Jameson al final de la visita en un bonito bar ambientado. Recomiendo pedirlo con ginger ale, que no es algo muy habitual en España y, la verdad es que, sin gustarme demasiado el whiskey, con ginger ale te lo bebes más a gusto.

Paseo por Temple Bar

La zona de Temple Bar es sin duda una de las principales atracciones turísticas de Dublín, y no es para menos. Se trata de un pequeño «barrio» donde prácticamente todos los bajos de los edificios son pubs irlandeses tradicionales, hay muchísimo ambiente en todos ellos, todos los días, a todas horas, también hay música en directo en algunos de los pubs y «performances» en la calle. Es el espíritu irlandés en estado puro, en Temple Bar es imposible aburrirse y no llevarse un buen recuerdo. Ya comentaré con más detalle cuáles son los pubs que más me gustan de esta zona, pero merece la pena destacar el pub que da nombre a la zona: el Temple Bar.

Día 2

Christ Church

Este día lo vamos a dedicar a pasear por el centro y a ver los diferentes edificios, estatuas famosas y símbolos de la ciudad. Empecemos por Christ Church, una impresionante catedral medieval (S.XI) situada en pleno centro de la ciudad (Christchurch Pl, Wood Quay, Dublín 8), junto a Dame Street, una de las calles principales de Dublín. La construcción es antigua (aunque ha habido diversas reformas) y se nota: los estilos son gótico y románico, y además la piedra tiene un color oscuro que le da un toque «dark» que me encanta 🙂 La catedral está rodeada por un patio por el que se puede pasear y que te hacer retroceder siglos en un instante, y un detalle curioso es que está unida a unas dependencias que se encuentran al otro lado de la calle y que se agregaron posteriormente a la catedral por una pasarela arqueada que cruza la calle. A mí siempre me ha encantado como edificio histórico, me parece realmente preciosa.

Al otro lado de esa misteriosa pasarela de la que hablaba se encuentra Dublinia, un museo interactivo donde se recrea la vida en la ciudad de Dublín durante la época vikinga y la Edad Media. Como comentaba, el museo es a base de recreaciones: la recreación de la casa de un comerciante rico, el interior de un taller, una callejuela del Dublín medieval, etc. Es una visita entretenida, nada del otro mundo, pero se pasa un buen rato. (Entrada conjunta catedral + Dublinia, unos 13 €)

St. Patrick’s Cathedral

St. Patrick’s Cathedral (St Patrick’s Close, Wood Quay, Dublín 8) es la otra catedral de Dublín. Data del S.XII y el estilo es gótico. Es muy diferente a Christ Church, ya que St. Patrick’s es mucho más grande, más alta, está mucho más ornamentada, etc. Sin embargo, curiosamente, y a pesar de lo preciosa que es St. Patrick’s a mí siempre me ha llamado más la atención Christ Church. Será por ese aspecto oscuro, porque se nota que es más antigua y tiene ese encanto especial que le confieren los elementos románicos, casi ese aspecto de fortaleza medieval… No sé… Pero bueno, ¡hablemos de St. Patrick’s Cathedral! Esta catedral se encuentra en medio de unos bonitos jardines repletos de flores, muy cuidados y verdes. La catedral en sí es majestuosa e imponente, con todo su esplendor gótico. En este lugar, cuenta la leyenda, es donde San Patricio, patrón de Irlanda, bautizaba a los paganos que se convertían al cristianismo. (Entrada 6 €).

Visita de mi hermana Elena, mi cuñado Gabi y mis sobrinos Iria y Marc (año 2007) - En Saint Patrick's Cathedral
Visita de mi hermana Elena, mi cuñado Gabi y mis sobrinos Iria y Marc (año 2007) – En Saint Patrick’s Cathedral

Molly Malone

La estatua de Molly Malone (Suffolk Street) representa al personaje de una canción típica irlandesa que ha llegado a convertirse en el himno no oficial de la ciudad de Dublín, ya que el primer verso reza «In Dublin’s fair city», es decir, «En la bonita ciudad de Dublín». La canción habla de una pescadera que recorría las calles de Dublín con su carrito vendiendo su género, aunque se cuenta por ahí que por las noches era también prostituta, y la canción explica que murió joven «de una fiebre». Bueno, total, que es un personaje muy conocido en la cultura irlandesa y dublinesa, y es imprescindible hacerse una foto con ella, no porque la estatua sea espectacular, sino porque es una figura emblemática de la ciudad. Podéis escuchar la canción interpretada por los grandísimos The Dubliners y leer la letra aquí.

