ID Qué ver en la ruta Dublín - Belfast
Belfast,  Belfast,  Europa,  Irlanda,  Reino Unido

Qué ver en la ruta Dublín – Belfast (y la Calzada de los Gigantes)

¡Hola, viajer@s!

No hace mucho publiqué un post donde os contaba que, después de muchos años de volvernos a España a vivir tras una estancia de casi tres años viviendo en Dublín, habíamos vuelto una semana de vacaciones a Irlanda. En otro post os contaba cuales son mis pubs favoritos de Dublín, y también os recomendaba unos cuantos sitios donde comer en la capital. Pues bien, en este post vamos a salir de Dublín: os quiero hablar de una posible ruta de dos días hasta Belfast (bueno, e Irlanda del Norte un poco más en general) y de vuelta a Dublín. Es decir, el plan ocuparía dos días completos, empezando en Dublín, pasando una noche en Belfast y volviendo a Dublín el día siguiente.

Esta ruta está pensada obviamente para hacerla en coche, así que habría que alquilar uno. Nosotros lo hicimos a través de Atrápalo, y nos salió bastante bien de precio: alquilamos un Hyundai i40 (un coche muy grande, ya que éramos 4 personas con nuestros equipajes correspondientes) durante 5 días (hicimos más escursiones en coche aparte de esta) y a todo riesgo por unos 160 euros. Además, tened en cuenta que en Irlanda conducen por la izquierda y, no voy a negarlo, es una dificultad añadida. Algún sustillo te llevas de vez en cuando (cuando te incorporas al carril que no toca, por ejemplo), pero también es divertido 🙂 Simplemente, id con cuidado, y recomiendo que el copiloto vaya un poco alerta controlando siempre que el conductor (que ya va bastante estresado) se incorpora siempre al carril que toca.

Irlanda es un país maravilloso y, allá donde vayas, hay mucho que ver, así que no dejéis que este pequeño reto os eche para atrás, porque todo lo que conseguiréis a cambio valdrá muchíismo la pena. Vamos allá entonces con esa ruta Dublín – Belfast – Dublín.

 

Día 1

De camino

Salimos prontito por la mañana con destino a Belfast: unos 165 km por autopista, aunque antes haremos muchas paradas en sitios interesantes, así que la ruta se alarga bastante.

Nuestra primera parada es Monasterboice (entrada gratuita), que es un asentamiento paleocristiano ubicado en el Condado de Louth y fundado en el S. V, famoso por sus enormes y preciosas cruces celtas, que datan del S. X. También hay una torre redonda típica irlandesa y ruinas de otras construcciones religiosas. Vendría a ser lo que nosotros llamamos de manera genérica un «cementerio celta». Resulta un lugar muy evocador y misterioso, con las tumbas y cruces celtas antiguas cubiertas de musgo que parecen brotar de la tierra cubierta de césped, la bonita torre dominándolo todo y los cuervos dándole un toque aún más oscuro al conjunto. Un sitio de postal, vamos.

Seguimos nuestra ruta hacia Belfast y paramos en Proleek Dolmen (entrada gratuita), también en el Condado de Louth. Se trata de un dolmen neolítico, del año 3000 AC aproximadamente, cuya piedra superior pesa unas 40 toneladas. Se utilizaba como tumba, ya que se han encontrado restos humanos incinerados junto con diferentes objetos que les serían útiles a los muertos en el más allá, como joyería u objetos de cerámica. Personalmente, todos los monumentos y las construcciones prehistóricas me atraen muchísimo, tal vez porque en Menorca, de donde soy, tenemos muchos y muy interesantes. Algún día haré un post sobre la Menorca megalítica 🙂

Por lo visto, el dolmen en sí se encuentra en una propiedad privada, parecía ser el recinto de un campo de golf o algo así, no lo tengo muy claro. La cuestión es que había un pequeño entrador donde dejamos el coche 1 minuto, entramos rápidamente a ver el dolmen y a sacar un par de fotos y nos fuimos en seguida, por si acaso. Pienso que haciéndolo así no tiene por qué haber ningún problema.

