¡Hola, viajer@s!

Recientemente, Félix y yo hicimos un viaje de unos pocos días de los que nos gustan: conciertos + turismo. Pasamos la noche del miércoles en Barcelona para ver a Katatonia, Agent Fresco y Vola, y el sábado tocaban Cruachan, Crystalmoors, Lépoka e Incursed en Zaragoza en el I Folk Fest Pilar 2016. Como no habíamos estado nunca en Lleida y esta ciudad quedaba a mitad camino, decidimos pasar las dos noches de entre los conciertos en esta capital de provincia catalana. Por cierto, los dos conciertos espectaculares <3

Además, Jordi, el compañero de Esther, la prima de Félix, es de Lleida, y nos estuvieron aconsejando sobre qué ver, dónde comer y dónde tomar algo, así que en realidad este post se lo debo a ellos 🙂 ¡Gracias, chicos!

Como os comentaba, nosotros estuvimos 2 noches en Lleida, pero pienso que lo que hicimos se puede comprimir bastante bien en un día, así que allá va.

La Seu Vella de Lleida

Se trata sin duda del monumento más emblemático de Lleida. La Seu Vella o catedral antigua data del S. XIII y es muy interesante porque está construida en estilo románico, pero sus bóvedas y arcos son ojivales góticos. Es un monumento muy bien conservado y, sinceramente, es una maravilla visitarlo.

De la catedral, que no está en uso en la actualidad, destaca sin duda el claustro. Es una preciosidad de arcos góticos y detallada decoración en la que da gusto perderse. Desde el propio claustro se accede al campanario, de planta octogonal, al que se puede subir. Eso sí, no es un ejercicio apto ni para débiles ni para claustrofóbicos, ya que hay que subir una endiablada escalera de caracol de 238 peldaños que se va estrechando cada vez más y en la que hay tramos donde apenas hay luz y en los que prácticamente ni ves donde pones el pie. Pero el esfuerzo de subir los 60 metros que mide el campanario vale la pena, ya que las vistas desde arriba de toda la ciudad son realmente bonitas.

La catedral está ubicada en un cerro llamado el Turó de Lleida, por lo que se encuentra a cierta altura dominando toda la ciudad. Junto a la Seu Vella se encuentra también el castillo de la Suda, y todo este recinto se encuentra amurallado y tiene un impresionante aspecto de fortaleza. Nuestra entrada también incluía la visita al castillo y, aunque no es nada espectacular, sí que tiene vistas bonitas de la ciudad de Lleida y de la propia Seu Vella desde la parte de arriba del castillo.

Bodega Rovira

La Bodega Rovira (Calle Segrià, 24) es una minúscula bodega tradicional con muchas décadas de historia. Se trata de un negocio familiar que ocupa un espacio pequeño con las paredes cubiertas de barricas de vino, fotos antiguas, billetes de todas partes del mundo y mil reliquias más. Es típico tomar allí el vermut del mediodía, y es un lugar de reunión muy concurrido los sábados y los domingos antes de comer. La verdad es que es un sitio con encanto y con solera, y vale la pena pasarse a probar ese vermut con sifón del que tan orgullosos están y a sacar un par de fotos muy resultonas.

Restaurante Macao

El restaurante Macao (Calle Camp de Mart, 27) es un restaurante japonés/fusión que vale la pena visitar. El local tiene una decoración muy cuidada y el servicio es atento y amable: nosotros no tenemos ni idea sobre comida japonesa y encima yo no como ni pescado ni marisco, así que era un poco complicado elegir, pero nos aconsejaron muy bien y nos encantó todo lo que pedimos. Encontraréis diferentes tipos de sushi, gyozas, edamame y demás especialidades japonesas.

No es un sitio especialmente barato, yo diría que más bien es de precio medio, ya que una cena para dos nos salió por unos 45 – 50 euros, pero probamos muchas cositas diferentes y la calidad era muy buena, así que nos pareció un precio bastante razonable y salimos de allí encantados 🙂

On the Rocks

Es una especie de cadena (supongo que a nivel local) de cervecerías/pubs/hamburguesería/varios, jajaja. A ver, por partes, nosotros visitamos dos de los cuatro que hay:

• La Birrería del Clot de les Monges: es un local más pequeño y está abierto hasta las 23:00 h, más o menos. Está en la zona de compras y según el propio camarero, es la cervecería del shopping, para tomarse una cervecita a mitad jornada de compras y descansar un poco. Por eso no tiene un horario más amplio, porque una vez cierran las tiendas, la cosa decae un poco por esa zona. La decoración del local es chulísima, es como si el local fuese una especie de cuevecita y fuese todo muy antiguo. Tienen una excelente carta de cervezas y el personal es entendido y puede aconsejarte, lo cual se agradece mucho. Hay posibilidad de tomar algo sencillo de comer, tipo perrito caliente.

