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Islandia en noviembre – Día 6 – Mývatn Parte I

¡Hola, viajer@s!

Hoy os traigo el relato del Día 6 de nuestro roadtrip por Islandia de dos semanas en noviembre. Ya hay publicados varios posts sobre este súper viaje, por si les queréis ir echando un vistazo; son los siguientes: un post introductorio con información útil que debéis saber antes de viajar a Islandia; el post del Día 1 del viaje en el que os cuento nuestra llegada, nuestra visita a la impresionante Laguna Azul y nuestra primera toma de contacto con Reikiavik; el post del Día 2, que dedicamos íntegramente a la capital; el post del Día 3, en el que exploramos la bonita península de Snaefellsnes; el post del Día 4, en el que desde Snaefellsnes nos dirigimos ya hacia el norte de la isla; y el post del Día 5, en el que recorremos la zona norte central y llegamos al área de Mývatn.

En este post del Día 6 os voy a contar todo lo que vimos en el primero de los dos días completos que dedicamos a explorar la increíble zona de Mývatn, que parece sacada de otro planeta.

Aquí os dejo un mapa de la región de Mývatn con todas las visitas que hicimos en los dos días/tres noches que le dedicamos:



La zona de Mývatn

La zona de Mývatn es la joya indiscutible del norte de Islandia, ya que el lago Mývatn y su entorno presentan una belleza austera llena de resoplantes pozas de barro, extrañas formaciones de lava, humeantes fumarolas y cráteres volcánicos. La cuenca del Mývatn se asienta sobre la dorsal mesoatlántica y el violento carácter geológico de la zona ha creado un asombroso paisaje, único en el país (lo cual ya es decir).

Por este motivo, decidimos hacer una parada larga en Reykjahlíd (población con apenas un par de centenares de habitantes) y pasar 3 noches aquí, para poder explorar con detenimiento esta zona de Mývatn, que tiene tanto que ofrecer, y para descansar un poco de las conducciones largas durante un par de días.

Nuestro hogar durante estas 3 noches fue la acogedora casa de huéspedes Helluhraun 13, en Reykjahlíd, regentada por una adorable pareja de gente local, Ásdís y Sigurdur, y no podríamos estar más satisfechos con nuestra elección.

Para ver la reseña completa de Helluhraun 13, podéis consultar el post del Día 5, donde os hablo de este encantador alojamiento en profundidad.

La población de Reykjahlíd y, por lo tanto, la casa de huéspedes Helluhraun 13, se encuentra en la orilla norte del lago Mývatn. Nuestras visitas de este Día 6 constaron básicamente de bordear el Lago Mývatn por sus orillas este y sur.

Nuestro hogar en Mývatn, encantador
Nuestro hogar en Mývatn, encantador

Conducción en el norte de Islandia en invierno

La zona de Mývatn se encuentra en el puro norte de la isla, y eso en noviembre significa conducir por carreteras cubiertas de nieve y de hielo, aparte, claro está, de disfrutar de paisajes nevados e invernales preciosos.

Nosotros no habíamos conducido en este tipo de condiciones nunca e íbamos con un poco de miedo, pero hemos de decir que con nuestro Dacia Duster 4 X 4 de Lotus Car Rentals con neumáticos de invierno, todos tachonados con clavos, no tuvimos absolutamente ningún problema.

De hecho, Félix, que es el conductor, considera que fue una experiencia muy interesante, didáctica e incluso divertida conducir por estas carreteras con este tipo de condiciones difíciles. Félix os va a preparar un post sobre cómo conducir en Islandia en invierno, con un montón de información práctica que estoy segura de que os resultará muy útil.

Zona de Mývatn nevada
Zona de Mývatn nevada

Sorpresa matutina

Para no variar, nos levantamos bien prontito, desayunamos en Helluhraun 13 tranquilamente y, cuando se nos ocurrió asomarnos a la ventana cuando ya empezaba a clarear y se podía ver algo, nos llevamos una buena sorpresa.