Los chicos con Molly Malone
Los chicos con Molly Malone

The Spire + GPO

The Spire es un monumento ubicado en el mismo centro de Dublín, en la calle principal, llamada O’Connell Street. Se trata de una aguja de acero de 120 metros de alto, y tiene el «honor» de ser la escultura más alta del mundo. Yo en ningún caso lo llamaría una «escultura», es más bien un monumento o un «pirulí» (jajaja), pero ahí queda eso. La verdad es que es impresionante colocarte en la base y mirar hacia arriba, ahí es cuando te das cuenta de lo alta que es, aunque bueno, el hecho de que se vea desde cualquier punto del centro de la ciudad, también es una indicación de su gran altura… Además, por la noche se ilumina, por lo que siempre es visible.

The Spire queda prácticamente en frente de la General Post Office o GPO, que es un bonito edifico georgiano con un pórtico de estilo griego. Si bien el edificio es elegante, su mayor atractivo hoy en día es que fue testigo de las revueltas del Alzamiento de Pascua de 1916, que dejó cicatrices para siempre en el edificio: tanto en la fachada como en las columnas se pueden apreciar claramente los agujeros de las balas que se dispararon durante las revueltas. Es bastante impresionante.

Estatua de James Joyce

Para los fans del escritor dublinés, justo al lado del Spire, al principio de Talbot Street, que cruza con O’Connell Street a la altura del propio Spire, se encuentra la estatua de James Joyce, a menos de 1 minuto caminando.

Estatua de James Joice y una Débora muy jovencita
Estatua de James Joice y una Débora muy jovencita

Ha’penny Bridge

Ha’Penny Bridge es un puente que cruza el río Liffey a su paso por el centro de la ciudad (muy cerca, de hecho, de O’Connell Street). El puente es de hierro forjado y está bellamente ornamentado y pintado de blanco. El nombre deriva de «half penny», es decir, «medio penique», que era la tasa que tenía que pagar todo aquel que quisiera cruzar el puente (estamos hablando de cuando solo había ferries para hacerlo como alternativa al puente). Es un puente bonito y muy transitado, y de noche está iluminado por unos farolitos antiguos soportados por unos arcos de forja que coronan el puente.

Ha'Penny Bridge, al anochecer
Ha’Penny Bridge, al anochecer

Estatua de Phil Lynnot

Para quien no sepa quién es, Phil Lynnot era el cantante, bajista y compositor del grupo irlandés Thin Lizzy. Hay una estatua homenajeando a este importante artista dublinés en Harry Street (una travesía de Grafton Street, de la que hablaré más adelante), junto a la puerta de uno de los mejores pubs de metal de Dublín: el Bruxelles. Por desgracia, en esta última visita no pudimos ver la estatua porque… ¡no estaba allí! 🙁 Investigando por Internet, he averiguado que se llevó un trompazo de una moto y están reparándola… y lo peor de todo es que no es la primera vez que pasa. No sé cuánto tardarán en volverla a colocar (a noviembre de 2016 no estaba), pero vale la pena acercarse: si está, genial; si no, aprovechad el viaje y tomaos una cerveza a su salud en el sótano del Bruxelles escuchando metal o en frente, en el McDaid’s, saboreando una de las mejores Guinness de la ciudad. En este enlace podéis escuchar uno de sus mayores éxitos, su versión de la canción tradicional irlandesa Whiskey in the Jar.

Mi hermano David, que también es bajista, posando con Phil Lynnot :) (año 2006)
Mi hermano David, que también es bajista, posando con Phil Lynnot 🙂 (año 2006)

Día 3

Dublin Castle + City Hall

El Ayuntamiento o City Hall (Dame St, Dublín 2) es un bonito edificio de arquitectura georgiana que se encuentra en plena Dame Street, una de las calles principales del centro de Dublín. Junto a él, se encuentra el Dublin Castle (Dame St, Dublín 2), que se construyó originariamente a principios del S.XIII (aunque de esta época solo queda una de las torres), y a lo largo de su historia ha servido como fortaleza militar, prisión, cámara del tesoro, tribunales y como sede de la administración británica en Irlanda. Puede visitarse el interior (entrada 4,5 €), que es bastante señorial, donde se ven los departamentos reales y demás, así como las vistas del jardín trasero. Si no se desea pagar por la visita (que en mi opinión es bastante prescindible), se puede simplemente entrar al patio para ver el edificio y la torre desde fuera.