• On the Rocks (Avenida Alcalde Rovira Roure, 14): es un local bastante más grande que el anterior y está ambientado más tipo pub. Tienen una carta aún más amplia de cervezas, y también tienen más de 100 ginebras diferentes, muchos whiskies, etc. La carta de comida también es más extensa, desde todo tipo de tapas y picoteo hasta hamburguesas más completas. El personal también es amable y puede aconsejar bien.

Ninguno de los dos son sitios especialmente baratos, pero es que las cervezas de importación no suelen serlo, por lo que los precios son más o menos acordes a los de cualquier cervecería de este tipo.

Buffet Bonarea

Una opción muy barata para comer es el buffet de Bonarea en Torrefarrera, un pueblo que se encuentra justo en las afueras de Lleida. Bonarea es una cadena de supermercados catalana que tiene precios baratos y productos de calidad bastante buena. Aquí en Castellón hay varios y resultan muy prácticas, por ejemplo, las típicas bandejitas de comida preparada, que por un euro y poco te ofrecen un plato caliente que te saca de cualquier apuro: hay desde albóndigas con salsa y arrocito con verduras hasta canelones de setas o las típicas butifarras catalanas con judías blancas.

Pues bien, hay algunos supermercados de estos en Cataluña que, además del supermercado, tienen un restaurante tipo buffet libre que está muy bien y muy barato. Entre semana el precio del buffet es de 5 euros por persona; aparte del agua, las bebidas se sacan de máquinas expendedoras (nosotros por ejemplo cogimos una botella de vino de mesa y una de gaseosa por 2 euros y poco en total), hay un buffet de ensaladas para montártela tú a tu gusto, hay una zona con diferentes platos de pasta, otra zona con platos más tipo guiso y carnes cocinadas y después hay otra zona con expositores con carne sin cocinar, como en la carnicería de un supermercado tal cual, donde tú le pides a la empleada las piezas de carne que quieres y tú mismo te la cocinas a tu gusto en unas placas de vitrocerámica individuales que hay allí disponibles. Básicamente, es como hacerte tu propia barbacoa. Por último, hay algunos postres gratuitos, y otros un poco más elaborados en máquinas expendedoras. En total, con el vino y el postre «de pago», salimos a menos de 7 euros por persona y comimos la mar de bien.

Sin embargo, he de decir que el sitio es bastante frío y poco acogedor, y que también se nota que van personas con pocos recursos, ya que es un sitio donde se puede comer mucho y bien por poco dinero, así que el ambiente puede resultar un poco «triste». Pero bueno, es una buena opción para un menú baratito y bueno.

Esto es básicamente lo que vimos de Lleida y, siendo sincera, no nos pareció que fuese una ciudad que tuviese muchísimo más que ofrecer. La Seu Vella es una maravilla y, desde luego, vale la pena visitarla, pero de lo que vimos, no destacaría mucho más. También quiero advertir que en el mismo casco antiguo de la ciudad, en la zona de la Plaça del Dipòsit, hay una zona bastante «chunga» donde se ve claramente que hacen trapicheos, hay merodeadores y donde no se cuece nada bueno, así que os recomiendo que la evitéis. Me imagino que en todas las ciudades hay zonas así, pero nos sorprendió que esta estuviese en pleno casco antiguo, ya que vas caminando tranquilamente y de repente te encuentras con este panorama… En fin, que no pasó nada, pero daba bastante mal rollo.

En resumen, para un día ideal en Lleida os recomiendo visitar la Seu Vella y deleitaros con todos sus detalles, tomaros un vermut en la Bodega Rovira, comer en el restaurante Macao y tomaros unas cervezas y cenar en el On the Rocks que prefiráis. Personalmente, el ambiente y la decoración del que está en el Clot de les Monges me gusta más para una cervecita por la tarde, y el otro ya para cenar y para tomar un gin tonic gourmet después.

¿Habéis estado ya en Lleida? Si es así, os agradecería que si tenéis algún consejo o una recomendación más sobre qué ver por allí, lo pongáis en los comentarios y así, entre todos, completamos el post y le podrá ser útil a más gente 🙂