Por lo visto, había estado nevando toda la noche y no nos habíamos dado ni cuenta, y nuestro pobre Dacia Duster, que estaba aparcado en la calle, amaneció sepultado en la nieve. Os parecerá una tontería, pero para nosotros fue un auténtico shock, ya que era una situación a la que no nos habíamos tenido que enfrentar nunca y, sinceramente no sabíamos cómo actuar.

Por suerte, Ásdís, la dueña de Helluhraun 13, es una mujer previsora y en el porche de la casa había precisamente una escoba que supusimos que era para estas situaciones. Pues nada, nos tocó cepillar el coche de arriba abajo y poco más, pero fue otra experiencia curiosa que nos llevamos de Islandia. Ahora lo piensas y te ríes, pero el shock inicial la verdad es que nos dejó bastante descolocados 😅

Así amaneció nuestro pobre coche 😱
Así amaneció nuestro pobre coche 😱

Bjarnarflag

Nuestra primera parada del día fue Bjarnarflag (a tan solo 3 km de la población de Reykjahlíd, donde se encuentra Helluhraun 13) que es una zona geotermal activa donde la tierra bufa y burbujea y donde salen densas columnas de vapor de las fisuras que hay en la corteza terrestre.

No sé si es solo una forma de hablar o una exageración, pero he leído que hay tanto calor geotermal en esta zona que cuando los granjeros intentaron sembrar patatas aquí, estas salían de la tierra ya cocidas 😱

Se han llevado a cabo diferentes pruebas para construir plantas de energía geotérmica: uno de los pozos excavados tiene una profundidad de 2300 metros y el vapor sale aún de él a la nada desdeñable temperatura de 200 grados centígrados.

También se instaló una planta de procesamiento de diatomita, pero a día de hoy lo único que queda de ella es un precioso estanque de color turquesa que los locales han apodado, de manera muy cachonda, como «la Laguna Azul», pero no os dejéis engañar por su bonito color, ya que estas aguas son producto de los residuos de esa planta y son tóxicas.

Si visitáis Bjarnarflag o cualquier otra zona geotermal activa durante el invierno, mientras está todo nevado, es una experiencia muy curiosa, ya que todo el paisaje está cubierto por la nieve, pero ves pequeñas «calvas» en el manto blanco, que son puntos en los que el suelo está caliente debido al calor geotermal o desde donde salen directamente vapores a altas temperaturas y donde, por lo tanto, la nieve no cuaja.

En lugares como este te das cuenta de que, efectivamente, la corteza terrestre es muy fina en Islandia y por eso el calor que hay acumulado en el centro de la Tierra se hace tan patente en la superficie. Es toda una experiencia ver todo esto con tus propios ojos y notar el calor del interior de la Tierra con tus propias manos al posarlas sobre el suelo.

A esta zona no es necesario dedicarle muchísimo tiempo: se trata simplemente de conducir un poco por allí y alucinar con el paisaje y las fumarolas. De hecho, si estáis más de un día por la zona, como nosotros, es posible que paséis varias veces por aquí yendo y viniendo de las diferentes visitas.

Bjarnarflag - Zona caliente en el suelo donde la nieve no cuaja y columnas de humo al fondo
Bjarnarflag – Zona caliente en el suelo donde la nieve no cuaja y columnas de humo al fondo


Grjótagjá

Nuestra siguiente visita (a tan solo 2 minutos en coche) fue la cueva llamada Grjótagjá, la cual, aparte de ser muy mona, saltó a la fama también gracias a la serie Juego de Tronos, ya que es ni más ni menos que el lugar en el que Jon Snow e Ygritte tienen su momentazo íntimo.

Se trata de un pequeñísima cueva que alberga un mini lago en su interior de apetecibles aguas turquesas que están a 45 grados de temperatura (demasiado calientes para bañarse).

Se trata de una propiedad privada, pero el propietario permite visitarla de forma gratuita y fotografiarla, aunque está prohibido bañarse, si es que el alta temperatura del agua no os frena ya.

El interior de la cueva tiene muy poco espacio y está bastante oscuro. Hay que bajar un par de metros bajo tierra por una serie de rocas (nada complicado). Nosotros llevábamos linternas frontales, de esas que se ponen en la cabeza con una banda elástica, y nos fueron bastante bien, aunque no son absolutamente necesarias.

