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10 motivos para visitar Lloret de Mar y cuándo hacerlo

¡Hola, viajer@s!

Hoy vengo a hablaros de nuestra última escapada: a finales de abril visitamos Lloret de Mar y aprovechamos para asistir al festival de cerveza artesanal Birrasana, que se celebra en esta localidad, así como para conocer un poco más la zona tanto de La Selva, que es la comarca en la que se encuentra Lloret de Mar, como del Baix Empordá, comarca cercana donde visitamos otros pueblos recomendables, de los que os hablaré en otro post.

En este post de hoy, sin embargo, nos vamos a centrar única y exclusivamente en Lloret de Mar, porque, no os equivoquéis, es un lugar que tiene mucho que ofrecer. Lloret de Mar es uno de esos lugares de los que se tiene una idea y que al visitarlos te das cuenta de que ese concepto que tenías, ese concepto que probablemente tiene la sociedad entera, es totalmente erróneo, limitado y distorsionado. Sí, Lloret de Mar es un sitio típico de turismo de sol y playa, en el que abundan los extranjeros que buscan un destino relativamente low-cost para pegarse unas buenas vacaciones en la playa en las que no falte el alcohol ni las discotecas. Pero Lloret de Mar es mucho más que eso; Lloret tiene mucho, mucho más que ofrecer y, aunque lo del turismo extranjero de playa es cierto, una cosa no quita la otra, y os voy a demostrar que Lloret de Mar puede ser un destino turístico distinto, con un enfoque mucho más cultural y donde podremos descubrir parajes naturales maravillosos simplemente alejándonos dos pasos de la playa donde se tuestan al sol todos los turistas. En realidad, depende de vosotr@s cómo queréis vivir y experimentar esta población. Yo lo tengo claro: elijo la opción alternativa.

Además Lloret de Mar está muy bien situado y comunicado: se encuentra a tan solo 40 minutos en coche de Girona, la capital de provincia, que es una ciudad preciosa y que bien se merece una visita, y a una hora y cuarto de Barcelona, una de mis ciudades favoritas del mundo. Además la provincia de Girona está plagada de pueblecitos con encanto (ya he dicho que tengo pendiente un post sobre esto), así que si vais con tiempo podéis combinar vuestra estancia en Lloret con multitud de visitas interesantes adicionales.

La colorida iglesia de San Román, de estilo modernista
La colorida iglesia de San Román, de estilo modernista

Ahora sí, voy a explicaros cuáles son mis diez motivos para visitar Lloret de Mar, con los que pretendo convenceros de que esta localidad es una pequeña caja de sorpresas que os asombrará con las diversas joyitas que esconde. ¡Vamos allá!



 

Mis 10 motivos para visitar Lloret de Mar

1. Turismo de sol y playa

Es obvio que este es uno de los principales motivos para visitar Lloret de Mar, y es un motivo totalmente lícito. Incluso a nosotros, que no somos personas muy de playa, nos pareció que era un lugar excelente para disfrutar de un buen chapuzón. Y, escuchad: opciones hay mil.

Por una parte está LA playa, que recibe el nombre de Playa de Lloret y que es la playa turística típica, con sus chiringuitos, sus sombrillas, sus patinetes, sus servicios, sus duchas, etc. Es ideal para ir con niños, por ejemplo, porque tiene todos los servicios al alcance de la mano. La bordea un bonito paseo marítimo que es muy agradable de recorrer (¡nosotros lo hicimos cada día!), ya que se mezcla el bullicio de los turistas, hablando en mil y un idiomas diferentes, y las risas de los niños disfrutando al sol con el sonido de las olas rompiendo en la orilla y el olor a mar que tanto nos gusta y nos relaja a todos.

La Playa de Lloret con el castillo al fondo
La Playa de Lloret con el castillo al fondo

A lo largo de todo el paseo marítimo peatonal circulan los coches y, justo a pie de playa, encontramos también un parking y zona azul para aparcar. Al otro lado de la calzada encontramos una sucesión de hoteles, bloques de apartamentos, restaurantes, cafeterías, heladerías, tiendas de souvenirs, etc. Todo lo que podemos necesitar para nuestra estancia y todo a pie de playa: fácil, cómodo, rápido y sin complicaciones. Es ideal para quien busca este tipo de turismo que, repito, es una opción muy válida.

Nosotros, de hecho, nos alojamos en uno de estos bloques de apartamentos a primera línea de playa, en los Almirall Apartaments, con vistas a la Playa de Lloret desde nuestro balcón y, desde luego, fue una experiencia fantástica. Más adelante os contaré por qué pienso que los Almirall Apartaments son el mejor sitio para alojarse en Lloret de Mar.

