Museo Harry Potter
Europa,  Londres,  Reino Unido

Visita al museo Harry Potter en Londres: Warner Bros. Studio – The Making of Harry Potter

¡Hola, viajer@s!

No hace demasiado que publiqué una entrada en la que os contaba mi propuesta para visitar Londres en una semana para metalheads y frikis y en la que, además, os prometía dos entradas aparte adicionales contando las experiencias en Stonehenge, que ya la escribí, y en el estudio o museo Harry Potter, que es la entrada que os traigo hoy. Si eres fan del mago y de sus películas, lo que vas a leer te interesa y mucho 🙂

¿Qué es el museo Harry Potter?

El Warner Bros. Studio – The Making of Harry Potter o, para abreviar, el museo Harry Potter es el estudio de Warner Bros. de Londres donde se expone y se puede visitar todo lo relacionado con la grabación de las películas de Harry Potter. Según la descripción oficial: «Warner Bros. Studio Tour London nos proporciona una magnífica oportunidad de explorar la magia de las películas de Harry Potter, una de las sagas más exitosas de todos los tiempos. En este recorrido a pie único, que nos lleva por los entresijos de las películas, se exhibe una enorme variedad de fantásticos platós, vestuario y atrezo. Además, revela algunos de los secretos mejor guardados, como anécdotas sobre los efectos especiales y la animatrónica que hizo estas películas tan populares en todo el mundo». Interesante, ¿verdad?

Museo Harry Potter
Museo Harry Potter

¿Cómo llegar al museo Harry Potter desde Londres?

Barajamos la posibilidad de ir en transporte público, en concreto creo que era una combinación de bus y trenes de cercanías, sin embargo, no parecía que fuese demasiado fácil, ni barato, ni rápido.

Vimos que la página de turismo oficial Visit London ofrecía un viaje organizado que ofrecía transporte + entrada y pensamos que sobre todo nos ahorraría tiempo de transporte y sería más cómodo. Se ve que estábamos un poco perezosos en el tema organizativo, no sé… La cuestión es que, a pesar de que me parecía un precio bastante elevado (70 libras por persona el transporte, la entrada y una butterbeer o cerveza de mantequilla una vez allí), nos pudieron el frikismo y las ganas y para allá que nos fuimos. En realidad, solo la entrada al estudio es ya bastante cara, así que bien pagado está el pack…

De nuevo, como en el caso de la visita a Stonehenge, el operador era Golden Tours, que tiene sus oficinas y el punto de partida de todos los tours justo detrás de Victoria Station. Los horarios de las visitas funcionan de la siguiente manera: en el momento de la reserva online, tú eliges la hora a la que quieres entrar al estudio; bien, pues el bus sale exactamente dos horas antes de esa hora desde las oficinas de Golden Tours, y hay que estar allí antes, ya que se especifica que la admisión al bus cierra 15 minutos antes de la salida del mismo, así que calculad que hay que estar media horita antes de la salida del bus.

Por ejemplo, en nuestro caso, elegimos entrar al estudio a las 16:00, por lo que nuestro bus salía a las 14:00 de Victoria Station y la admisión cerraba a las 13:45, así que había que estar allí sobre las 13:30, comidos y todo. Estuvo bien porque de este modo pudimos aprovechar bastante la mañana en Londres: en concreto lo que hicimos fue visitar el British Museum, aunque nos tocó hacer una visita un poco más rápida de lo que nos hubiese gustado…

La vuelta a Londres desde el museo Harry Potter es 3,5 horas después de tu hora de entrada al estudio, es decir, en nuestro caso, con entrada al estudio a las 16:00, el bus de vuelta salía a las 19:30, y como tarda una hora y media en llegar más o menos, llegamos a Londres sobre las 21:00, hora perfecta para cenar y, en nuestro caso, casi que irnos a dormir directamente, jajajaja. Fue un día intenso, la verdad.

Esas tres horas y media es el tiempo que tienes para visitar el museo Harry Potter y es tiempo más que suficiente: ni se te queda corto ni te sobra después muchísimo rato para esperar que salga tu autobús.

Una vez allí

En primer lugar, aclararé que la mayor parte del recorrido es un tour por libre, sin guía, y que en realidad no hace falta más porque es un tour muy visual y hay información por todos lados sobre lo que estás viendo (supongo que solo en inglés, no lo recuerdo exactamente).

The cupboard under the stairs
The cupboard under the stairs

Solo la entrada/recepción del estudio es ya una pasada, es un espacio amplio y de forma redonda donde a una buena altura hay pósters preciosos enormes de cada uno de los personajes de las películas… ¡está muy chulo!