El parking para Grjótagjá queda muy cerca de la carretera principal, y desde el parking se baja directamente a la cueva: fácil y rápido.

El tiempo necesario para esta visita es muy breve, ya que la cueva es realmente pequeña y, aunque sí puedes explorarla mínimamente por las rocas, no creo que os lleve mucho más de 15 minutos, a no ser que haya mucha gente al mismo tiempo, y se forme una cola. Desde luego, no fue nuestro caso: ¡ventajas de viajar fuera de temporada! 🤩

Encantada, en Grjótagjá
Encantada, en Grjótagjá

Hverfjall

Tras 15 minutos más de conducción en dirección sur se llega al cráter Hverfjall, que os llamará inmediatamente la atención. Se trata de un cráter de tefra (una especie de gravilla volcánica) que domina toda la zona y que te llama para que te acerques y vayas a visitarlo.

Desde ciertos puntos tiene una simetría casi perfecta y cubierto de nieve, tal y como lo vimos nosotros, casi confundiéndose con el cielo plomizo que teníamos ese día, presentaba una imagen espectacular y bastante fantasmagórica.

Por cierto, de camino hacia allá, nos tocó pararnos en medio de la carretera para que pasase un rebaño de ovejas enorme, algunas de las cuales iban con toda su parsimonia 😂 Una experiencia bastante común y curiosa en Islandia.

Os recomiendo que cuando tengáis una buena perspectiva de su simetría y esté en plan fotogénico, paréis para disfrutar de él y tomar unas buenas fotos.

Jugando con la nieve frente a Hverfjall
Jugando con la nieve frente a Hverfjall

Algunos datos sobre Hverfjall: este cráter apareció hace unos 2700 años fruto de una enorme erupción, tiene 452 metros de altura, el diámetro del cráter es de 1 km y hay diferentes senderos por los que se puede subir.

Hay un parking justo a los pies del cráter. Allí hay unos baños públicos y desde el mismo parking sale una senda para subir a la cima del cráter. El ascenso es de unos 10 minutos más o menos, y el terreno es empinadito, obviamente, pero muy llevadero.

Una vez arriba se puede pasear por toda la circunferencia de la cima del cráter. En nuestro caso estaba todo completamente cubierto de nieve y tenía un aspecto espectacular, muy etéreo. Además, las vistas de la zona de Mývatn son alucinantes desde allí arriba, ya que se distingue el campo de lava que lo rodea, llamado (para regocijo de los fans del black metal) Dimmuborgir, además de montañas, lagos, otros cráteres, etc. Una maravilla.

Contad tal vez una horita para esta visita entre subir, visitar, alucinar y bajar.

Admirando tanta belleza invernal en la cima del cráter Hverfjall
Admirando tanta belleza invernal en la cima del cráter Hverfjall

Dimmuborgir

Aparte de que el nombre mola (significa «castillos oscuros») y de que, como ya he dejado caer antes, está relacionado con el mundo del metal, ya que hay un grupo de black metal llamado Dimmu Borgir (me imagino que en honor a este lugar), esta visita nos pareció muy top.

Se trata de un campo de lava, pero claro, te dicen «campo de lava» y si no has visto uno antes, tampoco visualizas muy bien qué puede ser eso, y si has visto otros antes, como era nuestro caso, simplemente conduciendo por la isla, pues piensas: «Campos de lava ya he visto yo por aquí». Pero no. Ninguno como este.

Es una visita de la que no sabíamos muy bien qué esperar y que pensábamos que no valdría mucho la pena, pero nos encantó y nos acabó pareciendo espectacular.

Al llegar al parking veréis que hay un pequeño complejo con bar-restaurante, tienda de souvenirs y baños. Los baños exteriores son de pago (200 ISK), pero solo están abiertos en temporada alta, así que los baños de dentro del restaurante te dejan usarlos gratis durante el invierno. Nosotros no comimos en el restaurante, ya que llevábamos sándwiches, pero la gente suele hablar bastante bien de la comida de aquí, aunque tenía pinta de ser bastante de batalla.