Aparte de la playa típica que sería la Playa de Lloret, hay multitud de playas y calas menos concurridas a las que ir que presentan diferentes ambientes. Para empezar está la gran Playa de Fenals, a la que se puede llegar andando fácilmente desde la Playa de Lloret en cosa de 20 minutos. Pero a mí, personalmente, me resultan más interesantes las pequeñas calitas, algunas medio escondidas, que podemos encontrar por toda la costa. Os iré hablando de ellas a lo largo del post, en las diferentes actividades que ofrece Lloret de Mar y en las que nos las vamos a ir encontrando como pequeños premios, como bonitas guindas del pastel, como las auténticas joyitas que son. ¡Tendréis que seguir leyendo para descubrirlas! 😜

Lloret vista desde el inicio del Camino de ronda sur
Lloret vista desde el inicio del Camino de ronda sur

 

2. Ruta indiana y modernista

Esta es, sin duda, la faceta de Lloret de Mar que más nos sorprendió y nos gustó, una faceta cultural, artística y repleta de historia, realmente fascinante, que no nos esperábamos y que nos entusiasmó. Os animo a que, si visitáis Lloret, os sumerjáis de lleno en ella y, para esto, no hay mejor manera de hacerlo que realizando la visita guiada de la Oficina de Turismo de Lloret que recorre la Ruta indiana y modernista de la ciudad. Para contratarla, debéis dirigiros a la Oficina de Turismo de Lloret, ubicada en el Museo del Mar, en pleno paseo marítimo, y preguntar por las visitas concertadas para la Ruta indiana y modernista, que se realiza en diferentes idiomas según el día, principalmente en fines de semana. También podéis contactar con ellos en el teléfono 972 36 44 54 o bien en la web patrimoni.lloret.cat.

La entrada de la ruta indiana y modernista vale 5 euros, dura aproximadamente una hora y media y sale del propio Museo del Mar, que, por falta de tiempo, no pudimos visitar; una lástima, porque estoy segura de que tiene que ser interesantísimo, según las pinceladas de la historia de Lloret que nos dio la guía de la Ruta indiana y modernista. La verdad es que me quedé con ganas de verlo, así que a la próxima no me lo pierdo (precio de la entrada: 4 euros).

Como decía, la Ruta indiana y modernista sale a las 12:00 h de la propia Oficina de Turismo que está ubicada en el Museo del Mar y, desde allí, nos dirigimos con nuestra guía Anna al icónico paseo de tierra roja y bordeado de palmeras que va desde la Oficina de Turismo (o Can Garriga) al Ayuntamiento, llamado Passeig de Jacint Verdaguer. Allí, en este enclave tan auténtico, nos sumergimos de lleno con Anna en la interesantísima historia de Lloret de Mar. Por desgracia, no llego al nivel de Anna para explicaros la multitud de detalles de esta historia, pero sí destacaré la relación histórica de Lloret con el mar, que según el momento histórico, se basaba en la pesca, la construcción de barcos, el comercio marítimo de cabotaje, es decir, de puerto a puerto de la misma costa o, lo más interesante, el comercio marítimo de ultramar, es decir, con las colonias de América, especialmente Cuba.

El Passeig Jacint Verdaguer con el Ayuntamiento al fondo
El Passeig Jacint Verdaguer con el Ayuntamiento al fondo

A raíz de esto último podemos hablar ya de un concepto muy importante para comprender la historia de Lloret: los indianos. Los indianos eran las personas que, siendo pobres y teniendo un origen humilde, embarcaban hacia América, normalmente siendo muy jóvenes (con 10, 12, 15 años), conseguían hacer una gran fortuna allí, habitualmente con el comercio marítimo (importando productos típicos de Girona y exportando de vuelta productos típicos de las colonias en grandes barcos) y finalmente volvían a Lloret con su gran fortuna.

La fachada de Can Font, la joya modernista de Lloret de Mar
La fachada de Can Font, la joya modernista de Lloret de Mar

Y vosotr@s os preguntaréis: «Pero, ¿por qué regresaban los indianos, con lo bien que tenían que estar ellos en Cuba?». Pues el motivo, en la gran mayoría de los casos, es de carácter histórico. Estamos hablando de finales del siglo XIX, cuando en Cuba ya había signos de agitación popular que derivarían finalmente en la Guerra de Independencia cubana que finalizó en el año 1898 y que enfrento a España con Cuba y Estados Unidos, con el resultado de que España perdió a Cuba como colonia (además de a Puerto Rico, Filipinas y Guam; fue el llamado Desastre del 98). Es decir, Cuba a finales del S. XIX era un polvorín a punto de estallar, así que muchos lloretenses afincados en esta isla caribeña decidieron volver, junto con las grandes fortunas que habían amasado, a su lugar de origen: a la pequeña población de Lloret de Mar.

Detalles del fantástico techo en Can Font
Detalles del fantástico techo en Can Font

Lo siento si me extiendo un poco con los temas históricos, pero es que me apasionan y no lo puedo remediar 🤓. Además es importante conocerlos para comprender el Lloret de Mar actual, ya que el legado indiano tan importante de Lloret tiene su origen en toda esta historia que os acabo de contar: estos indianos, una vez regresaban, construían grandes mansiones señoriales para demostrar su éxito y su poder adquisitivo frente a sus vecinos, principalmente en el estilo de moda de la época, el modernismo, aunque también se favorecía el estilo neoclásico y ecléctico. Y este legado indiano y modernista es el que veremos en esta ruta de la Oficina de Turismo que os propongo.