Trinity College + Book of Kells

El Trinity College (College Green, Dublín 2), que data del S. XVI, es la universidad más antigua de Irlanda. Se encuentra en pleno centro de Dublín, pero aun así resulta un lugar bastante tranquilo por donde se puede dar un agradable paseo recorriendo el campus. Hay elegantes edificios de diferentes épocas y arquitecturas a los que admirar pero, sin duda, los principales atractivos turísticos del Trinity College son la antigua biblioteca y el Book of Kells (entrada para ambos en taquilla 11 €, online con cola prioritaria 14 €). Se empieza visitando la exposición sobre el Book of Kells, que es un manuscrito iluminado de los cuatro evangelios, obra de los monjes celtas, que data del S. IX. Se considera uno de los mejores ejemplos de arte religioso medieval gracias a sus delicadas ilustraciones y la asombrosa técnica de los monjes celtas que, sin duda, crearon un libro de gran belleza. Antes de poder disfrutar del libro en sí, se pasa por una exposición muy informativa sobre todo lo relacionado con el libro y las técnicas empleadas, incluidos todos los materiales que se utilizaron para la creación de esta obra: desde los pigmentos para las tintas de diferentes colores, hasta las plumas de aves, pasando por las pieles de animales utilizadas en la producción del libro. A continuación, se pasa a admirar el libro, con toda su increíble cantidad de detalles en las ilustraciones y, por último, se pasa a la Old Library o antigua biblioteca que, a mí personalmente, es la parte que me deja sin respiración. Es un sitio completamente mágico, con miles y miles de libros y manuscritos antiguos con lomos de piel perfectamente ordenados alfabéticamente y custodiados por los bustos de sabios de todas las épocas históricas. Parece de película, sacado como mínimo de Harry Potter, demasiado bonito e increíble para ser verdad. Como los libros son tan valiosos y delicados, no se puede hacer fotos con flash, y se trata de un sitio bastante oscuro, así que no tengo absolutamente ninguna foto decente, aunque alguna pondré aquí para que os hagáis una idea. Esto es, como digo yo, «para la retina» solamente. Pero si lo buscáis en Internet para poder verlo bien lo encontraréis en seguida y veréis de lo que estoy hablando 🙂 La visita total, que es por libre, dura más o menos 1 hora, no es muy larga.

St. Stephen’s Green + Shopping Center

Nada más salir de Trinity College, a mano izquierda un poco más adelante os encontraréis con Grafton Street, que es una de las calles más famosas de tiendas de Dublín, y donde además también podréis disfrutar de las actuaciones de diversos artistas callejeros. Pues bien, al final de esta calle, que es peatonal, llegaréis a St. Stephen’s Green, uno de los varios parques urbanos de la capital. El parque, que se encuentra en pleno centro de la ciudad, ofrece un paseo agradable y, si hace un poquito de sol, los irlandeses aprovechan en seguida para tumbarse en el césped, montar un picnic, etc. La hora de cierre del parque es en cuanto se hace de noche, así que tenedlo en cuenta, porque en invierno es muy pronto. Por todo el parque hay repartidas estatuas y homenajes a diferentes autores, como James Joyce, y demás personajes importantes de la vida dublinesa. Además, hay diferentes pérgolas y un laguito.

Junto a la entrada principal a St. Stephen’s Green (la que da a Grafton Street), hay también un centro comercial llamado St. Stepehen’s Green Shopping Center. Vale la pena echarle un vistazo tanto por fuera como por dentro, ya que no es el típico centro comercial moderno. Tiene un encantador aspecto antiguo y elegante, en el que destacan sus estructuras de forja de color blanco.