Sigamos: nuestro próximo destino de camino a Belfast es Castle Roche (entrada gratuita), también en el Condado de Louth. Lo que vemos aquí son las ruinas de un castillo normando del S. XIII que, a día de hoy, están totalmente invadidas por la exuberante naturaleza irlandesa: el césped, el musgo y, lo más importante, las vacas, pastan a sus anchas por la ruinas, que son realmente impresionantes. Nosotros tuvimos muchísima suerte (creo) porque no había ninguna vaca a la vista, pero si había signos de que habían estado allí hace poco: cientos o incluso miles de cacas enormes las delataban. Todo alrededor y dentro de las ruinas, el suelo ya no era césped, era una mezcla entre barro, cacas y hierba muy… hmmm… interesante. Recomendadísimo llevar botas de montaña que lo aguanten todo. Y después fue una gozada volverse a meter en nuestro flamante y novísimo coche alquilado 🙁 Intentamos limpiarnos lo mejor posible antes de subir, pero el pobre coche ya nunca volvió a ser el mismo, jajaja. Aunque, todo hay que decirlo, no hubo ningún problema después a la hora de devolverlo: supongo que no somos los primeros que se van de excursión al campo y lo dejan todo perdido… Bueno, pues la visita a Castle Roche (si las vacas lo permiten) consta de pasear por las ruinas y alrededores y sacar las fotos correspondientes, porque las vistas son realmente bonitas.

Nuestra siguiente parada es Ballykeel Dolmen (entrada gratuita), que ya se encuentra en Irlanda del Norte, en la zona de Newry and Mourne Distric Council. También es un dolmen neolítico que se utilizaba como tumba, ya que se han hallado restos de piezas de cerámica y de armas. Este dolmen se encuentra en un pequeño recinto al que se puede acceder desde la carretera y, en nuestro caso, aquí sí que nos encontramos con las vacas. Pero había pocas, como 3 o 4, y parecían tranquilas, así que entramos al recinto y, dentro de ese recinto, había otro recinto más pequeño rodeado por una especie de alambrada y cerrado con una puertecita, donde está el dolmen. Nos encerramos con el dolmen para verlo con tranquilidad, sacar las fotos necesarias, y después volvimos a salir con cuidado por el campo de las vacas hasta la carretera donde habíamos dejado el coche.

Nuestro siguiente intento de parada antes de llegar a Belfast fue Ballynoe Stone Circle. Y digo «intento» porque no logramos encontrar este círculo de piedras. Dimos vueltas, preguntamos, nos dieron largas… Pero fue imposible de encontrar 🙁 Además, para llegar a Ballynoe hay que desviarse bastante de la autopista que te lleva a Belfast, y nos dio rabia sobre todo (aparte de por no poder ver el círculo de piedras) porque nos hizo perder tiempo para nada. Si miráis fotos, tiene bastante buena pinta, pero planteaos si vale la pena el desvío en caso de que tengáis la misma mala suerte que nosotros y no lo encontréis.

¡Y nuestra siguiente parada ya es Belfast! Nosotros, saliendo de Dublín sobre las 8 de la mañana y comiendo en ruta un bocadillo que nos habíamos preparado en casa, llegamos a Belfast sobre las 4 de la tarde.



Belfast

Antes de continuar con la ruta, quiero recordar un punto importante: ahora ya estamos en Irlanda del Norte y, por lo tanto, en el Reino Unido. Aparte de seguir conduciendo por la izquierda, aquí, además, la moneda es la libra. Podéis simplemente parar en el primer cajero que veáis y sacar algo de dinero (tampoco mucho, porque, si seguís este planning, estamos en Irlanda del Norte solo un día); vuestro banco os cobrará una comisión, por supuesto, pero es lo más sencillo si no queréis hacer los trámites para llevaros libras desde casa.