Escalera de caoba de Can Font y detalle de todos los suelos diferentes de las estancias
Escalera de caoba de Can Font y detalle de todos los suelos diferentes de las estancias

Veamos qué edificios son los que descubrimos en esta ruta:

  • el propio edificio de la Oficina de Turismo que alberga el Museo del Mar, llamado Can Garriga y fechado en 1887, es un ejemplo de este legado indiano
  • el Ayuntamiento, por su parte, también tiene una historia interesante y fue construido en 1872 en estilo neoclásico
  • la Iglesia de San Román, tan vistosa, colorida y bonita que es parada obligatoria en cualquier paseo por el centro de Lloret, fue construida en realidad en estilo gótico catalán en el S. XVI y estaba dotada de elementos de fortificación, como una puerta levadiza. Sin embargo, a principios del S. XX un poderoso indiano financió la construcción de las capillas laterales en estilo modernista, con sus mosaicos de colores en las cúpulas, que son las que le dan ese aire tan mágico, tan de casita de chocolate, a la iglesia de San Román. Estas capillas modernistas fueron obra de Bonaventura Conill i Montobbio, discípulo de Antoni Gaudí, creador de la Sagrada Familia de Barcelona, entre otras maravillosas obras. ¡Pero no os quedéis solo admirando la fachada! Entrad, sobre todo, al patio que queda al lado izquierdo de la iglesia, ya que el edificio de color blanco que lo bordea tiene una pinta de castillito espectacular.

 

El espectacular patio de la iglesia de San Román
El espectacular patio de la iglesia de San Román

 

Detalles del lateral de la Iglesia de San Román
Detalles del lateral de la Iglesia de San Román
  • Can Font es la joya de la corona del modernismo en Lloret de Mar. Se trata de una casa señorial de estilo modernista construida en el año 1877 por el maestro de obras lloretense Fèlix Torras i Mataró, por encargo del indiano Nicolau Font i Maig, y que recientemente ha sido totalmente restaurada, amueblada y cuidada hasta el último detalle por parte del Ayuntamiento de Lloret de Mar. Esta es la parte principal de la Ruta indiana y modernista por Lloret y en ella puedes zambullirte de lleno en el arte modernista que se aprecia en paredes, suelos, techos, mobiliario, decoración… ¡y hasta en el baño! Desde la preciosa entrada con sus verjas trabajadas de hierro forjado y sus cristaleras modernistas de colores, hasta la monumental escalera con barrotes de caoba que actúa como eje central del edificio, todo llama la atención y todo muestra una gran belleza. Es una visita increíble e indispensable, en la que nuestra guía Anna pudo dar rienda suelta a sus inmensos conocimientos de arte e historia y nos contó hasta el último detalle sobre cada una de las estancias y los elementos de la casa. Simplemente, una visita de 10.

 

Vidrieras modernistas de la entrada de Can Font
Vidrieras modernistas de la entrada de Can Font

 

El comedor de Can Font
El comedor de Can Font

 

3. Cementerio modernista

Este no es un cementerio cualquiera: el cementerio modernista de Lloret de Mar conserva un importante legado indiano. La reforma de lo que fue el nuevo cementerio fue impulsada a finales del siglo XIX por un sector de la población que se había enriquecido, y que estaba formado, en su mayoría, por familias relacionadas con las Américas, el comercio de ultramar y la consiguiente riqueza que ello generaba.

Algunas de las maravillosas tumbas modernistas del cementerio de Lloret
Algunas de las maravillosas tumbas modernistas del cementerio de Lloret

No lo incluyo en el apartado anterior porque, aunque se trata de una «obra» modernista en sí, no se visita en la Ruta indiana y modernista de la Oficina de Turismo, me imagino que básicamente porque está apartado del centro, a unos 20 minutos andando desde el Museo del Mar.

Se trata de un conjunto de gran interés, una increíble muestra de lo que fue el arte funerario durante los primeros años del S. XX. En este proyecto participaron diversos arquitectos y escultores que era pesos pesados dentro del modernismo, como Josep Puig i Cadafalch, Antoni M. Gallissà Soqué, Vicenç Artigas Albertí, Bonaventura Conill Montobbio, Ismael Smith, Eusebi Arnau, etc. En la creación de este cementerio cabe destacar el papel jugado por los particulares que financiaron su creación, en su mayoría indianos.

Una de las tumbas más bonitas del cementerio modernista
Una de las tumbas más bonitas del cementerio modernista

Hay tumbas y mausoleos realmente espectaculares, por ejemplo, una rodeada por un enorme dragón esculpido en piedra, y otra completamente envuelta en las alas de un ángel. Darse un paseo por este camposanto, que es un auténtico museo al aire libre y en el que se respira una gran paz, es una experiencia hermosa y totalmente recomendable.