Merrion Square + zona georgiana

Merrion Square es otro parque urbano, muy cerca de St. Stephen’s Green, pero alejándonos ya un poco más de las calles principales del centro. Se encuentra en la zona adinerada de la ciudad, donde vive la gente bien, aristócratas y demás. Históricamente, en esta zona han vivido diferentes figuras literarias ilustres, como Oscar Wilde o W. B. Yeats, y también es zona de embajadas, oficinas y sedes de diferentes organismos gubernamentales. Las casas georgianas de Dublín son llamativas, no tanto por su típica construcción con ladrillos caravista (con las fachadas muchas veces recubiertas de hiedra y enredaderas), sino más bien por sus puertas: son puertas de madera antiguas con un gran ventanal semicircular decorado sobre el dintel para que entre la luz al recibidor, pero lo más interesante es que cada puerta está pintada de un color, la mayoría de lo más llamativos. Así, en la misma calle os podéis encontrar con una hilera de casas todas iguales, pero la primera con la puerta roja, la segunda con la puerta amarilla, la tercera con la puerta azul, etc. Todas perfectamente cuidadas y con unos colores bien vibrantes. Cuenta la leyenda que están pintadas así, todas diferentes, para que los dublineses, al volver borrachos del pub a altas horas de la noche, no se equivocasen de casa 🙂

El parque de Merrion Square, muy verde y cuidado, es un lugar agradable para pasear, al igual que el resto de la zona victoriana. También encontraréis diferentes esculturas y bustos, entre los que destaca la estatua de Oscar Wilde, que vivió en el n.º 1 de Merrion Square durante 2 décadas.

Día 4

Kilmainham Gaol

La cárcel de Kilmainham (8 Inchicore Rd.) (entrada 6 euros), hoy reconvertida en museo, es la prisión en la que estuvieron encerrados muchos de los personajes históricos que tuvieron un papel protagonista en la lucha por la independencia irlandesa, incluidos los líderes del Alzamiento de Pascua de 1916. Además, era una prisión «mixta» en la que se hacinaban hombres, mujeres y niños por igual. En el mismo patio se llevaban a cabo las ejecuciones, y los reclusos solo disponían de una vela por celda como fuente de luz y de calor. Estos datos, entre mucha más información, los explican con detalle en la visita, que es en inglés. Como os podéis imaginar, es una visita «durilla», pero resulta muy interesante y da pie a conocer un poco más sobre la apasionante historia de Irlanda. Durante la visita se recorren los pasillos de las celdas, la sala central principal y el patio, y se termina en el museo de la cárcel, donde están expuestos objetos que pertenecieron a los antiguos presos. Un dato curioso: el último prisionero de la cárcel de Kilmainham fue Éamon de Valera, que fue liberado en 1924, y posteriormente llegó a ser presidente de Irlanda. Además, a los cinéfilos puede que la cárcel os suene, ya que es el lugar en el que se rodaron las escenas de prisión de la película En el nombre del padre.

Kilmainham Gaol
Kilmainham Gaol

Memorial Gardens

Los jardines llamados oficialmente Irish National War Memorial Gardens (Islandbridge, Dublín 8) son unos bonitos jardines por los que es agradable pasear (entrada gratuita), dedicados a los soldados irlandeses caídos durante la I Guerra Mundial. Tienen un diseño cuidado y solemne, y se pueden encontrar diversos jardines, terrazas y pérgolas a diferentes niveles. Los Memorial Gardens se encuentran justo entre Kilmainham Gaol y Phoenix Park, así que es una buena parada intermedia en la que se puede disfrutar de las bonitas vistas de los jardines.

Phoenix Park

El Phoenix Park es uno de los parques urbanos más grandes de Europa, con una superficie de unos 7 km2, y queda al noroeste del centro de la ciudad. En el parque podréis encontrar grandes extensiones de césped verdísimo, avenidas bordeadas por enormes árboles, pequeñas pérgolas que funcionan como teterías, ciervos salvajes pastando a su anchas, la residencia oficial del presidente de Irlanda y el Zoo de Dublín. Como veis, es la mar de variado, y es un bonito sitio donde pasar una mañana o una tarde de relax en contacto con la naturaleza para escapar del bullicio de la ciudad y sus cientos de pubs.