Hacia los "castillos oscuros"
Hacia los «castillos oscuros»

La visita del campo de lava de Dimmuborgir está compuesta por diferentes sendas codificadas por colores de distintas duraciones y recorridos para hacer hikings y poder explorar toda la zona, que gracias a todas las «esculturas» de lava solidificada, tiene un aspecto como de lugar en ruinas.

Nosotros optamos por combinar 2 de las más cortas (unos 1,5 km en total) y estuvimos unos 30-40 minutos, con paradas para fotos incluidas. Si tenéis más tiempo, se le puede dedicar perfectamente más, porque hay mucho que ver y vale la pena.

Pero, ¿por qué es tan especial este campo de lava? Pues porque normalmente un campo de lava tiene formaciones rocosas curiosas formadas por la lava solidificada y se extienden por las llanuras de forma relativamente monótona, pero es que en Dimmuborgir el tema de las formaciones rocosas es a lo grande. Hay varias que tienen forma como de arco, con un agujero en medio, y muchas de ellas son tan enormes que parecen pequeñas montañas de lava alzándose amenazadoramente sobre ti. Así, a ojo de buen cubero, os diría que algunas pueden tener la altura de un segundo piso, perfectamente. Otras son tan retorcidas y extrañas que no sabrías cómo describirlas.

En nuestro caso, como ya he comentado, estaba todo completamente cubierto de nieve, y el contraste de la roca negra volcánica de las formaciones con el manto de nieve que las cubría era espectacular. Este es otro de estos sitios mágicos del país, uno de esos sitios que te hacen decir la tan manida frase de «Visitar Islandia es como estar en otro planeta», pero es que es así.

Un sitio totalmente diferente, impactante e interesante por todos los datos sobre la formación de estas «esculturas» de lava que encontraréis en las diferentes paletas de información.

Formaciones rocosas curiosas en Dimmuborgir
Formaciones rocosas curiosas en Dimmuborgir

Höfdi

Nuestra siguiente parada en este recorrido por las orillas del lago Mývatn fueron los pilares de lava de Höfdi. Si seguís bordeando el lago en dirección sur desde Dimmuborgir, los veréis a mano derecha desde la misma carretera, y hay un par de miradores.

Nosotros no nos detuvimos mucho en este punto, puesto que al estar todo cubierto de nieve no se distinguían bien y no lucían tanto, así que paramos brevemente con el coche para echarles un vistazo y poco más: preferimos seguir avanzando para tener más tiempo para dedicarle al resto de visitas del día (ya nos estaban empezando a entrar las prisas de que se iba a hacer pronto de noche).

Así como pensamos que muchos de los paisajes que vimos ganan en invierno cubiertos de nieve, creo que este no. He visto fotos sin estar nevado y con un día de sol y es un paraje precioso, mientras que en la foto de abajo no se distingue gran cosa.

Los pilares de lava de Höfdi dentro del lago
Los pilares de lava de Höfdi dentro del lago

Skútustadagígar

La siguiente parada era un conjunto de pseudocráteres que llevan el impronunciable nombre de Skútustadagígar. Según mi Lonely Planet, se formaron cuando la lava fundida fluyó hasta el lago Mývatn desencadenando una serie de explosiones de gas. Estos espectaculares hoyos se crearon cuando el agua atrapada bajo la superficie hirvió y salió disparada formando pequeños cráteres y conos de escoria. Es decir, según lo entiendo yo, tienen forma de pequeños cráteres, pero no son conos volcánicos en el sentido de que no tienen, digamos, «conexión» con el centro de la tierra, sino que su formación es diferente, según lo que acabo de explicar. De ahí, me imagino, el término de «pseudocráteres», ya que son, al fin y al cabo, falsos cráteres.

Hay unos 10-15 minutos de conducción desde Dimmuborgir, y esta visita se encuentra ya en la zona sudoeste del lago Mývatn. El parking para ver esta colección de pseudocráteres se encuentra justo al lado de la carretera. Como veréis en la paleta de información que hay al entrar al recinto de los cráteres, hay dos posibles recorridos, uno más largo (de unos 3 km), que bordea todo el pequeño lago Stakhólstjörn (que parece ser una pequeña subsección del propio lago Mývatn), y otro más corto (de unos 1,5 km), que simplemente hace un recorrido circular por la orilla oeste del mismo.