Detalle del dragón que rodea, cual guardián eterno, una de las tumbas modernistas
Detalle del dragón que rodea, cual guardián eterno, una de las tumbas modernistas

 

4. Jardines de Santa Clotilde

Los jardines de Santa Clotilde también están alejados del centro, a unos 35 minutos andando del Museo del Mar y a solo unos 10 minutos andando de la Playa de Fenals (aunque nosotros fuimos en coche y no tuvimos demasiados problemas para aparcar justo enfrente), encaramados sobre unos acantilados y con vistas al mar.

Vistas increíbles de la costa desde los jardines de Santa Clotilde
Vistas increíbles de la costa desde los jardines de Santa Clotilde

La entrada vale 5 euros, que amortizas caminando un buen rato entre verdes árboles, setos perfectamente podados, esculturas, flores y vistas de la espectacular Costa Brava que cortan la respiración. Estos jardines fueron diseñados por Nicolau Rubió i Tudurí a la manera de los jardines del Renacimiento italiano: aquí la influencia es la Villa Medici, la Villa Borghese o el jardín de Bóboli. El espíritu del romanticismo está presente en todo el jardín, gracias a las esculturas de bustos en algunas zonas y de sirenas en otras, los doseles de flores, las escalinatas, las pequeñas fuentes y los miradores encarados a la fantástica costa.

Rodeada de sirenas 😍
Rodeada de sirenas 😍

Desde aquí se pueden divisar allí abajo algunas de las calitas menos frecuentadas que os comentaba al principio, entre las que destaca Cala sa Boadella, perfectamente accesible a pie y perfectamente encantadora también. Su principal atractivo es la tranquilidad que se respira y su aspecto totalmente virgen, combinado con unas aguas azul turquesa que, tengo que reconocer, me sorprendieron por su belleza.

Bajo el dosel de flores
Bajo el dosel de flores

En definitiva, una visita preciosa para estar un rato en contacto con la naturaleza y disfrutar de los bellos paisajes de la costa. Recomendadísima.

En Santa Clotilde abundan las sirenas y estas miran al mar con añoranza
En Santa Clotilde abundan las sirenas y estas miran al mar con añoranza

 

5. Ermita de Santa Cristina

La ermita de Santa Cristina se encuentra a unos 3,5 km del centro de Lloret, como a unos 55 minutos andando desde el Museo del Mar, por lo que, aunque es factible ir caminando, es preferible ir en coche.

Este blanquísimo templo data de finales del S. XVIII, es de estilo neoclásico y, de su interior, destaca principalmente el magnífico altar de mármol de fabricación italiana, que nosotros no pudimos ver, porque estaba cerrada.

La bonita ermita de Santa Cristina, en plena naturaleza
La bonita ermita de Santa Cristina, en plena naturaleza

Santa Cristina es la patrona de Lloret de Mar, por lo que esta ermita es muy querida por los lloretenses; de hecho, les pertenece, ya que fueron ellos los que pagaron personalmente las obras de construcción: los más acaudalados aportaron grandes cantidades de dinero, los patrones de pesca cedieron una parte importante de sus beneficios y los más pobres, al no poder aportar dinero, ofrecieron su trabajo en los días de fiesta para poder terminar las obras.

La ermita por fuera es bonita pero sencilla, no es nada espectacular, pero destaca su privilegiada ubicación: frente a ella hay un extenso mirador sobre los acantilados con vistas a la costa, y aquí encontramos otras de las bonitas calas menos concurridas de las que os hablaba al principio del post: a la izquierda la Playa de Santa Cristina, que cuenta con un restaurante, y a la derecha Cala Treumal, donde podremos encontrar un bar. Al menos desde las alturas, ambas tenían una pinta espectacular, con unas aguas turquesas preciosas, y estaban pidiendo a gritos un chapuzón.

Cala Treumal, súper apetecible, vista desde el mirador de Santa Cristina
Cala Treumal, súper apetecible, vista desde el mirador de Santa Cristina

 

6. Camino de Ronda – Sur

Una de las actividades más bonitas que se pueden hacer en Lloret de Mar es recorrer los llamados «caminos de ronda», que son caminos que antiguamente utilizaba la Guardia Civil para controlar el contrabando por mar, así como los pescadores para ir de una cala a otra. Estos caminos peatonales que bordean la Costa Brava por los acantilados siguen abiertos y acondicionados hoy en día y son uno de los símbolos de la zona: recorrerlos es una actividad que no os podéis perder. Existen por toda la costa de Girona, pero yo aquí os voy a hablar de los dos que parten desde Lloret de Mar.

El Camino de Ronda de la parte sur empieza en el extremo sur de la Playa de Lloret de Mar. Una vez termine la playa, tomaremos el sendero y las escaleras que encontramos bordeando los acantilados y empezamos a caminar. Llegaremos en primer lugar a la estatua de la Dona Marinera, un homenaje a todas esas mujeres que pasaban horas mirando al mar esperando a que sus maridos volviesen de faenar al final del día o de navegar a lugares remotos en buques comerciales al cabo de varios meses de ausencia. Se trata de un mirador fantástico, desde donde se ve toda la Playa de Lloret a un lado y el azul infinito del Mar Mediterráneo al otro.