Día 5

Botanic Gardens

No sé a vosotr@s, pero a mí me suele gustar bastante visitar los jardines botánicos de las ciudades. Suelen ser paseos preciosos, donde no suele haber grandes multitudes, y donde puedes tener algo de paz y estar en contacto con la naturaleza. En contraste con la visita frenética a una gran ciudad, puede agradecerse mucho este rato de tranquilidad. Los Botanic Gardens (Glasnevin, Dublín 9) de Dublín no son una excepción a todo esto, y son el lugar ideal para pasar una tarde o una mañana tranquila disfrutando de un precioso paseo al aire libre y de los bonitos invernaderos que ofrece esta atracción. Están un poco alejados del centro, por lo que habrá que ir en bus: se pueden coger las líneas 4 y 9 desde O’Connell Street. La entrada a los jardines es gratuita, lo que siempre se agradece. Un consejo: si os gustan las ardillas, llevaos una bolsa de frutos secos (cacahuetes o algo así), y en las zonas de árboles donde veáis a estos animalitos, poneos unos pocos en la mano y enseñádselos. Veréis como vienen en seguida, no tienen nada de miedo, ¡y hasta pueden llegar a treparte por la pierna para llegar hasta la mano! Al principio da un poco de cosa que hagan eso, más que nada porque se puede montar una pequeña «jauría» a tu alrededor, pero yo nunca he tenido ningún problema con ellas, y es divertido.

Mis padres en los Botanic Gardens (año 2007)
Mis padres en los Botanic Gardens (año 2007)

Castle Dracula

Por si no lo sabíais, Bram Stoker, el autor de Drácula, también era dublinés. Castle Dracula es una atracción que recrea el mundo del Drácula de Bram Stoker y, de paso, te da una clase de historia sobre Drácula y la vida del autor. El decorado emula el del libro y hay actores representando a los diferentes personajes. La experiencia es divertida y aterradora al mismo tiempo, ya que te van dando sustos continuamente. La visita es de 7 a 9 de la noche, y la edad mínima de entrada es de 14 años.

Extras

Hasta aquí los cinco días prometidos que explican qué hacer en Dublín, que, como he comentado al principio, no están muy cargados para que podáis ir intercalando paradas en los diferentes pubs, ya que os van a atraer todos, y también es parte de la experiencia. Sin embargo, hay algunas actividades adicionales que se pueden hacer si al final os sobra tiempo, si no sois muy de pubs, si estáis más días en la ciudad o si queréis descartar alguna de las actividades que he propuesto.

Tours por la ciudad

Bus hop-on/hop-off

Los buses hop-on/hop-off son los típicos buses turísticos de ir subiendo y bajando cuando quieres en las diferentes paradas… Sabéis de lo que os hablo, ¿no? Bien, pues como era de esperar, en Dublín también existen, y pueden ser una buena opción si tenéis muy poco tiempo o como toma de contacto inicial. Yo personalmente no soy muy fan, prefiero ir desplazándome a mis anchas y repartir las visitas en los diferentes días, pero es lo que comentaba, si tenéis muy poco tiempo (tal vez un día o dos) para visitar la ciudad, puede resultar práctico. El ticket para 48 horas vale 22 euros.

Viking Splash Tours

La empresa Viking Splash Tours (St Stephens Green North, Dublín 2) ofrece una manera diferente de visitar la ciudad en un tour guiado: ¡a bordo de un vehículo anfibio de la II Guerra Mundial! El tour incluye una ruta por todo el centro de Dublín con comentarios y un chapuzón en el canal a bordo del mismo vehículo anfibio. Además te equipan con cascos vikingos y te hacen ir gritándole a la gente al pasar, ¿qué más se puede pedir? xD No, en serio, es un tour guiado un poco diferente y más divertido de lo habitual porque te hacen hacer un poco el tonto, pero si tenéis tiempo, sigo recomendando que vayáis a vuestra bola. El tour dura 1 hora y 15 minutos y también vale 22 euros, así que en caso de estar interesados en hacer un tour por la ciudad, mirad a ver qué os conviene más. Yo este lo hice con mis padres hace como 10 años cuando vinieron a visitarnos cuando vivíamos en Dublín y la verdad es que fue divertido.