Nosotros optamos por el recorrido corto por el mismo motivo de siempre: el tiempo. Este recorrido lo hicimos en otros 30-40 minutos, incluidas las indispensables paradas para fotos.

Admirando los pseudocráteres de Skútustadagígar
Admirando los pseudocráteres de Skútustadagígar

La verdad es que no esperábamos mucho de esta visita y nos encantó. Pensábamos que sería el típico sitio en el que solo se distinguen las peculiaridades del paisaje a vista de pájaro (desde un punto elevado o con un dron), pero nada más lejos.

En todo momento eres consciente de que estás rodeado de mini cráteres, que tienen el aspecto más o menos de colinas a tu alrededor, e incluso hay varios de ellos habilitados con escaleras para subir a la cima del cráter y poder ver mejor el paisaje del lago y los pseudocráteres que te rodean, es decir, que algunos de los cráteres actúan como miradores para disfrutar de la región de Mývatn desde las alturas.

En nuestro caso, de nuevo, como estaba todo nevado y el lago estaba completamente congelado, la imagen que podíamos ver era preciosa y muy impactante: un paisaje invernal de postal, pero con un toque especial, raruno, marciano, gracias a todos los pseudocráteres que se ven en el horizonte.

Hicimos la visita básicamente solos: diría que nos cruzamos con una o ninguna persona (de nuevo, ventajas de viajar fuera de temporada), pero no éramos los únicos seres vivos de la zona: muchos de los pseudocráteres estaban tomados por enormes rebaños de ovejas que te observaban silenciosamente desde las alturas, y he de decir que la situación era algo inquietante 😂

Ovejas que acechan desde las alturas
Ovejas que acechan desde las alturas


Dettifoss

La última parada de este primer día de exploración de la zona de Mývatn fue Dettifoss, una de las grandes cascadas de Islandia. Dettifoss no estaba originalmente en nuestro planning porque había leído que en invierno no se podía llegar porque la carretera está cerrada, pero esa información no es precisa.

Lo comentamos con nuestra anfitriona en Helluhraun 13, Ásdís, y ella nos dio las claves: efectivamente, la carretera principal que te lleva directamente a Dettifoss, la 864, está cerrada todo el invierno y es intransitable. Sin embargo, hay una manera alternativa de llegar a Dettifoss: por la carretera 862.

Por esta carretera 862 se puede conducir hasta cierto punto, a partir del cual también está cerrada. En ese punto encontraréis un parking (donde hay también unos baños) y desde ahí hay una caminata de unos 20 minutos (1,5 km) para llegar a la cascada.

Google te intenta llevar por la 864 esté esta cerrada o no, pero no os preocupéis, porque si venís desde la zona de Mývatn, como nosotros, la 862 queda antes que la 864, es decir, os la encontraréis antes de llegar a la 864, a mano izquierda. Simplemente tenéis que estar un poco atent@s y tomar el desvío de la 862 en lugar de llegar a la 864.

Pero hablemos de esa conducción por la 862 y de esa caminata hasta llegar a Dettifoss, que a priori suena todo muy inocente, ¿verdad? Pues bien, el tramo de conducción desde que se toma la 862 hasta el parking de Dettifoss fue la conducción más extrema y difícil que habíamos vivido hasta el momento, ya no solo en Islandia, sino que yo diría que en nuestra vida. La carretera estaba completamente nevada y helada por debajo y había que ir con mucho cuidado. Además estaba empezando a anochecer y eso nos ponía un poco nerviosos, ya que conducir a oscuras por este tipo de parajes en estas condiciones no nos parecía ninguna buena idea (por suerte, en esta época del año, los procesos tanto de amanecer como de atardecer son muy largos, así que aún nos quedaba tiempo para hacer la visita).