Estatua de la Dona Marinera, con todo Lloret de Mar al fondo
Estatua de la Dona Marinera, con todo Lloret de Mar al fondo

Si seguimos caminando por un precioso sendero de piedra que va bordeando la mismísima orilla del mar por los peñascos que forman la costa, llegaremos a un lugar muy top: el Bar Cala Banys. Se trata de un cocktail bar muy chic con una terraza inmejorable a escasos pasos del mar donde se puede disfrutar de un momento de relax, cerveza o cocktail en mano (en teoría el típico es el Daiquiri, por la relación de Lloret con Cuba), mientras, en nuestro caso, disfrutábamos del atardecer. El lugar no es barato, pero esas vistas y un entorno tan elegante y privilegiado se pagan.

El camino que lleva a Cala Banys por el Camino de Ronda del sur, espectacular
El camino que lleva a Cala Banys por el Camino de Ronda del sur, espectacular

Si seguimos por el sendero, llegaremos al Castillo de Sant Joan, que está situado en la cima de la colina que separa las playas de Lloret de Mar y Fenals, y si continuamos aún más, llegaremos por último a la Playa de Fenals, de la que ya he hablado antes.

Durante este recorrido también encontramos lugares bonitos donde bañarnos, además de las grandes playas de Lloret y de Fenals. Nada más iniciar esta ruta, diría que justo al empezar las escaleras para llegar a la estatua de la Dona Marinera, hay una zona de la propia Playa de Lloret (sería en realidad el tramo final de esta playa en su extremo sur) que es mucho más recogidita y queda un poco oculta por la forma de las rocas. Recibe el nombre de Sa Caravera y parece una especie de cala «privada» dentro de la misma playa grande, y me pareció el sitio más chulo de todos para bañarse en la Playa de Lloret.

Por otra parte, a lo largo de todo el sendero que nos lleva a Cala Banys hay rocas naturales desde donde la gente puede acceder al mar y bañarse. Si sois más de roca que de arena, este es vuestro sitio: es realmente precioso.

Cervecitas y atardecer en Cala Banys
Cervecitas y atardecer en Cala Banys

 

7. Camino de Ronda – Norte

Como os he dicho, existe otro camino de ronda que sale de Lloret, y este empieza en el otro extremo de la Playa de Lloret, en el extremo norte. Una vez finalice el paseo marítimo en el extremo norte, tomaremos el sendero que nos llevará por la parte de atrás de Sa Caleta y empezaremos a subir al acantilado por toda una serie de cuestecitas y escaleras hasta llegar al Castillo d’en Plaja, que se trata de una residencia privada en forma de castillo medieval que se construyó en la década de los 40 del siglo pasado. Si bien su construcción en su momento estuvo rodeada de polémica, hoy en día se trata sin duda de uno de los símbolos de Lloret de Mar.

Sa Caleta con el castillo encaramado a los acantilados
Sa Caleta con el castillo encaramado a los acantilados

Si continuamos caminando por el Camino de Ronda, seguiremos encontrándonos con diferentes cuestas y tramos de escaleras mientras bordeamos los acantilados, con el verde bosque a un lado y el mar azul al otro. Este tramo de costa es especialmente escarpado y salvaje, y se trata de un paraje natural de gran belleza. Una vez hayamos dejado atrás el castillo, llegaremos a la rocosa Cala dels Frares, que se distingue por tener un pequeño islote en el centro.

Cala dels Frares, en el Camino de ronda norte
Cala dels Frares, en el Camino de ronda norte

A continuación nos toparemos con el tramo más duro de escaleras de todo el recorrido: son empinadas y hay unas cuantas, así que ¡al lío con ellas! Una vez las hayamos subido, nos encontraremos sobre la parte alta de los acantilados, desde donde seguiremos teniendo unas vistas espectaculares de toda la costa. Si seguimos caminando, llegaremos finalmente hasta la pequeña Cala Trons, donde encontraremos un pequeño tramo de arena sobre el que poder descansar después de la caminata y, por supuesto, también unas tentadoras aguas turquesas de las que poder disfrutar.

Vistas de la costa agreste desde el Camino de ronda norte
Vistas de la costa agreste desde el Camino de ronda norte

Por cierto, a parte de las calitas del recorrido que he mencionado, también quiero comentar un poco más la playa de Sa Caleta, donde empieza este camino de ronda hacia el norte, que antes la he mencionado solo de pasada. Sa Caleta es una pequeña playa que está situada justo al terminar la Playa de Lloret en su extremo norte y que es una auténtica monada. Tiene arena y una forma también bastante recogidita, como la del otro extremo que he mencionado en el punto anterior, y además se distingue por dos elementos característicos: la cantidad de barquitas de pescadores que descansan en su arena y las vistas tan épicas del castillo encaramado sobre el acantilado que se tienen desde la playa. Un lugar de lo más coqueto y evocador, situado a pocos pasos de todo el «mogollón».