Ya que he hecho un inciso, aprovecho para decir que nosotros no alojamos en el hotel ETAP (35 Dublin Road), a 7 minutos andando de la plaza del Ayuntamiento. Os he puesto el enlace al sitio web del hotel, pero, como siempre, os recomiendo que antes de hacer una reserva directamente en este enlace, comprobéis si hay precios más bajos en los típicos buscadores de hoteles o en la página Hoteles.com, que es la que suelo utilizar yo, ya que con cada 10 noches que reserves a través de la página, tienes una noche gratis. Tengo pensado hacer un tutorial explicando con detalle cómo funciona Hoteles.com para que veáis lo práctico que es: ¡nosotros ya llevamos gastadas bastantes noches gratis a lo largo de todos estos años que llevamos travelling la vida loca! ;P

Bien, sigamos entonces después de estas puntualizaciones. Una vez llegamos a Belfast, decidimos aprovechar el poco tiempo que quedaba de luz para hacer una de las actividades turísticas más típicas de la ciudad: dar un paseo para ver los murales de Belfast. En estos murales está plasmada la historia reciente, tan terrible y sangrienta, de Irlanda del Norte. A modo de resumen, copio la explicación que aparece en la Wikipedia de The Troubles, término por el que se conoce a este conflicto en inglés: «Enfrentamiento entre los unionistas de Irlanda del Norte (de religión protestante, mayoritaria en la región), partidarios de preservar los lazos con el Reino Unido, y por otro lado los republicanos irlandeses, en su mayoría católicos y demográficamente minoritarios, partidarios de la independencia o bien la integración de la provincia en la República de Irlanda, país de religión católica. Ambos bandos recurrieron a las armas, y la provincia se hundió en una espiral de violencia que duró desde el 8 de octubre de 1968 hasta la firma del Acuerdo de Viernes Santo, el 10 de abril de 1998, que sentó las bases de un nuevo gobierno, en el cual católicos y protestantes comparten el poder».

He pensado mucho en cómo enfocar esta parte del post, y he decidido ser lo más sincera posible. He leído en muchos blogs por ahí que hoy en día Belfast es una ciudad pacífica y segura y que para dar el paseo por los murales no hay que tener ninguna precaución especial, simplemente hay que intentar no fotografiar a nadie cuando se saquen fotos de los murales. Bueno, pues yo pienso que esto es una simplificación excesiva. Sin tener ni puñetera idea sobre este conflicto político más allá de los datos generales que más o menos conocemos todos, pienso que, a 2016, The Troubles pertenece a un episodio de la historia de Irlanda del Norte demasiado reciente y que estos murales son muestras de las heridas todavía sangrantes que tiene esta región.

Sin ánimo de ofender a nadie, todas las veces que he estado en Belfast (que han sido tres) me ha parecido una ciudad algo «hostil»: hay zonas donde en las fachadas todavía hay alambre de espino, he visto jeeps militares por la calle, hay muchos edificios tapiados… no sé, da la impresión de que todavía hay algo latente debajo de la superficie. Y quiero recalcar lo de «impresión»: de esto es de lo que estoy hablando, de percepciones que he tenido al visitar la ciudad, que pueden ser subjetivas.

Teniendo esto en cuenta, volvamos a ese paseo por los murales. Aparte de la recomendación general de no fotografiar a nadie, yo añadiría que, si posáis para salir en la foto, lo hagáis de manera neutra y respetuosa, sin hacer ningún tipo de gesto ni símbolo, sin hacer tonterías y sin poner una sonrisa de oreja a oreja. De hecho, las tres veces que he estado en Belfast he hecho este recorrido: una lo hicimos en el típico autobús turístico de dos plantas, otra lo hicimos en coche y, esta última, lo hicimos andando. Durante las dos primeras visitas sí que saqué algunas fotos, pero esta última vez que, al ir andando, como que notas o «palpas» más el ambiente, opté por ni siquiera sacar la cámara. Simplemente, no me pareció adecuado, así que me dediqué a observar los murales como un viandante más. De nuevo, «para la retina». Aun así, os dejaré aquí unas pocas fotos de las dos visitas anteriores.

Murales hay prácticamente por toda la ciudad (hay como unos 2000), pero las zonas por las que hay que ir para ver los más famosos y por donde hay más concentración es en barrios más de la periferia, barrios obreros o de clase baja: aquí ya no hay edificios oficiales ni construcciones victorianas bonitas, más bien estamos en «el barrio», no sé si me explico. No os esperéis un paseo bonito y agradable, es más bien un paseo interesante y algo tenso. Tal vez al haber vivido en Irlanda varios años he desarrollado la «habilidad» de detectar cuáles son las personas que potencialmente pueden causar problemas (normalmente chavalitos jóvenes «del barrio» que van en chándal y, una característica muy suya, con capucha). Pues durante la ruta te encuentras muchos grupos de estos chavales, y tú eres un turista que se está metiendo en «su casa». No les hace gracia, se nota. Tampoco quiero meter miedo ni convencer a nadie de que no dé el paseo por los murales, simplemente recomiendo hacerlo con cierta precaución, mucho respeto y, sobre todo, sentido común. Y, repito, tampoco quiero ofender a nadie con mis comentarios.