Mi padre, durante el tour vikingo :) (año 2007)
Mi padre, durante el tour vikingo 🙂 (año 2007)

Irish dancing

La danza tradicional irlandesa es realmente curiosa: parece que peguen pequeños saltitos y pataditas con las piernas mientras la parte superior del cuerpo se queda completamente quieta. Sin embargo, cuanto más los miras bailar, más te das cuenta de que realmente hay una gran técnica detrás, y la verdad es que resulta un baile bastante hipnótico al ritmo de la siempre genial y animada música folk irlandesa. Aquí podéis ver un vídeo de muestra para que os hagáis una idea de cómo es la danza.

El Arlington Hotel de Dublín, situado en pleno centro y a la orilla del río Liffey (23-25 Bachelors Walk, O’Connell Bridge, D1) ofrece espectáculos diarios de danza irlandesa gratuitos (simplemente habrá que consumir algo en el bar, si apetece), aunque también está la opción de cena en una mesa frente al escenario + espectáculo, que en ese caso sale por unos 33 euros por persona. Nosotros optamos por esta opción esa misma vez que vinieron mis padres a visitarnos y coincidió que era el cumpleaños de mi madre, así que le regalamos la cena + espectáculo, y la verdad es que estuvo genial: lo vimos de lujo bien cerquita del escenario y la cena estuvo muy bien.

Para una experiencia más profesional, podéis probar con Riverdance, que es el grupo o espectáculo más famoso de danza irlandesa. Los shows en Dublín son en el Gaiety Theatre (King Street South, Dublín 2) y las entradas normales cuestan a partir de 29 euros, y las VIP valen 96 euros. No hay espectáculos todos los días ni en todas las épocas: habría que mirar en qué fechas está Riverdance de tour por Irlanda.

Otra opción es el pub Johnnie Fox, que se encuentra en Glencullen, es decir, se encuentra en el condado de Dublín, pero fuera de la ciudad de Dublín (a unos 35 minutos en coche desde el centro de la ciudad). Este pub ofrece una opción similar a la del Arlington, es decir, cena + espectáculo, llamado The Hooley Show. He de confesar que no he estado nunca en el Johnny Fox (y eso me fastidia bastante), y tampoco he podido averiguar el precio de la cena + espectáculo que ofrecen, pero bueno, lo quería comentar como opción para ver Irish Dancing porque sé que es uno de los lugares más típicos para verla.

Eventos deportivos

Si estáis allí durante la temporada de los deportes correspondientes, podéis intentar asistir a un partido de los deportes irlandeses más típicos.

En el estadio Croke Park (Jones’ Rd, Drumcondra, Dublín 3) se celebran los partidos de hurling y de fútbol gaélico, los deportes irlandeses por antonomasia, que, como mínimo, puedes resultar curiosos.

Por su parte, en el Aviva Stadium (Lansdowne Rd, Dublín 4), también llamado New Landsowne Road, podréis ver los partidos de rugby y de fútbol.

Carreras de galgos

A pesar de que no me gusta promocionar eventos de este tipo, es cierto que este también es un elemento importante de la cultura irlandesa, así que he decidido mencionarlo. Cada día hay carreras de galgos en Shelbourne Park (S Lotts Rd, Dublín 4) y en Harold’s Cross (Harold’s Cross Rd) (en uno u otro sitio en días alternos), donde se puede ir y presenciarlas y apostar por uno de los perros.

Apuestas

Apostar por prácticamente cualquier cosa forma parte de la cultura irlandesa, igual que ir al pub. De hecho, se dice que en Irlanda no se encontrará ningún cruce de calles donde no haya un pub y un «bookie» o casa de apuestas, y la verdad es que es algo que puede cumplirse con bastante frecuencia. Así que como experiencia irlandesa, recomiendo entrar en uno de estos bookies (Paddy Power o William Hill son los establecimientos más típicos) y apostar aunque sea un eurito a cualquier cosa: puede ser a un partido de la Premier League o de la liga española, o a cualquier otro evento de cualquier otro deporte; las opciones son infinitas y te aceptan cualquier cosa.

Hasta aquí esta propuesta de 5 días sobre qué hacer en Dublín, que espero que os resulte útil para visitar esta vibrante ciudad, que para mí tiene un ambiente único. Queda pendiente un post sobre los mejores pubs de Dublín y un par de posts más sobre otras zonas de Irlanda, así que… ¡estad atent@s, viajer@s!

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