Sa Caleta con las barcas de pesca en la arena
Sa Caleta con las barcas de pesca en la arena

 

8. Sitios chulos en los que comer/tomar algo

A lo largo de nuestra estancia en Lloret de Mar de 4 días nos dio tiempo a conocer algunos de los locales de la zona, y quería destacar en este post los que nos pareció que se merecen una visita. Son estos:

  • Bodega Sa Xarxa: (Carrer Sénia del Barral, 14) ¡este sitio simplemente nos enamoró! Lo descubrimos el primer día, en pleno casco antiguo, y a partir de entonces, creo que fuimos cada día a comer o a cenar. Se trata de una bodega tradicional marinera que ha sabido reconvertirse a las corrientes más modernas sin abandonar su esencia. Sigue manteniendo las barricas con vino que se puede pedir por copas, pero además ha incorporado un envidiable surtido de cervezas artesanales y de importación (estamos hablando de tal vez cerca de 100 referencias) y, como es obvio, si nos conocéis, ya os habréis imaginado que con eso ya se nos ganaron. Pero es que además, el lugar es encantador, el servicio es estupendo (¡qué majos eran todos!), la carta está llena de cositas buenas para comer (destacaría el parmentier trufado con rulo de cabra 😋) y tienen un pedazo de terrazote espectacular donde se puede tomar la cervecita o cenar al fresco. Definitivamente, un sitio muy top, nos declaramos muy fans, así que ¡no os lo perdáis!
  • Indian Tandoori: (Carrer de la Riera, 48) como en Castellón no hay ningún restaurante indio y la comida india nos chifla, aprovechamos siempre en nuestras escapadas para buscar un buen restaurante indio y quitarnos el mono de curries y demás. Y eso fue precisamente lo que hicimos en Lloret con el Indian Tandoori: un restaurante indio más que correcto donde nos chupamos los dedos con sus excelentes platos. También muy recomendado.
  • Highwayman Hard Rock: (Carrer de Santa Cristina, 12) ¡un pedazo de garito de rock en pleno centro de Lloret de Mar! Buena música, buenos precios y, como plus, las dos veces que fuimos tenían puesto en la tele Jackass, cosa que siempre te da para echarte unas risas 😂.
  • Yates Hard Rock: (Carrer de Santa Cristina, 18) ¡no solo uno, sino dos garitos de rock en Lloret de Mar! ¡y justo uno al lado del otro! Literalmente, puerta con puerta con el Highwayman. Más o menos lo mismo que el anterior: música hard rock chula y precios competitivos. Está genial porque te da para hacer un poco de ruta e ir pasándote del uno al otro 😂
  • Aloha Beach & Shisha Bar: (Passeig Manel Bernat, 1) en Lloret hay infinidad de coctelerías y muchas de ellas también ofrecen shisha, ya sabéis, la pipa esta de agua que se utiliza para fumar tabaco de diferentes sabores. Pues bien, el Aloha es uno de estos sitios: bonita terraza estilo chill out, primera línea de playa, justo en el extremo sur de la Playa de Lloret, al principio del paseo marítimo, cócteles, pipas, cervecitas, helados… Solo le pongo un «pero»: reggaeton a toda castaña 🙄. La verdad es que esto nos cortó un poco el rollo, pero bueno, el sitio está chulo.

 

 

9. Festival Birrasana

El último fin de semana de abril se celebra en Lloret de Mar el festival de cerveza artesana Birrasana. Esta era en realidad la excusa para nuestro viaje: el plan era combinar turismo y visitas por Lloret y por la zona durante la mañana con la cata de cervezas artesanales en el festival por la tarde/noche. Buen plan, ¿no? 😜 He de decir que este ha sido nuestro primer festival de cerveza y, por lo tanto, no tenemos mucho con lo que comparar, pero aun así simplemente nos encantó.

El festival Birrasana anunciado por todos lados
El festival Birrasana anunciado por todos lados

El nivel de las cervezas disponibles era muy bueno, mucho mejor del que esperábamos a priori, y la organización estuvo genial: cero aglomeraciones, cero colas, buena comida en la zona de food trucks, buen rollito y, muy importante, ¡buena música! 😎 Todo a base de rock, tanto los DJs como los grupitos que tocaban.

Algunas de las cerveceras que asistieron fueron Edge Brewing, La Calavera, Guineu, NaparBCN, La Pirata, Montseny, No Tomorrow, Post Scriptum, Csupor, Legenda y, por supuesto, los organizadores, Cervesa Marina.

Félix se va a currar un post específico sobre el festival, así que tampoco me voy a enrollar yo mucho más aquí sobre este tema. Simplemente quiero hacer hincapié en lo mucho que nos gustó, en que pensamos volver y en que si podéis hacer coincidir vuestra visita a Lloret con el festival Birrasana, no os arrepentiréis. ¡Garantizado!