La temática de los murales es variada y, al mismo tiempo, se reduce a lo mismo: hay murales pro-Reino Unido y murales pro-Irlanda, hay murales a favor del catolicismo y a favor de protestantismo, hay murales en apoyo a las víctimas del terrorismo o la guerrilla (o como lo queráis llamar) de Irlanda del Norte y hay murales ensalzando a algunos de los líderes de los dos bandos. También hay murales a favor de la paz y encontraréis hasta ikurriñas y esteladas. Como decía, temáticas variadas pero que, en el fondo, hablan de lo mismo: de aspectos que nos unen y nos dividen, de temas que inflaman el odio o fomentan el amor. Política, patriotismo, religión… Conceptos que generan apego por los que piensan igual que tú y desprecio por los que osan opinar diferente.

Esta sería una posible ruta, que es más o menos la que hicimos nosotros caminando en esta ocasión: Springfield Road, Falls Road, Lanark Way y Shankill Road. Os dejo una foto de Google Maps de esta ruta, que os llevaría entre una hora y hora y media.

Ruta Murales Belfast
Ruta Murales Belfast

Aparte del tema de los murales, recomiendo dar un paseo por la zona del Ayuntamiento. Es un edificio realmente bonito y elegante, situado en el centro de Donegall Square; vale la pena rodearlo para apreciarlo bien. Además, si estáis en la ciudad en época de Navidad (en nuestro caso, el 21 de noviembre ya era Navidad), ponen un mercado navideño la mar de chulo e interesante. Allí encontraréis de todo: desde joyería y artesanía de todo tipo, una gran variedad de opciones para comer (salchichas alemanas, hamburguesas de todo tipo, pasteles y mogollón de opciones dulces, etc.), jabones artesanos, hierbas medicinales…

A nosotros, en este tipo de mercados nos gusta siempre probar el vino caliente especiado, típico de los países con clima frío. En Finlandia, por ejemplo, se llama glögi; en Alemania, Glühwein; y en el mundo anglosajón, mulled wine, aunque por España ya se está extendiendo también: nosotros lo hemos tomado en Madrid en el Mercado de San Miguel, y también se puede probar en los típicos mercadillos medievales que ponen en las ciudades en fiestas. Está riquísimo, sabe a Navidad y te hace entrar en calor súper rápido: lo recomiendo si no lo habéis probado.

Quiero especificar que el ambiente en el centro de la ciudad es muy diferente al que he descrito de los barrios de los murales: se respira una atmósfera mucho más relajada y menos «resentida».

Un lugar que no os podéis perder cuando estéis en Belfast es el pub The Crown (46 Great Victoria St), a 5 minutos caminando de la plaza del Ayuntamiento. Oficialmente el nombre de este pub victoriano es The Crown Liquor Saloon, y es lo que se llama un gin palace tradicional inglés, así que no es el típico pub irlandés (tienen un aspecto bastante diferente). La remodelación a la que se debe su aspecto actual es de 1885, cuando se emplearon para dar un nuevo aspecto al local a los profesionales italianos que llegaban a la ciudad a construir iglesias. De este modo, los azulejos, las vidrieras y la carpintería del pub, aparte de ser de una gran calidad, tienen un aspecto eclesiástico innegable. Aparte de su maravillosa decoración, lo más curioso y destacable del pub son los «reservados»: hay diez cabinas con puertas independientes y separadores de madera antigua y vidrieras para, en su momento, ofrecer privacidad a los clientes más distinguidos del pub. Hoy en día, obviamente, cualquiera puede entrar y sentarse en uno de estos reservados… ¡si encuentras uno vacío! Nosotros fuimos un lunes por la tarde-noche y estaba al reventón, pero aun así, tuvimos suerte y fuimos rápidos y pudimos conseguir uno pequeñito 🙂

Tienen una gran variedad de cervezas en general, desde las más tradicionales, como una buena selección de cask ales, de esas que se sacan bombeando con el mango del surtidor, hasta opciones más modernas, como una gama bastante buena de cervezas BrewDog en botella.