Una vez allí, pasas a la zona para hacer cola para empezar el tour y, ya allí tienes la primera sorpresa: ¡ahí está «the cupboard under the stairs«! Es decir, el pequeño armarito o alacena donde dormía Harry en casa de sus tíos. Hago un inciso aquí para comentar que me he leído los libros y he visto las películas en inglés y, por tanto, me sé los nombres de las cosas en inglés, y así los iré diciendo, acompañados de una pequeña explicación sobre qué es cada cosa; creo que así nos entenderemos bien, ¿verdad? Una vez es tu hora de entrada, te hacen pasar a una pequeña sala oscura donde una chica muy animada te da la bienvenida y te explica un poco de qué va a ir el tour. También hace algún juego, del tipo indicar cuál de las cuatro casas es tu favorita, y hay algún tipo de proyección sobre las paredes. Esto dura unos 5 o 10 minutos, y entonces ya te hacen pasar a una sala de cine, donde te sientas y te proyectan una película con los actores protagonistas explicando cuál fue su experiencia durante el rodaje de la serie de películas y qué ha significado para ellos participar en la grabación de Harry Potter.



Cuando termina la proyección, te colocan delante de unas puertas enormes muy ornamentadas y, al abrirlas, ¡oh, sorpresa!, allí está el «great hall» o el gran salón de Hogwarts en todo su esplendor. Te quedas con la boca abierta, porque es que es tal cual como en las películas: están las cuatro mesas alargadas puestas para un banquete con los colores y las banderas de las cuatro casas, y hay a los lados maniquís vestidos con los uniformes correspondientes, hay gárgolas que hacen de lámparas, el suelo, el techo y las paredes son muy auténticos y hay diversos objetos expuestos por la sala, entre los que destaca «the sorting hat», es decir, el sombrero que habla que va asignando a cada estudiante a una casa en su primer día. Además, al final del salón hay un estrado con los maniquís de los profesores y empleados de Hogwarts: Dumbeldore, McGonagall, Snape, Hagrid, etc.

A continuación, pasas a lo que es el museo Harry Potter en sí, que básicamente es una nave enorme con todos los objetos, el atrezzo y los platós expuestos. Empezamos por una zona de atrezzo con pelucas y trajes de personajes un poco más secundarios. Se distinguen perfectamente las pelucas de Luna y de Bellatrix. Vas caminando y te vas encontrando con objetos y escenas de las películas, de manera un poco aleatoria.

Está el «Leaky Cauldron» o Caldero Chorreante (lo he tenido que buscar en español xD), el «Boy´s Dormitory» de Gryffindor, la «Gryffindor Common Room» con maniquís de Harry, Ron y Hermione vestidos con la ropa original de la tercera película que, por cierto, ves la talla y el tamaño de la ropa y te das cuenta de que no eran más que críos cuando la rodaron.

También está la entrada a la oficina de Dumbeldore con la escalera guardada por la estatua del fénix, la oficina de Dumbeldore en sí, con todos los detalles: ¡lo que más gracia me hizo es que todos los personajes de los cuadros están durmiendo! Vemos la cabaña de Hagrid, la clase de pociones de Snape y la entrada a la Cámara de los Secretos.

También vemos todos los famosos modelos de las escobas voladoras y los trajes de Quidditch de las diferentes casas.

A continuación, nos encontramos con una representación de una reunión de los Death Eaters (los seguidores de Voldemort) torturando a una de las profesoras de Hogwarts y Nagini la serpiente avanzando por la mesa para devorarla. Bastante sádico todo, pero muy bien conseguido. También hay objetos oscuros de la tienda Borgin & Burke.

Está también el tapiz de la familia Black, con la cara de Sirius Black quemada, la tumba de Tom Riddle y un Dementor volando por encima de ti.

Hay varias vistas del Ministerio de Magia que son bastante chulas: esos azulejos verdes y rojos son inconfundibles, así como la escultura del sometimiento de los Muggles.

También están expuestos los trajes de la profesora Umbridge y su oficina llena de cuadros de gatitos, todo en rosa, por supuesto.

A continuación, pasamos a otra zona del museo Harry Potter toda relacionada con el Hogwarts Express. Hay algunos sitios chulos al principio donde hacerte fotos, por ejemplo con el carro de maletas retro o atravesando el andén 9 3/4.

Pero la estrella de la zona es el propio Hogwarts Express, que está ahí tal cual para el disfrute del personal. Es chulísimo tanto por fuera, tan rojo y brillante, como por dentro, donde han habilitado cada uno de los vagones con escenas de cada una de las pelis.