El interior de la carpa del Birrasana
El interior de la carpa del Birrasana

 

10. Pueblos con encanto de los alrededores

La provincia de Girona nos tiene completamente enamorados: tanto sus poblaciones costeras como sus pueblecitos de interior medievales nos parecen una pasada. En este viaje de cuatro días quisimos utilizar Lloret de Mar como base para explorar también algunos pueblos de los alrededores. Las distancias son relativamente cortas, las carreteras son buenas y los paisajes mientras conduces son encantadores, así que en un solo día se pueden visitar varios de estos pueblos. Los que pudimos descubrir en esta ocasión fueron los siguientes:

  • Calella de Palafrugell y Tossa de Mar como preciosos pueblos costeros
  • Pals, Peratallada y Monells como pueblecitos medievales encantadores de interior

 

Tampoco me voy a extender mucho aquí sobre estas visitas porque tengo pensado escribir otro post con los pueblos con encanto de la provincia de Girona que hemos visitado, donde, además de estos, también incluiré los que visitamos el verano pasado como parte de nuestro roadtrip a Eslovenia en la comarca de la Garrotxa. Simplemente diré que estos pueblos que pudimos visitar como parte de nuestra estancia en Lloret de Mar también nos encantaron y nos parecieron todos preciosos, por lo que hemos vuelto aún más entusiasmados con la provincia de Girona de lo que nos fuimos, que ya es decir.



 

Cuándo visitar Lloret de Mar

Creo que muy posiblemente aquí esté la clave del éxito de nuestra estancia. Como os comentaba, nosotros estuvimos en Lloret el último fin de semana de abril, que es cuando se celebra el festival Birrasana. En esta época del año ya suele hacer buen tiempo y tanto abril como mayo, e incluso junio si me apuras, son meses estupendos para viajar, así como septiembre, octubre e incluso noviembre. En estos meses la temperatura es agradable sin ser extrema, está todo abierto, no hay agobio de gente y tendréis más opciones (y mejores precios) a la hora de reservar alojamiento, e incluso será más fácil encontrar un restaurante donde comer y un hueco donde poner vuestra toalla en la playa. En definitiva, lo que estoy diciendo es que no hace falta esperar a que sea julio o agosto para ir a Lloret de Mar, es más, personalmente pienso que en los meses que he mencionado antes se tiene que estar mucho mejor y más a gusto que en plena temporada alta. De hecho varios lloretenses nos confirmaron esta teoría y, como siempre, hay que hacer caso a lo que dicen los locales.

Os voy a contar un poco más nuestra experiencia a finales de abril: en Lloret había ambientillo sin que fuese agobiante, el tiempo era estupendo, ni frío ni calor (¡como tendría que ser todo el año! 😂) y durante el día, si estabas al solete, se podía perfectamente ir con ropa de verano. Había muchísima gente en la playa y muchos nadaban también, supongo que el agua estaría fría, pero oye, palos con gusto no pican.

Nosotros pecamos de conservadores: no me llevé ni un top de tirantes ni un mísero bikini 😢 y, si os digo la verdad, hubo ratos que pasamos calor. A la próxima cambiaré el chip totalmente y me llevaré todo el pack playero para vivir Lloret de otra manera. Como veis, se puede disfrutar de Lloret de Mar como en verano sin los «inconvenientes» de ir en verano: ¡jugada maestra!

Por otra parte, si sois de ambiente playero y de juerga, estoy segura de que yendo en temporada alta lo pasaríais pipa, pero a nosotros nos encantó la sensación de «exclusividad», la sensación de «lo tengo todo casi para mí». Así que, en realidad, que cada uno decida cuál es su época ideal para visitar Lloret de Mar, que yo no estoy en posesión de la verdad absoluta, ni mucho menos, pero para nosotros la época perfecta para visitar Lloret de Mar es fuera de temporada y, si coincide con futuras ediciones del festival Birrasana, ¡mejor! 😜

 

Almirall Apartaments, el mejor sitio para alojarse en Lloret de Mar

Así de claro. Estamos encantados con nuestra opción de alojamiento en Lloret de Mar: los Almirall Apartaments, y os voy a contar porqué.

En primer lugar, por su ubicación, ya que los apartamentos se encuentran en pleno paseo marítimo, en el extremo sur de la Playa de Lloret. Esto significa que a dos pasos tenéis todo lo que podéis necesitar: la playa (varias, de hecho, ahora os cuento); multitud de restaurantes, cafeterías, heladerías y coctelerías; el camino de ronda de la zona sur; todo el paseo marítimo para recorrerlo de cabo a rabo; el Ayuntamiento y el Museo del Mar con su Oficina de Turismo; el casco antiguo… En fin, ubicación totalmente privilegiada, además con salida fácil a la carretera si vais en coche y pretendéis explorar un poco la zona como hicimos nosotros. Ideal, vamos…

Zona de cocina de los Almirall Apartaments
Zona de cocina de los Almirall Apartaments

En segundo lugar, por las vistas, ya que los apartamentos están a primera línea de playa. Si elegís los apartamentos con vistas al mar, no os arrepentiréis, ya que podréis disfrutar de estas espectaculares vistas desde vuestro propio balcón.