En el piso superior (creo… ¿o es el inferior?), también hay comedor, donde sirven comidas y cenas. Aunque yo no he estado, ya que siempre he preferido quedarme en la zona del pub, no está de más mencionarlo.

Donde sí he estado y puedo recomendar el sitio como una muy buena opción para comer o cenar si os gusta la comida india, es en el restaurante India Gate (73-75 Great Victoria Street), a 3 minutos del The Crown y a 2 minutos del hotel ETAP caminando, respectivamente. Según TripAdvisor, es uno de los mejores restaurantes de la ciudad, y es muy posible que así sea. El local es grande y amplio, el servicio es rápido y amable y la comida… ¡exquisita! Auténticos currys, biriyanis, tandooris, etc. Nosotros, comiendo hasta reventar, salimos por unos 25 euros por persona (recordad: estamos en Reino Unido, los precios son los que son). ¡Ah! Y por supuesto, en las teles tenéis puestos videos musicales tipo Bollywood todo el rato, ya sabéis, para ir creando ambiente.

Festín en el India Gate
Festín en el India Gate

Obviamente, Belfast tiene otras atracciones y otras cosas que hacer; sin embargo, nosotros siempre hemos estado como de paso, simplemente para al día siguiente poder ir a la Calzada de los Gigantes (como contaré a continuación en el Día 2), así que del resto de atracciones hemos visto más bien poco. Aun así, si algún día vuelvo a la ciudad con más tiempo, creo que dos opciones interesantes son el Museo del Titanic (¿sabíais que el Titanic se construyó en unos astilleros de Belfast?) y el Museo del Ulster, que me imagino que será bastante interesante por el tema de la historia reciente de Irlanda del Norte, de la que hablaba antes. Además, está dentro de los jardines botánicos, cosa que siempre es agradable.

Aquí os dejo la captura de Google Maps de la ruta del Día 1:

Ruta Día 1
Ruta Día 1

Día 2

En el día 2 seguimos recorriendo los paisajes de Irlanda del Norte y volvemos a Dublín.

Nos levantamos prontito, que va a ser un día largo, y nos dirigimos a The Dark Hedges, un tramo de la carretera Bregagh Rd, en el condado de Antrim, en el que se ha formado un túnel de árboles realmente impresionante. Las ramas de las hayas que bordean por ambos lados la avenida se juntan y forman un auténtico túnel de ramas entrelazadas entre sí: realmente mágico. Tanto es así que aquí en este túnel de hayas se ha rodado una escena de Juego de Tronos: la escena en la que Arya Stark, una vez ha escapado de Desembarco del Rey, viaja a través de un bosque, parte del Camino del Rey, haciéndose pasar por un chico, dirección al Muro (Temporada 2, Episodio 1). Aquí podéis ver un pequeño vídeo donde salen los principales lugares donde se ha rodado Juego de Tronos en Irlanda, y aparecen The Dark Hedges en la realidad y cómo apareció en la serie. A continuación os dejo también una foto de cosecha propia 🙂

The Dark Hedges
The Dark Hedges

Obviamente, también es una atracción de entrada gratuita, ya que es simplemente un camino, y antes de llegar, a mano izquierda, hay un pequeño «parking» donde dejar el coche para poder tomar las fotos tranquilamente. No es una carretera nada transitada, mientras nosotros estuvimos allí durante unos 5 o 10 minutos, solo paso otro coche, que también paró a hacer fotos.