En frente del tren hay una tienda de souvenirs pequeñita con todo artículos relacionados con el Hogwarts Express, el andén 9 3/4, etc. Ahí compramos nosotros las Bertie Bott’s Every Flavour Beans, las golosinas de todos los sabores: puede tocarte tanto una de plátano o de manzana como de cera de oreja o de gusano de tierra, ¡jajajaja! Las guardamos para comerlas con mi hermana, mi cuñado y mis sobrinos y menudas risas nos echamos, ¡muy recomendadas! 🙂



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A continuación hay otra zona diferente, que es donde puedes beberte la butterbeer si la has comprado junto con la entrada (y si no, supongo que pagando la puedes comprar allí mismo también), y es una zona de descanso, con sitio tanto en interior como en exterior para sentarte. Por cierto, la butterbeer también la recomiendo, ¡está riquísima! No sabría explicar a qué sabe, pero vale la pena probarla.

En esta zona de exterior es donde están todas las escenas y los platós de las películas de exterior, como el «Knight Bus» (creo que en español es el autobús noctámbulo), que es chulísimo y puedes subirte a hacerte fotos.

También está Privet Drive, donde puedes entrar y donde, entre otras cosas, hay inmortalizada una escena chulísima de la primera película: la avalancha de cartas de Hogwarts para Harry.

También vemos el puente de Hogwarts y la casa de Godric’s Hollow.

Y también están tanto el sidecar de Hagrid como el coche mágico de los Weasley, donde te puedes subir y hacerte fotos. Están también expuestas las piezas de «Wizard Chess«, el ajedrez de tamaño real sobre el que juegan Harry, Ron y Hermione en la primera película.

Después hay otra zona cubierta del museo Harry Potter donde encontramos más atrezzo y todas las criaturas mágicas: hay máscaras de goblins y elfos, está Fawkes el fénix y Dobby el elfo.

Hay una sección de cosas en movimiento, como el Monster Book of Monsters, que muerde; las mandrágoras que lloran y gritan; y el despojo en el que se convierte Voldemort, que intenta incorporarse.

Hay thestrals y están el basilisco, Gawp, Aragog y Buckbeak.

A continuación,  pasamos a una de las zonas más bonitas del museo Harry Potter, que es el plató de Diagon Alley. Es increíble, ¡es total! Es un callejón adoquinado, oscuro, con luces que van cambiando de tonalidad, y allí encontraréis todas las tiendas en las que Harry compra para abastecerse para Hogwarts: Ollivander’s para las varitas, Flourish & Blotts para los libros, la tienda de bromas de los Weasley, y también está Gringott’s, el banco de los magos. Es una zona para disfrutarla, de verdad.

A continuación, encontramos una sala ocupada completamente por una maqueta enorme del castillo de Hogwarts, que es la que se utilizaba para grabar todos los planos aéreos de las películas. Tiene muchísimo detalle y está muy bien conseguida. Vamos, que es Hogwarts tal cual, el Hogwarts que vemos en las películas.

Por último, terminamos la visita en un sitio muy especial: el interior de Ollivander’s, la tienda de varitas. Allí tenemos todas las cajitas de varitas perfectamente ordenadas y esperando a que entren los jóvenes magos para elegirlos ellas mismas como sus dueños.

Hasta aquí ha durado lo visita del museo Harry Potter, pero ahora, por supuesto, toca pasear por la tienda, que es una auténtica ruina. Es una tienda de souvenirs enorme y ahí podéis encontrar absolutamente todo lo que queráis relacionado con Harry Potter y las películas: jerseys, bufandas, sudaderas, etc. de Gryffindor o de cualquiera de las otras casas, réplicas de todas las varitas que aparecen en la película, las escobas, los horcruxes, peluches de todas las criaturas mágicas, joyería… bufff, una locura. Está todo y lo quieres todo. Y, ¡sorpresa!, todo es carísimo, en plan prohibitivo, así que buena suerte si vais: o lo vais a pasar fatal intentando resistiros a comprarlo todo, o si cedéis, preparad la cartera xD.

Aparte, también hay una cafetería enorme por si os sobra algo de tiempo antes de volver al autobús, pero a partir de aquí, lo único que queda ya es el viaje de vuelta a Londres de hora y media, que, por cierto, es en un autobús todo decorado de Harry Potter y dentro te proyectan una de las películas en las pantallas del autobús 🙂 .

Espero que os haya gustado la entrada y que os haya convencido de que vale la pena visitar el museo Harry Potter de Londres, aunque si sois fans como yo, creo que no necesitáis demasiado convencimiento 🙂 ¿Alguno de vosotros ha estado ya o tiene pensado ir? ¡Contadme qué os pareció todo en los comentarios!

Pdt. – Pido disculpas por la mala calidad de muchas de las fotos. Ni Félix ni yo somos fotógrafos demasiado expertos, pero es que en el interior de la nave había una iluminación extrañísima que hacía que las fotos saliesen bastante mal… Sorry!
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