También es verdad que, como ya he comentado en muchas ocasiones a lo largo de estos posts sobre Islandia, nosotros no teníamos ninguna experiencia en la conducción en este tipo de condiciones, así que tal vez para quien sí haya conducido en condiciones invernales difíciles, esta será simplemente una carretera más, pero la verdad es que a nosotros nos impactó. Al mismo tiempo, Félix dice que se lo pasó pipa conduciendo este tramo, así que nada, una cosa no quita la otra 😂

Dettifoss en todo su esplendor
Dettifoss en todo su esplendor

Eso con respecto a la conducción; y con respecto a la caminata, pues las condiciones eran similares, pero a pie. Estaba todo completamente cubierto de nieve, todo lo que abarcaba la visión era un inmenso manto blanco continuo, pero el camino que había que seguir estaba marcado con unas estacas, así que no había problema.

A mitad camino hay una bifurcación y tienes la posibilidad de seguir dos caminos diferentes: el que te lleva a Dettifoss y el que te lleva a Selfoss, otra cascada.

En nuestro caso, como ya estaba empezando a oscurecer un poco, por falta de tiempo tuvimos que ir directamente a Dettifoss, pero por lo que hemos podido ver online, Selfoss también mola mucho, así que si vais con tiempo, os recomiendo que les echéis un vistazo a las dos. La visita y la caminata de las dos cascadas puede durar tal vez una hora y pico.

En nuestro caso, como ya he comentado, fueron unos 20 minutos de caminata para ir y otros tantos para volver y os puedo asegurar que hacía muchísimo frío, así que si vais en invierno, os recomiendo que os abriguéis muy bien. La caminata tiene 0 dificultad, aparte de que es por terreno nevado, pero no hay ni subidas duras ni tramos peligrosos con acantilados ni nada parecido, sino que vino a ser una caminata por una especie de llanura nevada.

Félix, frente a la brutal cascada Dettifoss
Félix, frente a la brutal cascada Dettifoss

La cascada de Dettifoss en sí es impresionante, y vale totalmente la pena la conducción de locos y la caminata a temperaturas muy poco amigables que hay que chuparse en invierno para poder verla.

Si bien la cascada de Godafoss que vimos el día anterior, el Día 5, era muy bonita por sus preciosas aguas turquesas y su forma tan armónica en semicírculo, Dettifoss es caótica y potente a partes iguales.

En las condiciones meteorológicas en las que la vimos nosotros, todo, tanto los alrededores como las propias aguas de la cascada, que tenían un color gris granito, parecía que estuviese pasado a través de un filtro en blanco y negro. Todo lo que nuestra vista abarcaba era o negro, como las piedras volcánicas, o gris, como las aguas de la cascada, o blanco, como la nieve que nos rodeaba por todos lados. Realmente impactante.

Y la cascada en sí tiene una potencia alucinante, yo diría que mucho más caudal de agua que la de Godafoss, por ejemplo, y tiene un aspecto muy caótico y salvaje, o al menos esa impresión nos dio a nosotros, en comparación con el aspecto bello, armónico y casi simétrico de Godafoss.

Son dos cascadas muy distintas, y vale la pena verlas las dos para poder comparar y para poder apreciar a cada una por sus respectivas peculiaridades.

La caminata hasta Dettifoss, con el camino totalmente nevado, pero con estacas para saber por donde ir
La caminata hasta Dettifoss, con el camino totalmente nevado, pero con estacas para saber por donde ir


Como siempre, más abajo os dejo una pequeña galería de fotos adicionales, y creo que este va a ser el enfoque de todos los posts de este viaje, ya que van a ser posts más cortos de lo habitual, ya que solo cubren un día de viaje, pero al mismo tiempo, hay muchas cosas que os quiero enseñar, ya que todo en este país es tan sumamente fotografiable que es una pena dejar fotos fuera por falta de espacio en el post (podéis hacer clic en las imágenes para verlas en grande).

Y hasta aquí el relato del Día 6 de nuestro roadtrip por Islandia de dos semanas en noviembre. En el siguiente post del Día 7 os seguiré contando nuestras aventuras en la zona de Mývatn, ya que a esta región le dedicamos dos días completos para poder explorarla bien a fondo. ¡Os garantizo que en el Día 7 nos esperan visitas y actividades muy, muy top, así que os recomiendo que no os lo perdáis!



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