Nuestra siguiente parada es el puente de cuerda de Carrick-a-Rede (entrada unas 6 libras), de nuevo en el condado de Antrim, que une los acantilados de la costa con una pequeña isla de pescadores. El paseo desde el parking hasta el puente lleva un buen ratito (entre 15 y 30 minutos) y es a lo largo de la costa, bordeando los acantilados, las calas y los peñascos de esta bonita parte de la costa irlandesa. Es un paseo precioso, muy agradable, aunque advierto de que hay algunas cuestas pronunciadas y tramos de escaleras que habrá que subir y bajar. Nada del otro mundo, pero prefiero comentarlo. Una vez se llega a la zona del puente, que es estrecho, pequeñito y no tiene pinta de ser nada robusto, hay que cruzarlo. Por desgracia, a nosotros no nos permitieron hacerlo por el viento (de hecho, como no íbamos a poder cruzarlo, no nos hicieron pagar ni la entrada), pero solo la caminata hasta allí y las vistas con el puente valieron la pena. De hecho, esta era la segunda vez que Félix y yo intentábamos cruzar el puente: en una de nuestras anteriores visitas también nos acercamos, pero esa vez no pudimos ni verlo por la intensa niebla. Así que esta última visita, cuando hemos podido verlo y fotografiarlo, ya ha sido una avance. A la tercera va la vencida: a la próxima lo cruzamos fijo 🙂

No sé si siempre es así, pero, como comentaba, cuando estuvimos nosotros esta vez hacía muchísimo viento y un frío que pelaba: es imprescindible ir bien abrigados, con gorro, guantes, bufanda y de todo (en invierno, claro; en verano no sé cómo será). Tened en cuenta que es uno de los puntos más septentrionales de toda la isla, es un poco como el fin del mundo, ya que no hay nada que te tape o te resguarde del viento. De hecho, en los días claros, se puede ver la costa de Escocia.

Nuestra siguiente parada es el plato fuerte del día: la Calzada de los Gigantes o the Giant’s Causeway en inglés (entrada 9 libras), también en el condado de Antrim. La Calzada de los Gigantes es una extensión de 40.000 columnas basálticas, normalmente hexagonales, formadas debido al enfriamiento relativamente rápido de la lava de un cráter o una caldera volcánica. Se trata de una zona costera, así que estas columnas van desde las montañas y acantilados hasta la mismísima agua del mar. El paisaje que presentan es tan diferente, tan de otro mundo, tan mágico y tan llamativo que resulta absolutamente inolvidable. Podéis pasaros una hora o dos perfectamente recorriendo esta maravillosa costa, saltando de columna en columna y admirando esta maravilla de la naturaleza. Las fotos que sacaréis serán espectaculares, ya veréis.

Sin embargo, al riquísimo folklore irlandés no le convence en absoluto esta explicación científica de la formación de la calzada, y tiene su propia versión de la historia en forma de leyenda: había una vez dos gigantes rivales, uno irlandés y uno escocés, que se veían y se odiaban a distancia de una isla a otra. Se tiraban piedras el uno al otro con la esperanza de derrotar al rival, hasta que esas piedras construyeron una auténtica calzada que unía las dos islas. El gigante irlandés (el bueno de la historia, por supuesto) atravesó el mar recorriendo la calzada para matar a su adversario, pero cuando llegó y lo vio de cerca, se dio cuenta de que este era muchísimo más grande y fuerte que él y que, sin duda, lo mataría en combate. Volvió corriendo asustado a Irlanda y cuando le contó el problema a su esposa, y sabiendo que el gigante escocés recorrería también la calzada para llegar a él y matarlo, esta lo disfrazó de bebé. Cuando llegó el gigante escocés y vio al enorme «bebé», se asustó muchísimo, pensando que su padre, el gigante, sería de un tamaño mucho mayor. Así que salió corriendo hacia Escocia tan rápido y pisando tan fuerte que la calzada de los gigantes se hundió para siempre en el mar. Bonita, ¿verdad? Además, aquí tenéis una animación que he encontrado en YouTube que la relata muy bien.


GIF generica vuelo 728x90

Nuestro siguiente destino es Dunluce Castle, también en el condado de Antrim. Aquí veremos las ruinas de un castillo medieval del S. XVI, ubicadas sobre un vertiginoso acantilado. Las veces anteriores que habíamos estado por aquí, la visita era gratuita, pero ahora valía 5 libras, y además estaba lleno de andamios porque supongo que lo estarán restaurando, así que decidimos no pagarlas y simplemente hacer un par de fotos desde donde se pudiese. De todas maneras hacía tanto viento que el móvil casi te salía volando de las manos (¡en serio!) y reflejaba tanto el sol que tampoco sabías muy bien qué estabas fotografiando, así que no tengo gran cosa que enseñaros. De todos modos, está muy cerca de la Calzada de los Gigantes y pilla de camino para empezar a tirar al sur para bajar a Dublín, así que no cuesta nada acercarse a tomar un par de fotos.