Disfrutando de las vistas que teníamos desde el apartamento
Disfrutando de las vistas que teníamos desde el apartamento

¿Qué me decís? Esto de verdad que no tiene precio. Nunca nos habíamos alojado a primera línea de playa ni habíamos disfrutado de unas vistas así desde nuestro alojamiento y, oye, creo que es algo a lo que nos podríamos acostumbrar 😂 De verdad, fue un auténtico lujo.

En tercer lugar, por el apartamentito en sí, ya que se trata de unos apartamentos modernos, recién reformados, con buenas calidades y perfectamente equipados. Constan de una habitación doble con armario empotrado, baño privado y una zona de cocina-salón con todo lo que se necesita para sentirse como en casa: un cómodo sofá (que es sofá-cama, por cierto), una buena TV, mesa y sillas para comer y una cocina bien equipadita con fogones, microondas, menaje y hasta cafetera y hervidor de agua. Y luego está la joyita: el balcón con vistas al mar con una mesa y unas sillas para disfrutar de una buena cerveza o una buena cena con vistas a la playa. O para desayunar viendo el amanecer, ¿cómo os suena eso? ¡A mí a gloria!

Amanecer desde nuestro balcón ❤️
Amanecer desde nuestro balcón ❤

En cuarto lugar, por el espacio y la autonomía que te ofrece un apartamento en comparación con una habitación de hotel. Nada que ver. Cuando estoy fuera, me encanta tener «mi pequeña casita» en lugar de una cama y poco más. De verdad que a mí un apartamentito me hace feliz 😊

Zona de estar de los Almirall Apartaments y el maravilloso balcón
Zona de estar de los Almirall Apartaments y el maravilloso balcón

En quinto lugar, obviamente por el acceso directo a la playa, pero no solo a la Playa de Lloret, que esa sería la opción fácil, solo hay que cruzar la calle y meterte en el agua. Pero hay más: a apenas dos minutos tenéis Sa Caravera, esa playa más recogidita de la que os hablaba en el extremo sur de la Playa de Lloret que parece una pequeña calita privada, escondida y secreta. Yo no me lo pensaría y me iría directa allí. Y, si sois más de roca, tenéis Cala Banys a cinco minutos siguiendo el Camino de ronda de la zona sur, que me parece una pasada de sitio para pegaros un baño y, después, si os apetece, pasaros por el cocktail bar Cala Banys y tomaros ese famoso Daiquiri… Suena bien, ¿no? Ah! Y el Aloha del que os he hablado está a literalmente 1 minuto, donde podréis acomodaros en sus sofás chill-out y disfrutar de las vistas a la playa. Así que el apartamento tiene acceso directo a todos estos sitios tan geniales en cuestión de pocos pasos.

Además quiero destacar también la amabilidad del personal de recepción. Me encantó su buena disposición, su cercanía y sus ganas de ayudar y de hacer que nuestra estancia fuese lo más agradable posible. Nos dieron buenos consejos, siempre con una sonrisa, e incluso una de las chicas, al ver que íbamos al festival de cerveza, nos dio una ficha que le había sobrado y que no iba a poder utilizar. ¡Más maja! Son solo detalles, pero todo contribuye a que tu estancia sea positiva y a que te sientas como en casa.

Solo tengo buenas palabras para estos apartamentos, así que os los recomiendo totalmente como el mejor sitio para alojarse en Lloret de Mar. Yo tengo claro que, cuando vuelva a Lloret, los Almirall Apartaments volverán a ser nuestra opción.

Momento de relax en los Almirall Apartaments
Momento de relax en los Almirall Apartaments

Como siempre, os recomiendo que antes de hacer una reserva directamente en la página web del hotel o apartamento que estéis mirando, comprobéis los precios en los típicos buscadores de hoteles o en la página Hoteles.com, que es la que suelo utilizar yo, ya que con cada 10 noches que reserves a través de la página, tienes una noche gratis. Tengo pensado hacer un tutorial explicando con detalle cómo funciona Hoteles.com para que veáis lo práctico que es: ¡nosotros ya llevamos gastadas bastantes noches gratis a lo largo de todos estos años que llevamos travelling la vida loca y os aseguro que es un subidón! Además si entráis a Hoteles.com a través de los enlaces o los banners de este post (o del blog en general), yo me llevo una pequeña comisión de su parte por recomendaros sus productos y servicios. ¡No os preocupes! Vosotr@s pagáis lo mismo: la comisión viene de ellos.

 

Y hasta aquí este post sobre Lloret de Mar, un lugar que es mucho más de lo que parece o de lo que pensamos, un lugar que nos sorprendió tan gratamente que estamos deseando volver, un lugar que tiene tantas posibilidades que me ha dado para un post kilométrico… En definitiva, un lugar especial. Me encanta que los sitios me sorprendan, y Lloret de Mar lo consiguió. Os recomiendo que lo visitéis vosotr@s también y que os dejéis sorprender por todo lo que Lloret de Mar tiene que ofrecer. ¡Ya me contaréis! 😉

 

 

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