Dunluce Castle
Dunluce Castle

Nuestra última parada antes de dirigirnos definitivamente a Dublín es Beaghmore Stone Cicles, en el condado de Tyrone. Se trata de un conjunto megalítico de 7 círculos de piedras diferentes que datan de la Edad de Bronce. Como teníamos la espinita de no haber encontrado el círculo de Ballynoe, decidimos parar en este lugar, y fue todo un acierto. Este fue el único momento en todas las vacaciones en Irlanda de una semana en el que nos llovió (¡tuvimos muy buena suerte!), pero incluso esto tuvo su parte buena, como os explicaré ahora. Se trata de 7 círculos de piedras pequeñas (¡nada que ver con Stonehenge!), túmulos y demás elementos megalíticos. No son especialmente impresionantes, pero si son muy misteriosos. Ya he comentado antes que me gustan mucho los monumentos prehistóricos y megalíticos; pues bien, aquí tenemos otro ejemplo de este tipo de elementos que encuentro tan interesantes.

Además, mientras estábamos recorriendo y explorando los diferentes círculos bajo la lluvia, salió uno de los arco iris más enormes y más bonitos que he visto nunca. Era tan grande que era imposible capturarlo todo entero en una foto. Y es más, llegó un momento que era un arco iris doble. ¿Os imagináis lo mágico que era eso? Un arco iris doble enorme, brillante y nítido sobre un conjunto de 7 círculos de piedras… ¡Increíble!

Aquí os dejo la captura de Google Maps del Día 2 hasta los círculos de piedras:

Ruta Día 2
Ruta Día 2

Pues bien, después del subidón que supuso esta última visita, ya solo quedaba volver a Dublín. Desde los círculos de piedra aún quedan 2 horas y media para llegar a la capital. Nosotros pillamos un atasco infernal en un pueblo que ni recuerdo cómo se llamaba y estuvimos como una hora parados, así que cuando llegamos a Dublín era ya completamente de noche, sobre las 7 de la tarde. La hora perfecta para pegarse una duchita y salir a tomar algo a alguno de la fantásticos pubs de Dublín.

¡No me digáis que no son dos días muy bien aprovechados! Espero que este pequeño planning de dos días para visitar Belfast y alrededores desde Dublín os resulte útil y que os anime a visitar la Calzada de los Gigantes, que es claramente el objetivo de este viaje a Irlanda del Norte. ¡Ah! ¿Con que ya habéis estado en la Calzada? ¡Entonces contadme qué os pareció la experiencia en los comentarios!

 

Te lo cuento todo sobre mis viajes y aventuras
Y te llevas gratis las mejores checklists

Una vez te suscribas al blog recibirás todas las actualizaciones y las novedades en tu bandeja de entrada: ¡así de fácil y cómodo! Y además, al suscribirte, te regalo las mejores checklists para hacer las maletas.

RESPONSABLE: Débora Mascaró Rojas. FINALIDAD: gestionar el envío de boletines por correo electrónico con información gratuita y sin publicidad, relacionada con los temas que se tratan en mi blog www.travellinglavidaloca.com. LEGITIMACIÓN: la legitimación es gracias a tu consentimiento. DESTINATARIOS: se comunicarán datos a MailChimp para gestionar las suscripciones a la lista de correo como plataforma de envío de boletines por correo electrónico. DERECHOS: podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación o supresión de tus datos. +info

Blogger de viajes, conciertos y festivales de metal. ¡Sígueme y no te pierdas ninguna de mis aventuras!

4 Comments

Leave a Reply

RESPONSABLE: Débora Mascaró Rojas. FINALIDAD: gestionar el envío de boletines por correo electrónico con información gratuita y sin publicidad, relacionada con los temas que se tratan en mi blog www.travellinglavidaloca.com. LEGITIMACIÓN: la legitimación es gracias a tu consentimiento. DESTINATARIOS: se comunicarán datos a MailChimp para gestionar las suscripciones a la lista de correo como plataforma de envío de boletines por correo electrónico. DERECHOS: podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación o supresión de tus datos. +info

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.